Una comisión que honra el rol de la familia en la escuela
Integrantes de la comisión del Colegio Sagrado Corazón de los Hermanos Maristas explican la importancia de estar siempre para ayudar a la institución que consideran "una familia".
Con el objetivo
de acompañar la educación de sus hijos y también, ponerse al servicio de toda la
comunidad educativa marista, la comisión de padres "está al pie del cañón",
siempre.
Néstor Cacchiarelli y Mauro Reinero, presidente e integrante de la comisión del Colegio Sagrado Corazón de los Hermanos Maristas, ponderaron la loable tarea que realizan junto a un grupo de padres y madres en beneficio de la institución.
"Desde hace tiempo venimos haciendo distintas actividades para ayudar y mejorar en aspectos compatibles con los alumnos. Nosotros trabajamos en feedback comisión de padres, familias y comisión directiva del colegio", explicaron.
"Nuestra función es recaudar fondos y para lograrlo, llevar a cabo diferentes eventos por y para los chicos. Por ejemplo, celebramos el Día del Niño, el Almuerzo Marista para convocar a las familias en un momento del año, haceos ventas de locro y mucho más", contó Cacchiarelli
"Es como una gran familia", afirmaron Néstor Cacchiarelli y Mauro Reinero.
Con lo producido en cada iniciativa, pudieron aportar para reformas y arreglos de la infraestructura edilicia de la escuela y otras necesidades. "Pudimos colocar equipos de aire acondicionado en las aulas, la red de WiFi, cámaras de videovigilancia, cerramiento del jardín del colegio, entre otras obras", enumeró y adelantó que próximamente "se mejorará el Polideportivo para optimizar su uso a nivel eventos y la construcción de una ermita".
"La comisión de padres es una forma de cohesión porque podemos tener una representatividad de todos los padres con el consejo directivo para que conozcan de manera directa lo que ocurre. Somos un nexo entre las familias de los estudiantes y la dirección del colegio", agregó.
Y sumó: "Es necesario que el grupo de padres esté presente para acompañar también a los estudiantes en cada etapa y cada necesidad".
Al mismo tiempo, es una manera de estar más cerca e involucrados en las actividades de sus hijos, más allá de la educación en el aula.
"Siempre se necesita la colaboración de los padres. Personalmente, es como si uno se aferrara e hiciera propio el colegio. Que los chicos nos vean participando y estando presentes, los hace muy felices", aseguró Reinero.
"Es como una gran familia", concluyó Cacchiarelli.