Cifras que duelen y alarman
Violencia sin freno: ya son 7 los homicidios en Frontera y Josefina en menos de un año

Este conglomerado concentra más de la mitad de los crímenes del departamento Castellanos, en un contexto marcado por el avance del narcotráfico, la falta de fiscales y promesas oficiales que no logran frenar la escalada de violencia.
Con la muerte del niño, Frontera suma su tercer crimen en lo que va de 2025 y vuelve a quedar expuesta como epicentro de una escalada de violencia que ni los refuerzos policiales ni las promesas oficiales logran detener. La zona, golpeada por el narcomenudeo, concentra más de la mitad de los asesinatos del departamento Castellanos.
Con apenas 4 años, Z.T. fue la víctima más reciente y también la más dolorosa de una ola de crímenes que parece no tener fin en el límite entre Santa Fe y Córdoba. El ataque que lo mató y dejó herido de gravedad a su padre -Brian Martínez (31), alias “Peladito”-, ocurrió es miércoles 9 de julio pasado en barrio Puzzi de Frontera. Cuatro hombres, identificados pero aún prófugos, lo acribillaron a balazos en lo que se presume fue un ajuste de cuentas narco. El niño recibió al menos cuatro impactos y murió en brazos de su madre, que presenció todo.
Aunque no hay cifras oficiales exactas, LA VOZ DE SAN JUSTO concluyó, en base a información, que este último hecho elevó a 7 el número de homicidios cometidos en el conglomerado Frontera-Josefina en menos de un año. En tanto, de los 11 crímenes registrados en todo el departamento Castellanos el año pasado, seis ocurrieron en ese sector que, entre ambas localidades, apenas suma 16 mil habitantes.
Entre septiembre y diciembre de 2024 se registraron cuatro homicidios violentos en Frontera y barrio Acapulco, Josefina. El 8 de septiembre, una mujer y un joven murieron en distintos ataques con armas de fuego. El 6 de octubre, otro hombre fue baleado y falleció por las heridas. El 6 de diciembre, un hombre recibió 15 disparos y murió un mes después.
Zona roja sin fiscales
La comparación duele más cuando se observa que en los grandes centros urbanos de Santa Fe los homicidios descendieron en el último año, según estadísticas del gobierno provincial. Sin embargo, en Castellanos, se duplicaron. En parte, el problema radica en un dato estructural: ni Frontera ni Josefina cuentan con un fiscal del Ministerio Público de la Acusación local. Desde que Nicolás Stegmayer fue designado juez en 2021, nunca se nombró un reemplazante.
Mientras tanto, la violencia se profundiza. En enero de este año, Pablo Daniel López fue asesinado a tiros frente a su casa. En mayo, David “Totín” Martínez (21), tío del niño asesinado esta semana, murió tras días de agonía luego de recibir múltiples disparos. A eso se suman los casos de 2024, con víctimas baleadas en los barrios más vulnerables y sin avances significativos en las investigaciones.
El problema tiene raíces complejas. “Toda esa zona tiene una característica muy compleja, ya que hay una problemática relacionada con el carácter fronterizo. Hay grupos de personas que se desplazan, cruzan la calle y ya están en otra provincia”, había señalado el ministro de Seguridad santafesino, Pablo Cococcioni.
Según Cococcioni, “hay puestos de microtráfico donde se producen hechos de violencia entre personas vinculadas al negocio y, en algún caso, también compradores”. El ministro prometió hace meses que esta zona sería prioritaria en materia de seguridad, pero los crímenes no se detienen. Los vecinos, entre el miedo y la resignación, ya no creen en soluciones inmediatas. “Todos saben quiénes son, pero nadie dice nada, porque después vienen y te matan”, expresó un hombre en voz baja cuando LA VOZ DE SA JUSTO recorrió el lugar del fatal ataque del miércoles.
Un caso que resume el drama
El crimen del pequeño Z.T. conmocionó como pocos. El Fiat Cronos de los agresores lo emboscó en plena calle, bloqueó el paso del vehículo familiar y descargó más de 15 balas. Tras el ataque, el auto fue hallado incendiado en Josefina, lo que confirma la planificación del hecho. La madre del niño, testigo del horror, bajó a su hijo en un intento desesperado por salvarlo.
Pese al hermetismo en la investigación, este diario pudo saber que los cuatro sospechosos ya fueron identificados, pero hasta el momento no hay detenidos. La causa avanza con análisis de cámaras y peritajes, pero en un entorno marcado por la falta de fiscales y el temor generalizado, pocos se animan a colaborar.
La violencia en Frontera y Josefina es hoy una postal de un territorio sin ley, donde los crímenes se repiten, las promesas se diluyen y la justicia llega tarde, si llega.