Vulvodinia, el trastorno que produce dolor a las mujeres durante el sexo

Se trata de un "disconfort" en la zona vulvar, de al menos tres meses de duración. Lo sufre una de cada diez. El ginecólogo Saúl Kohan explica cómo trata eta patología que para algunas, supone un gran problema en sus vidas e incluso precisan de ayuda psicológica para afrontarlo. ara algunas, supone un gran problema en sus vidas e incluso precisan de ayuda psicológica para afrontarlo.
Una de las enfermedades que es motivo frecuente de consulta en la práctica ginecológica es el dolor vulvar o vulvodinia. Se dice que una de cada diez mujeres en edad reproductiva lo padecen, generando una mala calidad de vida y la concurrencia a diversos profesionales ya que es difícil de detectar. Por éste, algunas mujeres experimentan dolores, picores y quemazón durante sus relaciones íntimas.
El jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Regional "J. B. Iturraspe", Saul Kohan (MP 24382/ ME 10492) comentó a LA VOZ DE SAN JUSTO que "el diagnóstico no siempre es sencillo, lo que lleva a realizar sucesivos tratamientos, ineficaces, hasta dar con el correcto. Cuando el síntoma se presenta durante por lo menos tres meses y no se identifica una causa, hablamos de dolor vulvar crónico o vulvodinia", con períodos de mejoría y recaídas-, en ausencia de lesiones visibles o de alteraciones neurológicas.
En este sentido, el médico detalló que estamos ante la presencia de "un dolor localizado o que puede afectar toda la zona; que puede ser espontáneo o provocado por el contacto o por las relaciones sexuales a nivel primario (existir desde siempre) o secundario (cuando aparece después de un período de normalidad), y variar en su presentación en el tiempo. Estas manifestaciones no son únicas, pudiendo presentar una persona una combinación de las mismas".
El tratamiento
Para tratar la vulvodinia, el especialista en Ginecología señaló: "El primer paso en el manejo de esta situación, la cual siempre marca una problema, es descartar cualquiera de las causas posibles de aparición del dolor siendo las más frecuentes las infecciones, las inflamaciones locales, algunos tipos de cáncer como la enfermedad de Paget de la vulva, enfermedades neurológicas, las secuelas de partos traumáticos o de la episiotomía, el antecedente de mutilación genital, las cirugías sobre la zona, el hecho de que la mujer hubiera recibido radiaciones o cuestiones hormonales como la menopausia o la lactancia materna".
"El estudio de este grupo de mujeres comienza entonces con una buena, prolija y cuidadosa anamnesis, en la cual se realizarán preguntas dirigidas a detectar cualquiera de las causas mencionadas", agregó.
Saúl Kohan, ginecólogo
Cómo prevenir
Sobre el tratamiento específico, Kohan remarcó que "va a depender, en primer lugar, del correcto diagnóstico. Entonces se indicarán, inicialmente, medidas de cuidado local evitando el uso de sustancias irritantes como jabones, cremas, perfumes y desodorantes. Se recomendará además evitar el uso de tampones, lubricantes sintéticos, protectores diarios perfumados, secadores de cabello o ropa ajustada, y la realización de duchas vaginales por lo que se recomienda el lavado simplemente con agua".
"El tratamiento farmacológico puede ser local mediante la aplicación de anestésicos como la lidocaína, antiinflamatorios (corticoides, interferón) y fármacos que afectan la inervación de la zona (neuromoduladores como los ciertos antidepresivos, o la gabapentina) entre otros o preparados hormonales. Los neuromoduladores pueden utilizarse también por vía oral", aconsejó el médico.
En casos extremos, muy bien seleccionados, "puede estar indicado el manejo quirúrgico de la enfermedad".
Apoyo psicológico
Este trastorno también puede ocasionar ansiedad, depresión, disminución de la libido, disfunción orgásmica y problemas de pareja y de autoestima.
Por ello, además del tratamiento médico, Kohan advirtió que es necesario acompañar a la paciente con terapia. "Es conveniente hacer una consulta psicológica para manejar las cuestiones relacionadas con el disconfort que la enfermedad produce, especialmente en el plano de la vida sexual. Algunos estudios sugieren mejoría del cuadro mediante el acceso a tratamientos alternativos, como la acupuntura o la hipnosis. La terapia física de la pelvis tiene, también, su aplicación en este contexto", concluyó.