Un zarpazo delictivo cambió la vida de dos mujeres
Mercedes iba a trabajar un día de febrero de 2015 y un joven la abordó para robarle, esa mañana la tragedia los puso enfrente y hoy ella puede contarlo. Su historia comparte muchas aristas con la de María Laura Ferreyra.
Por Ivana Acosta | LVSJ
En el año 2015, Mercedes iba a trabajar como cualquier otro día pero en el camino cuando iba por Av. Las Malvinas al 500 se encontró con un verdugo que no solo le robó sino que le dejó heridas que no se irán más.
De ese hecho puntual ella no tiene recuerdo alguno, previo a eso solo tiene en la memoria que había hablado con uno de sus hijos y posterior a ello sabe que se despertó en una clínica con una gran operación que le salvó la vida.
No recordar ese traumático episodio en cierta manera le jugó a favor porque después de sortear con éxito la rehabilitación siguió adelante con su vida tal como la había llevado siempre, aun a pesar de algunos inconvenientes como la extracción de una placa que le había dañado el cuero cabelludo.
Mercedes estuvo más de un mes internada en estado crítico y fue intervenida por cirujanos que hicieron todo lo posible para descomprimir su cerebro y que saliera adelante. En ese momento todos hablaban del caso de la mujer que iba en bici a trabajar y un arrebato casi le costaba la vida y del joven que le robó, una vez que fue identificado y detenido.
Seis años después de aquel momento la mujer dijo: "Para mí la vida siguió tal cual como ahora. El drama de salir era para mis hijos que preguntaban dónde estaba, cómo estaba. Yo salgo, camino, voy por todos lados, eso sí no llevo bolso, solo la llave, pero ni siquiera el teléfono llevo, esa la precaución que tengo".
Recuerdos borrados
La mañana del 16 de febrero de 2015, Mercedes iba a su trabajo en el Hospital J.B. Iturraspe donde era enfermera, hacía pocos días había cumplido los años y hasta que se encontró con el delincuente su vida transcurría de manera normal.
Salió en bicicleta de su casa, llevaba un bolso con ella que contenían cosas personales y eso la convirtió en una presa para un joven que se la quitó ocasionando su caída violenta al suelo. El daño físico estaba concentrado en su cabeza y su condición fue crítica durante más de un mes.
Ella no sabe qué pasó en esa fracción de tiempo y no lo sabrá nunca, pero lo considera como un aliciente porque se trató de un evento traumático y doloroso en su vida. "Del ataque en sí no me acuerdo de nada, fue tan fuerte el golpe que no lo recuerdo, antes solo recuerdo que había hablado con mi hijo", relató.
La vida siguió
Dos años más prácticamente la mujer siguió trabajando después del accidente, si bien su rehabilitación demandó 7 meses arduos de trabajo nunca claudicó y se recompuso con éxito. No se produjo daño neurológico, aunque sí le quedaron diferentes cicatrices a las que no les brinda atención, cerraron igual que ella con ese capítulo de la vida.
"No tuve nada neurológico, sí necesité fonoaudiología porque tuve una traqueotomía. Pero por suerte no tengo registro de nada de lo que pasó y quedé bien. A los 7 meses empecé a trabajar de nuevo", contó con la misma calidez que la caracterizó desde siempre.
Cuando se levantó su cabello Mercedes mostró cómo quedó su cabeza por fuera, hay una marca grande que señala la intervención que le realizaron para descomprimir su cerebro. Lo que se rompió inevitablemente fue reemplazado por plaquetas que recubren el lugar. "En ese momento me pusieron cuatro placas porque me abrieron, sacaron el cráneo para descomprimir la cabeza que era como un globo y lo guardaron acá - expresó señalando su zona media - Después de un mes cuando ya se descomprimió la cabeza me cerraron".
No obstante, no fue la última intervención que tuvo, poco tiempo atrás volvieron a abrirla, aunque esta vez estuvo despierta porque le aplicaron anestesia local, sobre ese momento indicó: "Hace unos meses me abrieron la cabeza y me sacaron una plaqueta porque el metal me había perforado el cuero cabelludo".
Detención y juicio
Apenas tres días después del robo a Mercedes la policía detuvo a un joven que en aquel entonces tenía 19 años que residía en barrio San Cayetano. Días después, la fiscal de Instrucción Leonor Failla, que dirigió la investigación lo imputó por "robo calificado por la gravedad de las lesiones".
Cuando se celebró, tiempo después, el juicio el joven fue condenado a 8 años de prisión y Mercedes fue llamada a declarar. "Hubo un juicio, a mí me citaron a declarar y yo dije lo mismo que voy a decir toda la vida y es que no me acuerdo de nada. A él le dieron 8 años y no supe más nada", resaltó.
La mujer se anotició de lo sucedido con el juicio de María Laura Ferreyra, cuyo arrebato tuvo consecuencias más graves en la salud de la mujer y acerca de ello reflexionó: "Al igual que con María Laura se ve que tenemos que sobrevivir, alguna misión tendremos que cumplir. Espero que nunca más me pase nada y no le pase a nadie más".