Análisis
Una semana de película
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El país transitó una semana de escenas dignas de una película: un debate cultural convertido en batalla ideológica, heridos varios y crisis partidarias tras el cierre de listas, una economía en pausa electoral, tensiones en el Congreso, denuncias de corrupción, violencia en el fútbol, y hasta un escándalo sentimental. Todo indica que el suspenso irá creciendo hasta las elecciones.
Por Fernando Quaglia | LVSJ
El país vivió esta última semana una serie de episodios que podrían conformar escenas de una película cuya estructura se asemeje a la que promovió un debate de intensidad inusitada. El estreno de Homo Argentum, en la que Guillermo Francella encarna -con mirada “porteñocéntrica”- personajes que intentan retratar al argentino promedio, disparó reacciones encontradas y controvertidas.
De modo semejante, lo ocurrido durante la semana pareció organizarse en episodios donde el hilo conductor discurrió por la campaña electoral, la polarización ideológica, la violencia y la persistencia de un clima incierto.
Escena 1: El cine como espejo
Que una película divida aguas no es novedad. Tampoco la distancia entre los gustos de la crítica y del público. Pero es todo un síntoma que la grieta haya determinado el significado de Homo Argentum: para algunos, una obra maestra que refleja el perfil de un argentino medio; para otros un bodrio que denigra al ser nacional. Un debate de cinéfilos se transformó en una disputa ideológica. La lógica binaria eliminó los matices.
Escena 2: La licuefacción política
El cierre de listas para las elecciones legislativas dejó en evidencia la disgregación del frágil sistema nacido luego de la crisis de 2001. La construcción política mantiene su eje de rotación en torno a liderazgos personales antes que a proyectos colectivos. La polarización se consolida. Pero importantes referentes del sistema fueron desplazados o absorbidos. La sumisión del PRO es claro ejemplo. La fragmentación también roza a un peronismo “unido” solo para la ocasión y a los libertarios, enfrascados en disputas que no cesan.
Escena 3: La economía en pausa
Las autoridades económicas parecen tener como único objetivo hasta las elecciones mantener al dólar quieto. Un recurso usado y gastado por gobiernos anteriores. La elevación de las tasas de interés a niveles que desalientan la producción y profundizan la recesión es un dato preocupante. Paradoja: lo que se gana en estabilidad cambiaria se pierde en dinamismo productivo. Como en una escenografía repetida, el crecimiento se posterga por la búsqueda de votos.
Escena 4: El Congreso, protagonista
Al menos hasta octubre, el guion de la política “argenta” tiene como escenario al Congreso. En Diputados, el oficialismo evitó un nuevo revés absoluto, pero lo hizo a costa de un empate poco digno. El rechazo al veto sobre la ley de discapacidad exhibió la obcecación con la que el gobierno manejó un tema que debió resolverse con anticipación. Además, desnudó la falta de reflejos de funcionarios que no calibraron con certeza el humor social sobre esta sensible cuestión. La ratificación del veto a la ley que aumenta jubilaciones permitió maquillar una débil estrategia parlamentaria. La goleada que recibió el gobierno en el Senado desnudó esas mismas limitaciones, varias producto de errores no forzados del oficialismo. No obstante, también las bancadas opositoras tienen dificultades para presentarse como alternativas apetecibles. En especial si el papel central lo asume esa rara especie de Homo Argentum que personifica el senador Mayans.
Escena 5: La sombra de la corrupción
La difusión de los audios del expulsado ex interventor del Instituto Nacional de Discapacidad colocó a media asta la bandera anticorrupción del gobierno. El episodio reactivó sospechas sobre maniobras de inteligencia y volvió a situar a la hermana del presidente en supuestas operaciones oscuras, como ya ocurrió con criptomonedas y candidaturas “pagadas”. Así, la narrativa libertaria de transparencia pierde vigor y arrastra uno de sus argumentos centrales en su lucha contra la casta. La respuesta: “silenzio stampa”. El que calla, otorga. El jefe de Gabinete ya admite que no pone las manos en el fuego por nadie. Este capítulo promete nuevas revelaciones.
Escena 6: Barbarie en la cancha
La violencia en el estadio de Independiente es muestra de un deterioro moral y social que excede al fútbol. La pasividad e inacción policial y el descontrol de los grupos violentos configuran un cuadro que recuerda que, en materia de seguridad y convivencia, la Argentina enfrenta un problema al que la política no brinda respuestas. A la reacción electoralista de funcionarios nacionales y bonaerenses se suma a la de cierta dirigencia del fútbol. Hipocresía y gatopardismo como líneas argumentales.
Escena 7: No puede faltar una línea sentimental
La ruptura de una pareja de actores derivó en un debate mediático que rozó aquella lógica binaria. El ingenio popular no faltó a la cita: a la infidelidad masculina que se asocia en el imaginario colectivo con “Icardi”, ahora se le suma la femenina con “Accardi”. Los opinadores mediáticos, de fiesta. Hasta el espacio de la intimidad pareció encuadrarse en la dinámica polarizada de la vida pública.
Epílogo: Un país en suspenso
Como en Homo Argentum, las escenas de la semana compusieron una radiografía fragmentada del presente. Los allanamientos de ayer, originados en las escuchas del ex titular del Instituto Nacional de la Discapacidad que han desatado un escándalo de derivaciones imprevisibles, son la secuencia que le faltaba a un guión de suspenso para la película de un país en suspenso.