Historias
Transmitir la pasión en la tela: las banderas de Joaquín que cruzan fronteras

Joaquín Juárez pinta banderas que llevan identidad, arte y pasión. Sus creaciones recorren estadios de distintos puntos del país. Desde su taller de barrio Sarmiento y con su aerógrafo convirtió un hobby en un trabajo a tiempo completo.
Desde San Francisco al mundo, Joaquín Juárez encontró en el aerógrafo una herramienta para vivir del arte. Con su emprendimiento crea banderas para hinchadas de fútbol, bandas de rock, agrupaciones políticas y colegios. Hoy trabaja junto a un amigo y ya realizó envíos a varios países.
Lo que comenzó como una simple afición se transformó, con el correr del tiempo, en un oficio que hoy le permite a Joaquín vivir de su pasión. Todo empezó allá por 2015 o 2016, cuando se compró su primer aerógrafo y empezó a experimentar con la pintura. “Comencé a pintar por hobby. Y bueno, con el tiempo se terminó convirtiendo en lo que hoy en día es un oficio. Hace más de tres años que vivo de esto”, relató.
El recuerdo de su primera bandera sigue intacto. “Fue para los egresados del colegio al que yo iba, la Escuela del Trabajo. La pinté en 2016 y ganó un concurso en la plaza Vélez Sarsfield por el Día del Estudiante. Desde ahí empezaron a llegar los pedidos. Recuerdo esa bandera con mucha emoción. Fue cuando empezó todo, la ilusión, el sueño”, explicó el joven artista.

Fue esa dedicación plena en su pasión lo que marcó un antes y un después. Desde hace más de tres años, cuando decidió abocarse de lleno a su emprendimiento, su trabajo comenzó a viralizarse y a expandirse más allá de las fronteras locales. “Empecé a tener mucho contacto con gente de Uruguay. Me brindaron la posibilidad de ir a pintar varios murales en un estadio, y a partir de ahí empezaron los vínculos. Gracias a las redes sociales, que hoy son un medio muy importante para cualquier emprendimiento, pude empezar a enviar a distintos países”.
Las banderas que salen de su taller, ubicado en barrio Sarmiento, ya viajaron a destinos como España, México, Estados Unidos, Paraguay, Uruguay y Dinamarca. Incluso, estuvieron a punto de cerrar un envío a Australia. “Tenemos muchas consultas de otros países también. Creo que con el tiempo y la experiencia vamos a seguir sumando más”, detalló.
Aunque el fútbol representa el grueso de sus pedidos, Joaquín aclara que no es el único ámbito para el que trabaja. “Mayormente los clientes son del fútbol, sí, pero también trabajamos con colegios, egresados, bandas de rock y hasta con militantes políticos pero el mayor porcentaje sigue siendo del fútbol”, explicó.
En su taller trabajan actualmente dos personas, de lunes a viernes, ocho horas por día. La producción depende del tamaño de cada encargo, pero el promedio semanal ronda entre ocho y diez banderas. “Hay semanas en las que salen más chicas, otras en las que nos tocan banderas grandes, pero ese es el número más o menos”, indicó.
En sus inicios, Joaquín trabajaba solo, pero la creciente demanda lo llevó a ampliar el equipo. “Al año de dedicarme completamente a esto me di cuenta de que no daba abasto. Me contacté con un amigo, Pablo Díaz, que está trabajando conmigo desde hace un tiempo. Estoy muy agradecido”, señaló el artista.

Con respecto al significado de su emprendimiento en su vida, Joaquín manifestó: “Es algo muy importante, desde chico soñaba con vivir del arte, siempre me gustó. Este emprendimiento me amplió la mirada de la vida, me sigue enseñando todos los días. Poder vivir de lo que uno ama es increíble. En estos tiempos de tanto estrés y ansiedad, yo agradezco todos los días hacer lo que me gusta y que la gente valore lo que hacemos”.
El trabajo de Joaquín es reconocido a nivel nacional y por distintos países. En este sentido, sostuvo: “No sabría decir si soy uno de los más reconocidos a nivel nacional, pero sí trabajamos con muchas hinchadas importantes. Hay muchos aerografistas con trabajos muy buenos. Yo creo que estamos a buen nivel, entre los grandes. Siempre con humildad, defendiendo lo nuestro desde San Francisco, el interior de Córdoba”.
Entre las hinchadas más destacadas con las que trabajó, menciona la de Unión y la de Independiente Rivadavia de Mendoza, que hace un tiempo ascendió a Primera División. “También trabajamos con hinchas particulares de casi todos los clubes de Primera”, agregó.
Uno de los aspectos más llamativos de su trabajo es la precisión en los retratos. “El tema de pintar caras surgió cuando ya me dedicaba de lleno. Muchos clientes me lo pedían, pero yo no me animaba. Sobre todo, cuando eran retratos de seres queridos fallecidos. Me parecía muy delicado. Hasta que un día me animé y desde ahí no paré. He avanzado mucho, aprendí bastante y hoy me siento conforme, aunque siempre hay más por aprender”, contó.
El encargo más grande que recibió fue en octubre del año pasado: un telón de cinco metros de alto por setenta de largo para el Club Atlético Williams Kemmis, de Las Rosas, Santa Fe. “Eso fue lo más grande que hicimos hasta ahora. En el taller no tenemos espacio para algo así, así que alquilamos un galpón o pedimos prestado si tenemos conocidos. Siempre tratamos de trabajar en lugares cómodos para esos tamaños”, añadió.

Cuando habla de lo que más disfruta de su trabajo, destaca la rutina creativa y el contacto con las personas. “Lo que más me gusta es el día a día, siempre hacemos algo nuevo, aprendemos cosas nuevas. Y al hablar con distintos clientes, también aprendemos en lo personal. Eso es lo que más valoro”, señaló el artista local.
Sobre su próximo objetivo, Joaquín ya tiene un plan en mente: “Mi meta es ampliar el taller, aumentar el volumen de trabajo, tanto en la demanda como en las entregas semanales. Ya tengo un proyecto en marcha, lo estoy trabajando de a poco. También me gustaría incorporar nuevos productos, que quizás no sean del mismo rubro, pero estoy abierto a expandirme”.
En cuanto a lo técnico, explicó que utilizan telas sintéticas y pinturas especiales. “Trabajamos con tinta al solvente, que seca en cinco o diez minutos, y con tinta al agua, que es el blanco y demora unas 24 horas. Pero en general, la tinta es muy buena, no hace falta esperar tanto para seguir trabajando”, explicó.
Como conclusión, Joaquín agradeció a todas las personas y todos los espacios que visibilizan su trabajo. “Estoy muy agradecido por este tipo de espacios que nos dan visibilidad. En la ciudad no somos tan conocidos, y estas oportunidades sirven para mostrar a qué nos dedicamos. También es un ejemplo para otros emprendedores: si uno trabaja, investiga, se esfuerza, se puede. No hay excusas para no meterle”, cerró.
