Van a la escuela de verano, ¡pero en el teatro!
Cambiaron el sol y la pileta por trajes, escenario, música y mucha diversión. "Un día son actores, otro día cantantes y después bailarines. Llegan felices y entusiasmados temprano a la mañana porque están en actividad todo el tiempo y solo se detienen para desayunar", dijo Adrián Vocos, uno de los docentes.
En nuestra ciudad funciona una escuela de verano para niños, pero sin sol ni pileta. Sólo trajes, telón, escenario, música y mucha diversión.
En el Estudio Teatro ubicado en bulevar 25 de Mayo 2079, durante estos meses de enero y febrero se desarrolla la Escuela Artística y Educativa de Verano donde cinco docentes enseñan a los chicos diferentes disciplinas del mundo del arte.
Los niños, de 5 a 12 años, asisten a clase de lunes a viernes de 9 a 12.30 y la agenda es completa: los lunes tienen clases de fotografía junto a Cecilia y Laura Roggero, donde aprenden composición, fotografía con teléfono celular, filmación y cortometraje; los martes, taller de música dictado por Feco Correa para aprender canto, el ensamble musical y el uso de instrumentos musicales; los miércoles llega el turno del teatro junto a Adrián Vocos y sus técnicas de improvisación, maquillaje y vestuario, también de relajación y concentración además de dirección de cortometrajes.
Pero la semana no termina allí, los jueves es el turno de la expresión corporal a cargo de Florencia Fantino y Yanina Maretto. Los chicos aprenden coreografías, secuencias y juego de roles. Por último, los viernes, Micaela Brito se encarga de navegar por el mundo cognitivo de los niños a través de taller de ciencias, juegos y manualidades. Todo el trabajo se unifica luego en un cortometraje que los alumnos presentarán al finalizar cada mes.
Unas vacaciones diferentes
Según Adrián Vocos, uno de los docentes de la Escuela Artística de Verano y director de La Comedia San Francisco, "el objetivo es que los chicos disfruten de los días de vacaciones en una casona de principios del siglo XX donde todos los días puedan jugar y practicar una expresión artística diferente, lo que hace que estén completamente motivados e inspirados para enfrentar nuevos desafíos".
"Un día son actores, otro día cantantes y después bailarines. Llegan felices y entusiasmados temprano a la mañana porque están en actividad todo el tiempo y solo se detienen para desayunar", agregó Vocos.
"Los niños pueden hacer de su aprendizaje un proceso creativo pero además se aprende de responsabilidad, porque tienen la obligación de estar todas las mañanas presentes como si fueran normalmente a la escuela pero con la relajación que el arte les permite".