Vinieron todos, que pocos son
El hincha fiel de Sportivo sigue yendo a la cancha, pero los espacios vacíos en el "Boero" son muy notorios. Es cierto, esta vez el día y el horario no acompañaban, pero no es la primera vez. Cada vez está más claro quienes son los que solo se suben al carro de la victoria.
Parece que han pasado décadas desde aquel 30 de junio de 2013. Pero son solo poco más de 6 años. Aquel recordado día, parecía que cualquier estadio iba a quedar chico. No entraba nadie más en el "Boero". Se tuvieron que agregar tribunas y hacer "malabares" para acomodar a todos los fanáticos que querían estar en el día histórico.
La algarabía era tal, que conseguir una entrada fue casi una proeza. Hasta la policía tuvo que meterse adentro de la cancha y no en la tribuna. Es más, en el segundo tiempo un efectivo casi le hace penal a un delantero de Santamarina, porque no tenía lugar para salir del área de Barucco.
No había dudas, la pasión fluía por todos los poros del cuerpo. Cada uno se jactaba de decir que era más hincha que el que tenía al lado. Que acompañaba al equipo desde recordados tiempos de la Liga Cordobesa. Que hizo miles y miles de kilómetros por las rutas del país en los primeros años de los Torneos Argentinos.
Eso es cierto. Lo que despertaba Sportivo en viejas épocas era sorprendente. Desde canchas casi exóticas en la capital de nuestra provincia, hasta ciudades inhóspitas del territorio nacional.
Ninguna tribuna alcanzaba. La tarde del "Turco" Jamud en Sunchales. "Coparle" el sector visitante al "9" en Morteros. Y tantos otros momentos que marcaron una historia. Sin olvidarse, claro está, de la jornada en Mendoza de 2009, cuando el equipo de Domizi alcanzó la primera gran alegría de esta era.
Mendoza, justamente, tierra en la cual parecía que no alcanzaban las piedras de los simpatizantes de Maipú para correr a la parcialidad "verde", cuando algunos valientes soportaron, saltaron paredes y se quedaron en el sector de prensa. Y así seguir, contando una y otra anécdota.
Pero hoy la pasión parece que no es la misma. Hace tiempo que esas tardes o noches de gloria quedaron atrás. El hincha, que se rompía la garganta haciendo el "aguante" parece haberle dado la espalda.
Pasan los partidos y los espacios vacíos en el "Boero" son cada vez más notorios. No va a ser el primero ni el último club que en las buenas tenga esos miles de hinchas que en las malas no son capaces ni de ponerse la camiseta. La situación económica juega su papel también y es un atenuante más que válido para algunos.
Lo cierto es que acá ya no se trata de una mala campaña, un plantel que no gusta o cualquier otra excusa. Será difícil poder descifrar cual es el problema, si es que hay uno solo. El público se "olvidó" donde está la cancha.
Todavía quedan algunos heroicos que "bancan los trapos" de verdad, los que pagan la entrada y la cuota de socio, que viven "por", y no "del" club. Solo esos tendrán la chance de festejar o reprochar (dentro del respeto lógico) lo que consiga el equipo. Los otros, que se sumen a la fila. Que esperen los buenos tiempos y después saquen a relucir su amor por la camiseta. Lamentablemente, hoy en día, estos son mayoría y paradójicamente, quizás los que después más le reclaman a la dirigencia, jugadores y técnicos.