Un punto de atropellada
Sportivo perdía 2 a 0 en un panorama que cada vez se complicaba más. Gaviglio llegó desde el banco para traer un poco de alivio. De todas formas, sigue lejos de la zona de clasificación y no puede salir del fondo de la Zona 1.
Todo estaba terminado. Faltaban 13'. El "verde" perdía 2 a 0. Hasta allí había hecho casi todo el gasto. Se "comió" literalmente media docena de goles. Pero caía sin atenuantes. La esperanza se había diluido. Los reclamos bajaban con fuerza desde las tribunas. El clima se había caldeado. En este contexto, la arremetida final de Sportivo para empatar este viernes un partido increíble es lo más auspicioso que puede rescatarse del choque con Boca Unidos.
Los dos goles de Ezequiel Gaviglio fueron bálsamo para el malestar reinante. Y abren la puerta a la recuperación espiritual que necesita este equipo, golpeado con una mala racha que se resiste a dejar de vivir en barrio Alberione.
Preguntas
¿Cómo explicar que Sportivo Belgrano se fue al descanso perdiendo cuando dispuso no menos de 6 ocasiones netas para marcar? ¿Cómo se puede comprender que el "verde" volvió a los vestuarios tan solo perdiendo por un gol cuando Boca Unidos pudo haber goleado luego de conseguir la ventaja?
Interrogantes que dejó un primer tiempo muy movido, por momentos bien jugado, con espacios y goles errados por doquier. En este último aspecto, Sportivo Belgrano sacó largas ventajas. En solo diez minutos, Catube pudo definir el pleito. Pero falló. Carranza le sacó el disparo en dos ocasiones. En otra, su remate se fue desviado y en la última, el 9 eludió al veterano arquero pero no buscó el arco porque por la derecha Strada estaba sin marcas, aunque nunca le llegó el balón.
En la cuenta del haber merece señalarse que estas jugadas no fueron fruto de la casualidad. El motivo tuvo nombre y apellido: Walter De Souza. Sus desbordes por la izquierda fueron la clave de un dominio ostensible que debió traducirse en la red. Sus estocadas precisas al centro del área encontraron siempre a Catube. Pero los piolines siguieron siendo espectadores. También Strada tuvo el gol pero la pelota dio en el palo y Sarulyte sacó de cabeza en la línea un tiro de De Souza.
Los minutos pasaron y gracias al tándem Medina - Migone por la derecha, la movilidad de Fabro y la presencia amenazante de Reynaga, Boca Unidos fue emparejando el trámite. En uno de los encuentros entre los volantes correntinos, Migone llegó al vértice del área y lanzó un centro que encontró la mano desplegada de Gallardo. Penal indudable. Medina, con disparo al medio lo canjeó por gol.
La historia se repitió. El nerviosismo se apoderó de las camisetas verdes. Y la visita encontró una tranquilidad que le permitió llegar con peligro cuando se lo propuso. Reynaga se perdió un gol increíble cuando remató en el área chica y Fabro no pudo conectar un centro de Medina con la defensa verde a contrapierna.
Más interrogantes
¿Era posible emparejar el marcador luego de aquel festival de goles errados? ¿Qué recursos anímicos y futbolísticos le quedaban a Sportivo para dar vuelta la historia?
Las cosas ya no fueron como al principio. El elenco de nuestra ciudad buscó de manera insistente pero sin claridad. Se desguareció. Puso todo el corazón. Los cambios fueron ofensivos. Sin embargo, los intentos se diluían al llegar a tres cuartos. Boca Unidos se replegó, ocupó espacios en su campo y se dedicó a esperar. La presunción de que podía aumentar la diferencia no fue descabellada. Porque cuando recuperó el balón sus volantes y delanteros se lanzaron en busca del gol. Por dos veces Fabro lo tuvo. En la tercera contra, Medina alargó para Reynaga. El centrodelantero enfrentó a Vijande y lo sometió con un disparo cruzado.
Todo estaba definido. No había nada más que hacer. Pero, Sportivo se encargó de mostrar amor propio. Algo que, pese a la magra cosecha de puntos en el torneo y a los vaivenes anímicos que son un caso de diván, fue la causa de la atropellada final. Gaviglio fusiló a Carranza un minuto después del segundo gol correntino. Instaló el dramatismo. El delantero sanfrancisqueño se dejó caer cuando ingresaba en diagonal al área apareado con Ojeda. También se encargó del penal y puso el empate casi milagroso.