Un papá homenajeó con un poema sus hijas médicas por su labor en la pandemia

El empresario Antonio Di Monte escribió un poema a sus dos hijas médicas Liza y Stefanía y para todos los profesionales de la salud, quienes están expuestos en esta guerra contra el coronavirus.
Mientras que en muchas ciudades del país, médicos y personal de salud que trabajan en la primera línea en la batalla contra el coronavirus son repudiados y rechazados por sus vecinos que piden que no vuelvan a sus casas para no contagiar, el padre de dos médicas de nuestra ciudad escribió un poema para agradecer por el trabajo que ellas y sus compañeros llevan adelante en estos momentos de crisis.
Antonio Di Monte, propietario de Cruz Verde SRL y Di Monte SRL (funeraria), quiso reconocer a través de las palabras a sus hijas Liza, nefróloga y directora del servicio de emergencias de nuestra ciudad, y a Stefanía, infectóloga de un instituto médico de la ciudad de Córdoba, la labor que hacen en tiempos de pandemia.
Di Monte escribió "Loas a los médicos", en el cual demuestra su admiración a la labor que lleva a cabo los trabajadores de la salud contra la Covid 19. "Las musas, ¡Admíralos! me susurraban/ La razón, ¡Reconocimiento! Me sugería/ En tanto un virus y la histeria atacaban/ A un planeta que ya muy mal se sentía", rezan las primeras líneas de la poesía realizada por este padre.
"Mis rimas en esencia dicen `¡Gracias!´", aseguró Di Monte a LA VOZ DE SAN JUSTO, quien reconoció el esfuerzo que conlleva estudiar esta carrera y luego continuar la profesión. "Sé lo sacrificado que es obtener un título académico que los habilite a los médicos a ser un servidor, ya que luego hay que volver a estudiar varios años más para obtener otro título de especialista simplemente para servir con más calidad. Además, en muchos casos son mal pagos. Esto también llama la atención al poco valor a nuestros médicos que se los insulta y agrede, como pasa con los maestros", indicó.
Escribir desde el corazón
Para Di Monte, la escritura siempre fue una forma de expresarse. Pero ahora, sirvió para canalizar el miedo y angustia que sentía por esta situación que tenían que atravesar ellas y las ganas de darles una palabra de aliento.
"Al iniciarse este proceso de la cuarentena obligatoria por ley, mis dos empresas quedaron atrapadas en el medio por sus prestaciones, ambas están vinculadas directamente en la guerra contra el terrible coronavirus. Pero también estaban mis hijas Liza y Stefanía, que en su rol de médicas tenían que cumplir con la obligación moral, ética e hipocrática de seguir haciendo lo que están haciendo con el gran riesgo y temor de contraer la maldita enfermedad y llevárselas a sus hijos y marido porque quedan muy expuestos a ello".
"Liza como nefróloga y directora de Cruz Verde, sabiendo que tiene que atender cualquier situación de emergencia y Stefanía, infectóloga, que trabaja en un centro médico de la ciudad de Córdoba y tiene la enorme tarea de organizar el hospital por si se agudiza la pandemia", explicó el empresario.
Las mujeres son madres de niños pequeños y esta situación moviliza a este abuelo. "Solo pensar que Stefanía va al mediodía darle su leche materna a mi nietito y luego vuelve al hospital a continuar con su tarea me pone muy mal", aseguró.
Di Monte contó al diario que entre las llamadas que compartió con ellas muchas veces sintió angustia e impotencia de no poder ayudar. "Esos sentimientos los volqué en palabras de afecto para abrazarlas y alentarlas. Fue mi intento de ponerle palabras al orgullo que siento por mis hijas y por sus colegas que nos están protegiendo a todos", expresó.
Loas a los Médicos
Hoy, le pedí a mis pensamientos
Que me ayudaran a escribir poesía,
Ordenaran mis ideas y sentimientos
¿Para ver, si escribir en rimas podía?
Las musas, ¡Admíralos! me susurraban
La razón, ¡Reconocimiento! Me sugería
En tanto un virus y la histeria atacaban
A un planeta que ya muy mal se sentía
Por la vorágine, veloz y atropellada vida
Que obnubila todos nuestros sentidos,
Agradecerles a veces se nos olvida
¿Total?, siempre suenan los latidos.
Así como el aire y el agua son vitales
Y solamente en su ausencia valorados
Ellos, son ahora amados y esenciales
Por salvarnos de este mundo aterrado
Son los que decidieron estudiar y leer
Sin pausas, sin descanso y con pasión
Cursando una larga carrera para ser
Los que evitarán, se nos pare el corazón.
Muchos, vuelven a estudiar y estudiar
Para dejar el generalísimo y ser especialista
Salvando vidas, sin pretender mucho ganar
Y evitando lo borren o saquen de una lista
¡Que noble!, pero a veces ingrata profesión
¡Noble! porque la vida está en sus manos
E ingrata, porque algunos sin ton ni razón
Pretenderían que fueran sobrehumanos.
¡Gratitud y loas! a los médicos en general.
Por supuesto a mis dos hijas que los son,
Sus servicios son de una importancia tal
¡Que nunca sabremos su dimensión!
Por Antonio Di Monte a sus hijas Liza y Stefanía