Día de la Enfermería
Vocación sin edad: el nuevo camino de Liliana en la enfermería

Tras años formando generaciones como docente, Liliana Milagros Coalova decidió, ya jubilada, cumplir el sueño postergado de su juventud: convertirse en enfermera. Su historia inspira y demuestra que nunca es tarde para reinventarse y abrazar la vocación de cuidar al otro con empatía, compromiso y amor.
Por Isabel Fernández | LVSJ
Liliana Milagros Coalova dedicó gran parte de su vida a la docencia, formando generaciones desde las aulas. Sin embargo, tras jubilarse, decidió escuchar la vocación que la acompañaba desde su juventud: la enfermería.
Así, lejos de conformarse con los logros alcanzados, Liliana se animó a reinventarse y a cumplir el sueño postergado de cuidar a otros desde una nueva perspectiva, demostrando que nunca es tarde para perseguir lo que verdaderamente nos apasiona.
En el marco del Día Internacional de la Enfermería que se celebra hoy 12 de mayo, su historia de vida refleja la vocación y el compromiso por el otro, ya que está finalizando la Tecnicatura Superior en Enfermería en el Instituto Fasta Inmaculada Concepción. “Ser enfermera o enfermero es una misión necesaria y debemos sentirnos orgullosos porque estamos al servicio y el cuidado de los demás. De eso se trata, de cuidar. La misión del profesional de enfermería es el cuidado amoroso, respetuoso, humanizado en donde se cuide no solo a la persona, sino al entorno de la familia”, aseguró Liliana en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
En esta importante jornada se conmemora el nacimiento de Florence Nightingale, considerada la pionera de la enfermería moderna. Tiene el objetivo de honrar a las enfermeras y enfermeros, que desempeñan un papel crucial en la atención de salud.
“Mi decisión de estudiar enfermería fue para cumplir un sueño y lo estoy cumpliendo –comentó-. Al principio no sabía si iba a poder ejercer como enfermera, pero ahora viendo distintas experiencias de mis profesores pienso que quizá puedo hacer algo que esté a mi alcance porque soy jubilada docente”.
Remarcó que es “una carrera muy humana, porque vamos a atender a personas vulnerables, que sufren o están solas y necesitan de alguien que los escuche y los motive. Estoy esperando hacer las prácticas en un centro de salud para vivir la adrenalina de la que tanto nos hablan los profesores”.
Liliana considera que la enfermería “también es educación, prevención, que la persona que va a atender su problema de salud también se vaya con herramientas para cuidarse y cuidar a su familia. La prevención es lo más importante para evitar llegar a la enfermedad”.

En el Día de la Enfermería dejó “una gran gratitud a las enfermeras profesionales que me acompañaron en la internación cuando fui mamá y tuve que estar en la neo, fueron muy buenas enfermeras, humanas y contenedoras. A las que se jubilaron, cada una seguramente dio lo mejor durante su carrera porque sin vocación no se puede ser enfermera; a las docentes y profesoras por la pasión con que enseñan. Todos viven la enfermería con mucho compromiso más allá de los sueldos bajos, pero todos ponen el cuerpo”.
Añadió: “Para las estudiantes que ya nos recibimos deseo que caminemos con mucho compromiso, responsabilidad y empatía, porque alguna vez vamos a ser pacientes, vamos a estar del otro lado”.
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“Soy muy curiosa”
Sobre las razones de su elección dijo que además de la vocación, “siempre me interesó la biología, la anatomía, conocer el funcionamiento del cuerpo humano, fui y soy muy curiosa. No me da impresión la sangre, tampoco encontrarme con un accidentado, una persona que esté en una situación vulnerable”.
“Trabajé 28 años como docente en la escuela primaria y después de jubilarme sentí que era el momento de darme el gusto de cumplir con el sueño de estudiar enfermería. Tuve el apoyo de mi esposo y toda mi familia. Tengo compañeras que tienen la edad de mis hijos y no tuve ningún prejuicio por estudiar. Estoy satisfecha con todo y a fin de año espero recibirme”, dijo.