Un triplete de fantasía
El freyrense César Carignano presentó ayer su libro "Cañito vale doble", que contiene tres cuentos sobre fútbol "para pibes y no tan pibes".
De vez en cuando sucede. Una brisa de aire fresco llega
desde el punto cardinal menos esperado y la recibimos con sorpresa y
beneplácito. Cuando el fútbol parece que solo se trata de cifras obscenas como
los 222 millones de Neymar, o el griterío que nos aturde desde los programas de
la TV porteña, una buena noticia nos sacude de la monotonía.
César Carignano presentó este martes en Santa Fe su libro titulado "Cañito vale doble" para recordarnos que el fútbol nació siendo pasión y juego, y que como fenómeno social puede ser tan valioso al punto de atraer a los más pequeños a la lectura. Ese es el objetivo: el libro consta de 3 cuentos en los que los chicos son protagonistas y que coinciden en el mensaje de pregonar la solidaridad y la amistad.
Carignano, que nació en Freyre y se retiró profesionalmente del fútbol en Sportivo Belgrano, cuenta que la literatura lo atrapó de joven en forma de interés por la historia, que más tarde lo sedujo como novela y que en su conjugación con el fútbol encontró primero un cable a tierra y luego un proyecto palpable que ayer salió a la luz.
El ex delantero de Colón, Basel de Suiza y la selección argentina entre otros, continuó ligado al fútbol luego de su retiro a través del periodismo deportivo (se desempeá en LT 10 de Santa Fe). Pero hoy es su nueva faceta de escritor la que le despierta nuevas sensaciones intensas: todo comenzó como una búsqueda de material de lectura infantil sobre fútbol y ante la frustración nació "Cañito vale doble", con ilustraciones de Ignacio Bogino (actual jugador de Temperley) con quien compartió plantel en Patronato y a quien le debe haber conocido a grandes como Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano y Eduardo Sacheri.
Muy dispuesto para el diálogo, el freyrense se prendió a la charla y habló de todo: los prejuicios en el mundo del fútbol, el valor de la lectura, Bielsa, Sportivo y mucho más.
- ¿Cuándo descubriste esta pasión que hoy ocupa un lugar primordial en tu vida como lo es la literatura?
La literatura apareció en mi vida en la adolescencia, a
través de un libro que me regalaron: el Nunca Más, el informe de la Conadep
sobre los desaparecidos. A mí la historia siempre fue algo que me inquietó. A
partir de ahí casi exclusivamente leí historia, hasta hace un tiempo. Lo hacía
en las concentraciones, en los ratos libres, en los tiempos muertos que por ahí
permite el fútbol, en los viajes. Luego, a través de conocer en Patronato a
Ignacio Bogino que es quien hace los dibujos de mi libro, empecé a conocer por
su influencia los clásicos de la novela como García Márquez, ese tipo de
escritores. Caí en Galeano y un poquito más tarde en Sacheri. Ahí vinculé la
novela con la historia y el deporte y así amplié bastante el espectro.
- ¿Cuánto
tuvieron que ver tus hijos en que el género elegido sea infantil?
Mi hijo tiene 9 años y mi nena 5 y eso tuvo mucho que ver en
esto de escribir algo que intenta ser literatura infantil. Todo comenzó por una
búsqueda que hicimos de literatura de fútbol para niños y no encontramos nada.
A partir de ahí, por influencia de mi señora y porque a mí me gusta escribir
comenzó todo esto como una prueba, sin un objetivo fijo. Y bueno, terminó
llegando a esto que es hoy, pero el origen fue ese.
- ¿Es una
forma de seguir ligado al fútbol luego del retiro?
A la forma de seguir ligado al fútbol la encontré en el periodismo deportivo. Estoy trabajando en LT10 (radio de Santa Fe) hace un año y medio. En una charla casual con el director de deportes surgió esta posibilidad y la verdad es que me reconforta y me gusta. He encontrado un trabajo lindo que me permite estar cerca del fútbol. Me tocó comentar unos partidos y me genera una adrenalina una similar a la del jugador. Y esto de la escritura y la literatura para mí ha sido un cable a tierra desde hace un tiempo, aunque muchas de las cosas que escribo no son para publicarlas sino que son una forma de canalizar sentimientos. En este caso sentí la necesidad de hacerlo como una posibilidad de brindar una herramienta para que los chicos se arrimen a algo tan maravilloso que hoy queda a segundo plano a manos de la tecnología como los es la lectura. Me parece que el fútbol, por su masividad, es un atractivo para acercarlos.
- Tener a
Sacheri entre tus influencias y por el título del libro nos hace imaginar un
fútbol desde la inocencia, el barrio, los valores que se pierden luego con el
profesionalismo... Tal cual, el mensaje que va detrás de esto de acercar a los
chicos a la lectura es el de transmitir valores como la solidaridad, la
generosidad, la amistad. Transmitir que ganar no es más importante que ser
parte de un equipo. En eso se basa fundamentalmente el libro. La influencia de
Sacheri me ayudó para describir los escenarios donde transcurren los cuentos:
uno está ambientado en finales de los 70, otro es actual pero se remonta a los
inicios del Ferro Carril. Cada ambiente es un disparador y creo que eso también
hace que el libro no sea solo para niños sino que le puede interesar a grandes. La nota completa en la edición de papel de este miércoles 16 de LA VOZ DE SAN JUSTO