Vandalismo y robos sin límites en el cementerio de Plaza San Francisco

Enceguecidos por el bronce, se robaron placas y floreros y ahora van por el cobre de los cables. Todo inició con la pandemia y, sorpresivamente, se agravó pese a la instalación de cámaras y más iluminación. Desde la comisión advirtieron que hasta ahora solo se salvan los reflectores y que la pérdida es de unos 3 millones de pesos.
Miembros de la Comisión del Cementerio de Plaza San Francisco denunciaron robos y una serie de destrozos en las instalaciones. De acuerdo con sus testimonios, todo inició "con la pandemia de Covid -19", ante la falta de concurrencia de familiares y personal. Sin embargo, esta situación perduró a pesar de las medidas que tomaron para evitar este tipo de actos vandálicos.
En primer lugar, Darío, presidente de la comisión, le comentó a LA VOZ DE SAN JUSTO que los primeros robos fueron de floreros. "Después arrancaron con letras de familiares, de los mausoleos, de los panteones; se rompieron puertas, sacando bronce o algo de cobre. Llegó un punto en el que se terminó, no tenían más para llevar", detalló.
Pero esto no quedó ahí, tras estos episodios, la comisión decidió tomar cartas en el asunto. Hace un año, hicieron una fuerte inversión para equipar de cámaras de vigilancia e iluminación las instalaciones. Estas medidas, lejos de evitar los desmanes, los agravó: "Hay como 16 cámaras, quedó todo en funcionamiento para darle tranquilidad a los familiares y a todos los que tienen a sus seres queridos en este cementerio. Bueno, ahora al no haber otra cosa, empezaron con el tema del cableado. Vinieron un día y nos llevaron un tramo, nos rompieron la caja de las cámaras, nos quedamos sin Internet, sin cámaras, sin nada. Ahora no hay más nada, lo único que nos queda son cuatro o cinco reflectores que no sacaron todavía. En cualquier momento, eso va a desaparecer, advirtió Darío".
Se roban hasta los cables para luego vender el cobre en el mercado negro.
Cómo operan los ladrones
De acuerdo con los registros de las cámaras, los vándalos entran encapuchados y tapan el número de sus patentes. "Es difícil de distinguir", plantearon. Las pérdidas se calculan en aproximadamente 3 millones de pesos. Si bien radicaron denuncias en la Policía, aseguran que todavía no hubo ningún operativo para evitar los robos.
Los miembros de la comisión remarcaron que los familiares, en un principio, "se enojaban" por esta situación, porque se llevaban "hasta las placas con la identidad de las personas", al mismo tiempo sostuvieron que "están en su derecho, porque te tocan a un familiar y a nadie le gustaría". Sin embargo, las decisiones que tomaron no pudieron contrarrestar los actos vandálicos.
"Pusimos toda la vigilancia que se pudo a nivel tecnológico y ¿qué recibimos? Se llevaron todo. Reponer sería darles de comer de nuevo", precisó otro integrante con sensación de impotencia ante estos desmanes.
En la necrópolis la inseguridad traspasa límites insólitos.
En este sentido, intentaron avizorar algún tipo de solución, pero se les hizo imposible. Ante la consulta sobre algún otro tipo de medidas para evitar los robos y destrozos, plantearon que no existe "ninguna" y volver a realizar una inversión como la que hicieron les es difícil. "El 90% paga todo acá, tampoco le podemos cobrar una locura para algo que no sabemos si va a dar resultado o no", subrayaron.
Por último, les enviaron un mensaje a los familiares. Les pidieron disculpas y volvieron a insistir sobre la impotencia y bronca que sienten: "Se hace todo lo que se puede.Son manos anónimas las que destruyen todo".