Opinión
Una avenida para el Papa Francisco, un legado que merece perdurar
Nombrar una calle en honor al Papa Francisco no es solo un acto simbólico: es reconocer en nuestra ciudad a un argentino que marcó la historia con humildad y compromiso social.
Por Graciela Capdevila | LVSJ
La inminente apertura de la Plaza Cívica, que permitirá una conexión directa entre el norte y el sur de San Francisco a través de la actual Avenida Libertador, abre una oportunidad histórica para resignificar nuestra nomenclatura urbana.
En este nuevo contexto, surge con fuerza la propuesta de que el tramo sur de la actual avenida reciba el nombre de Avenida Papa Francisco, en homenaje al primer pontífice argentino y latinoamericano, recientemente fallecido el 21 de abril. Su legado espiritual y social, su compromiso con los más humildes, su defensa de la justicia, el diálogo interreligioso y su mensaje de inclusión lo convirtieron en una figura de alcance mundial, profundamente valorada por creyentes y no creyentes por igual.
Este tramo de la avenida atraviesa, además, la Catedral de San Francisco, un sitio central y simbólico para la comunidad. Integrar el nombre del Papa Francisco en el corazón de la ciudad no solo sería un gesto de homenaje, sino también una señal de reconocimiento a los valores que promovió: el diálogo, la solidaridad, la fraternidad y la paz.
Desde un punto de vista urbanístico, también resulta coherente esta propuesta. Numerosas calles que atraviesan la ciudad de sur a norte modifican su nombre al cruzar el Bulevar 25 de Mayo. Esta lógica de nomenclatura ya establecida valida el criterio de asignar distintos nombres a tramos diferenciados de una misma arteria, reforzando la identidad de cada sector.
La actual división en la Avenida entre Libertador Norte y Libertador Sur, motivada por la estructura de la Plaza Cívica, ha quedado obsoleta ante el nuevo plan de integración urbana. La continuidad física de la traza invita a repensar también su denominación, adoptando nombres con sentido, identidad y coherencia histórica.
Aunque una ordenanza municipal exige esperar 3 años tras un fallecimiento para asignar el nombre de una calle, figuras excepcionales de la historia argentina y mundial como los es el Papa Francisco, al igual que otros argentinos como Diego Maradona o Lionel Messi ameritan excepciones.
Nombrar este nuevo tramo como Avenida Papa Francisco permitiría a San Francisco proyectar una imagen moderna, sensible y profundamente conectada con su tiempo. Sería una manera de mantener viva su memoria en el espacio público, de inscribir sus valores en la vida cotidiana de la ciudad.
Como complemento, y con el mismo espíritu de homenaje, se propone que el tramo norte de la avenida pase a denominarse Avenida Libertador General San Martín, consolidando así un gesto de unidad entre dos de las figuras más importantes de nuestra historia: el líder de la independencia nacional y el Papa argentino que conmovió al mundo.