Vecinos: una hermandad que trasciende los lazos de sangre
En el Día del Vecino, rescatamos la linda historia de un grupo de familias de barrio Catedral que construyeron fuertes cimientos de amistad entre vecinos. El afecto que se tienen y la buena onda que invierten en la convivencia se respiran en su calles y veredas.
Por Mauricio Argenti | LVSJ
La amistad entre vecinos crece al ser demostrada y practicada hasta que se convierte en parte de la cultura del barrio. El respeto, el buen ejemplo y el diálogo, son la base para mejorar la relación vecinal y hacer de la comunidad de vecinos un grupo de apoyo para solucionar problemas en común y vivir de manera más armoniosa.
Hoy domingo se celebra una vez más el Día del Vecino. La fecha nació en el año de 1959 establecido por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Aunque la fecha era una celebración local, desde ese mismo año tuvo un alcance nacional, conmemorándose en todo el país.
La idea de esta efeméride es de Romeo Raffo Bontá, quien promovió la creación y festejo del Día del Vecino desde la Asociación Vecinal de Villa del Parque para evocar el aniversario de la segunda fundación de la ciudad de Buenos Aires el 11 de junio de 1580.
Para cultivar una relación sana entre vecinos es fundamental que se cumplan, al menos, cuatro preceptos básicos: la tolerancia, el respeto, la cooperación y la participación.
En nuestra ciudad, un grupo de vecinos de barrio Catedral, que viven calle Rivadavia al 300, entre Dante Alighieri y Salta, vienen cultivando un profundo lazo de camaradería y amistad desde hace muchos años, al punto tal de compartir actividades, ayudarse entre sí, apoyarse y ayudarse.
Ellos son Esteban 'Cacho' Astegiano y Susana Lovera; Alicia Balangione y Jorge Babulias, Susana Medina, María Isabel y Alberto Chianalino, Alicia y Luis Canalis, Sergio y Ana María Giubilatto, Gustavo Brigiler, Edith Marchina, Beatriz y Javier Villarreal, Melina Ghiones, Mónica Franchina y José Gerbaldo.
Como toda historia tiene un principio, para estos vecinos ese momento se puede establecer hace 15 años. En ese momento llegó al barrio la familia de 'Cacho' y Susana y de inmediato comenzaron a formar una estrecha relación con los vecinos de la cuadra, ofreciendo su casa para los primeros encuentros.
Rivadavia al 300,
una cuadra de vecinos amigos. (Fotos: Marcelo Suppo | LVSJ)
Susana dijo que "de inmediato comenzaron a venir los vecinos respondiendo a cada convocatoria. A esto se le fueron agregando nuevos encuentros para cumpleaños, aniversarios, etc. Siempre nos reunimos por algo y para eso nunca falta una casa donde estar juntos salvo cuando celebramos un aniversario de casados ya que en ese caso nos vamos todos a cenar afuera".
Un ejemplo similar ocurrió con la llegada de Alicia y Jorge Babulias con familia, hace cinco años. "Hasta ese momento éramos un grupo serio, cuando llegaron ellos se revolucionó todo", resaltó entre risas Susana mientras Alicia asentía para ratificar cada una de sus palabras.
Lo cierto es que este grupo de vecinos establecieron tal grado de cercanía que los lleva a colaborar con las necesidades que pueda tener cualquier miembro del grupo, formando de esta manera una verdadera comunidad.
"Cuando alguno de nosotros hace un viaje, acá estamos para hacernos cargo de la casa mientras no están", comentaron para luego indicar que la prueba de fuego donde se terminó de fortalecer aún más el lazo de amistad entre los vecinos lo marcó la pandemia de Covid 19.
"Con la pandemia nos turnábamos para llevarle lo que necesitaban a los vecinos que se contagiaban y debían estar aislados en su casa" comentaron, aunque esa costumbre se extendió más allá de la duración de la pandemia porque "todavía seguimos llevando y trayendo cosas que hacemos entre nosotros y lo compartimos con el resto del grupo. Esto que formamos es algo más que una vecindad, en realidad es una comunidad familiar".
Esta camaradería vecinal se prolonga en viajes compartidos que llevaron a cabo en todo este tiempo del cual cada uno de ellos guarda los mejores recuerdos. "Es algo maravilloso poder compartir un viaje entre todos" recordando que hace diez días compartieron un viaje a Mendoza mientras que el próximo será a Las Termas de Río Hondo en julio. "Cuando se da la oportunidad hacemos un viaje y lo pasamos de lo mejor".
Se habla de todo, pero con respeto
En este tipo de reuniones no existen temas sobre los que no se puede hablar. Como lo muestra un reciente anuncio televisivo, entre estos vecinos "se puede hablar de todo" pero la regla que no se quiebra nunca es "que haya respeto".
"Con respeto podemos hablar de cualquier cosa" expresaron y de esa manera "en las reuniones no hay peleas porque nos respetamos y nos queremos mucho".
Esta comunidad permite además que cuando estos vecinos se ven, de inmediato surge la pregunta: ¿dónde nos reunimos el fin de semana?. "Nos juntamos siempre y cuando organizamos una juntada repartimos los roles. Uno trae la comida, el otro se encarga de la bebida, otro los postres. Somos una comunidad hermosa de la que nos sentimos muy orgullosos".
Con el paso del tiempo algunos vecinos ya no están, pero permanecen en el recuerdo del grupo. "Lamentablemente ya no están las abuelas que formaban parte del grupo como las señoras Babulias y Peretti".
Mientras Susana y Alicia relatan las historias de este grupo se advierte una profunda cercanía entre ambas. De hecho, cuando comenzaron a dialogar aclararon que desde que se conocieron "nos hicimos hermanas" quienes junto con el resto de los vecinos "hemos logrado conformar un grupo maravilloso".
El Whatsapp siempre presente
Las mujeres que forman parte de este grupo de vecinas han ido más allá en su vínculo y entre ellas tienen su grupo de Whatsapp llamado 'Vecinas'.
"Por medio del grupo nos saludamos todas las mañanas y siempre estamos al tanto de cada una de nosotras", explicaron.
En un momento ambas recordaron a Ana María Panero, quien fue una de las impulsoras de este grupo al que siempre estuvo ligada hasta que hace poco tiempo falleció víctima de una enfermedad.
"Ana María estaba feliz con este grupo. Hace dos años se enfermó de cáncer y hace dos meses falleció. Era una persona muy cercana con todos y siempre muy agradecida con la relación que se había formado en el grupo", explicaron.
Las anécdotas ligadas con este grupo continuaron una tras otra y mientras tanto, entre recuerdos y risas, ambas coincidieron en la definición de vecinos. "Para nosotros, ser vecinos es como ser familia" formando "un grupo donde se respeta la diversidad ya que esa es la manera que encontramos de llevarnos bien en base a reglas de convivencia".
Dentro de esas reglas de convivencia que el grupo no tiene intenciones de romper se resumen en la clásica expresión de "mi libertad termina donde empieza la libertad del otro". "Ese es un principio que tenemos más que claro, así como tampoco peleamos porque uno piense distinto que otro. Con eso logramos mantenernos unidos y fortalecidos como grupo. No está en nuestra naturaleza pelearnos por pensar diferente".