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¿Vino tinto o blanco?, esa es la cuestión
El vino tinto, gran acompañante de carnes y pastas. Un buen blanco y una fresca ensalada se llevan muy bien.
Elegir el vino adecuado para acompañar una comida puede realzar la experiencia gastronómica. Aquí te presentamos algunas pautas básicas para seleccionar entre vino tinto o blanco según el plato que vayas a servir.
El vino tinto suele complementar platos más robustos y con sabores intensos, como carnes rojas, pastas y quesos maduros. Su cuerpo y estructura se equilibran bien con las grasas y proteínas presentes en este tipo de alimentos. Un ejemplo clásico sería servir un vino tinto robusto como un Cabernet Sauvignon con un corte de carne a la parrilla o un estofado de cordero.
El vino blanco es ideal para platos más ligeros y delicados, como pescados, mariscos, aves y ensaladas. Su acidez y frescura ayudan a limpiar el paladar y realzar los sabores más sutiles de estos alimentos. Por ejemplo, un vino blanco seco como un Sauvignon Blanc podría maridar perfectamente con una ensalada de camarones o con un plato de pescado al vapor con hierbas frescas.
Bife de chorizo
Acompañado por papas fritas, jugoso o término medio, ideal para combinar con un cabernet sauvignon o –por qué no- un buen malbec.
Pescado al vapor
Puede ser de río o de mar, acompañado por salsa de limón y hierbas frescas. Un plato perfecto para maridar con un sauvignon blanc.