Vacaciones en Malvinas: un viaje a la tierra de héroes argentinos
Rodolfo Brizio con sus hijos Martín y Marcelo se embarcaron en esta aventura que guardarán para siempre en su memoria.
Por Stefanía Musso | LVSJ
Mientras que en enero todos piensan en vacacionar en la playa o en las sierras, para Rodolfo Pedro Brizio (78) y sus hijos Martín Rodolfo y Marcelo Carlos; fue el momento perfecto para conocer las Islas Malvinas.
Ese territorio de clima hostil, donde ocurrió la guerra más cruenta que vivió la argentina contra el Reino Unido del 2 de abril al 14 de junio de 1982, fue el motivo por el cual este padre sanfrancisqueño junto a sus hijos decidieron embarcarse durante una semana hacia este destino lleno de historia que los movilizó y confirmó la lucha de nuestros héroes.
"Estamos alojados en el Malvina House Hotel, extrañamente el único lugar donde encontramos la palabra `Malvinas´, ya que para ellos estamos en las Islas Falkland", comenzó desde Puerto Argentino Marcelo Brizio a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Esta entrevista se iba a realizar personalmente, pero el vuelo que los traerá de vuelta desde las islas a la ciudad de Córdoba de la empresa Latam, tuvo complicaciones y recién este fin de semana regresarían. Con las dificultades de Internet y los tiempos de todo visitante; Brizio brindó su álbum de fotos y realizó un relato en primera persona desde el lugar que muchos quisiéramos conocer.
En las islas Malvinas cohabitan tres mundos: el de Puerto Argentino, el de la base militar de Mount Pleasant y el del camp. Fue en el primero de ellos donde los Brizio hicieron base para comenzar su viaje.
En las islas solo hay calles asfaltadas en Puerto Argentino. El resto de los caminos son agrestes, de arcilla, tierra o ripio, no están señalizados y suelen ser intransitables en invierno por el hielo y las lluvias, por eso son necesarios los vehículos con doble tracción. "En la Isla, uno se puede movilizar sin problemas por sus rutas, y en sus caminos de tierra pero sin inconvenientes", contó Brizio.
El primer lugar que visitaron fue el cementerio de Darwin, donde descansan los restos de los soldados argentinos caídos en el conflicto del 82.
Alquilaron una camioneta y allí comenzó la travesía. "Darwin está a más de sesenta kilómetros de Puerto Argentino a través de un camino de tierra. Cuando llegás, todo se detiene y ahí se siente que las Islas son argentinas. Allí flamea la bandera celeste y blanca, hay poesías escritas en castellano y los nombres de los excombatientes nos resultaron familiares. Eso te estremece el alma. Leer personalmente la placa `Soldado argentino solo conocido por Dios´, realmente emociona", rememoró el viajero.
"Cada uno de nosotros pegó por el lugar porque estábamos con otros compatriotas. Allí, una mujer me pidió que le sacara una foto en una tumba y en el momento de tomar la imagen, ella miró la placa y se emocionó. Seguramente, allí descansaban los restos de algún familiar y ella pudo reencontrarse con él. Eso fue inolvidable", recordó.
"Malvina House es el único lugar donde encontramos la palabra Malvinas", contó Marcelo.
Tierra de dolor
En el vuelo, los Brizio viajaron junto a Miguel Zamponi, excombatiente de la guerra integrante de la Compañía C del Regimiento 7 de la ciudad de La Plata. El luchó cuerpo a cuerpo con los ingleses en Monte Longdon y fue el relato viviente para conocer qué pasó en ese lugar los días 11 y 12 de junio de 1982.
Con Miguel caminaron, hablaron y le mostró la trinchera donde estuvo apostado durante 70 días, con la lluvia y el hambre, aliados de la muerte que lo buscaba cada día. "La lucha de Monte Longdon fue la más dura y sangrienta. Todas historias que nos contó Miguel, fueron realmente estremecedoras", afirmó Brizio.
Monte Harriet, Dos hermanas, otros lugares que visitaron "están prácticamente al lado de Puerto Argentino y se lo puede ver. Cuando los ingleses superaron a lo argentinos, nada les costó tomar el pueblo en 1982", contó el sanfrancisqueño.
El corral de piedras donde sobrevivió setenta días el soldado argentino Migue Zamponi, integrante de la Compañía Regimiento 7 de la ciudad de La Plata y que conocieron los Brizio en primera persona.
Turismo en las Islas
En los últimos ocho años, en sintonía con la "Estrategia de Desarrollo Turístico" del gobierno, el turismo despegó. "Los visitantes que bajan de los cruceros o viajan a las islas realizan turismo aventura, atraídos por el encanto natural de los animales que viven allí pero también, sus montes con los vestigios de la guerra de 1982", expresó.
"Pinguineras hay muchas, prácticamente en todos los rincones. Lo más lindo que tiene Malvinas es el Pingüino Rey en Volunteer Point, donde hay una gran comunidad donde se llega después de viajar dos horas por un camino en mal estado. Son más grandes que el pingüino común y su porte es llamativo. También hay avistajes de delfines, orcas, lobos marinos, travesías pero también están los rastros de la cruda guerra y pueden encontrar restos de armamentos, cañones; muy cerca de Puerto Argentino".
Restos de armamento del conflicto en las islas
Respeto ante todo
En Malvinas viven poco más de 3200 personas, de 60 nacionalidades. En Puerto Argentino viven 2466 -casi el 80 % de la población total-. El 43 % de la población de Malvinas nació en las islas. Del resto, 48 % nació en el Reino Unido, 17 % en Santa Helena, 11 % en Chile y el 24 % es oriundo de otros 56 países. Según el censo de 2016, solo cinco residentes nacieron en la Argentina continental. Es una comunidad chica y diversa.
"Cuando bajás del avión te entregan un papel que habla del respeto hacia los habitantes. En un lugar así hay sensaciones encontradas, principalmente para los que vivieron la guerra", manifestó.
En ese clima hostil, Marcelo contó que en algunos bares, el mensaje es claro para los argentinos. "Nos topamos con mensajes como `Orgullosos de ser británicos ´ `Los argentinos serán bienvenidos cuando acepten nuestro derecho de autodeterminación´".
Brizio fue claro: "Las Islas son nuestras, pero la sensación es como estar en Inglaterra. En cada lugar flamea la bandera inglesa y el volante de la camioneta que manejamos está a la derecha como todos los vehículos de allá. Solo el 8 % de los habitantes habla español. Aunque eso duela, nos quedó claro desde el primer momento que pisamos Malvinas".
Restos de armamento
del conflicto en las islas
Viajar por la historia
Estos viajes llenos de experiencia y aventura, son para los Brizio una costumbre. El padre, un hombre mayor pero lleno de espíritu ya invitó a sus hijos a recorrer lugares llenos de historia como el campo de concentración de Auschwitz, en Polonia y la casa de Ana Frank, en Holanda.
Pero para los Brizio nada se compara como lo vivido en Malvinas. "Uno no suele irse de vacaciones a estos lugares, pero siempre está la curiosidad de lo que pasó en esas islas lejanas, esas hermanas perdidas que tenemos y que muchas veces nos cuesta entender o saber cómo fue la vida o cómo ocurrió todo".
"Uno hace homenajes en la Argentina pero muy distinto es cuando se está allí. Este viaje nos confirma que nuestros soldados fueron héroes. Aquí, uno admira y se da cuenta el sacrificio que hicieron por la Patria. Es un viaje inolvidable", concluyó Brizio.