Un milagro en pandemia: Martina, la guerrera que es pura vida

Fue una prematura extrema en plena pandemia. Martina Milagros Ferrero nació el 29 de diciembre de 2020 a los cinco meses de gestación y pesó 620 gramos. Hoy con un año de vida salió adelante y sigue creciendo en buen estado de salud. Su historia conmueve y demuestra que los milagros existen, y que a pesar de que un virus desconocido amenace o que haya miles de obstáculos, la vida siempre se abre camino, fortalecida por el amor de los padres, la familia y el personal de salud, siempre presente, luchando en todos los frentes.
Isabel Fernández|LVSJ
Cuando llegó al mundo no le dieron esperanza de vida, afuera se luchaba contra un virus desconocido, pero ella, pequeñita y frágil demostró el valor que tienen los guerreros. Martina Milagros Ferrero fue prematura extrema, nació el 29 de diciembre de 2020 a las 25 semanas de gestación (5 meses) y pesó 620 gramos.
Cada historia de prematuros es única y emociona, une a todos, madres, padres, médicos, enfermeras, familias en una gran aventura por la supervivencia que se desarrolla en una Neonatología, en medio de cables, sondas, alarmas, ciencia, cuidados, controles y también amor del bueno, el que dan las mamás y papás canguros que no sueltan las manitos de sus bebés y el que brinda el personal de salud, siempre listo, atento y humano.
La de Martina demuestra que los milagros existen, por eso lleva su segundo nombre: "Milagros" y también que en el día a día en la neo, las pequeñas cosas se convierten en pasos gigantes. Pasó seis meses viviendo rodeada de monitores, cables, sonidos hospitalarios y tubos de luz, atravesó cuatro cirugías, pero en junio del año pasado volvió a casa pesando 1.500 kilogramos, lista para seguir su desarrollo. Hoy está bien, cumplió un año y sigue creciendo abrazada por el amor de sus papás y su familia, con todos los controles necesarios por su prematurez.
La casa se alegra con sus risas y balbuceos y en el rostro de sus papás se nota el alivio de haberse podido sobreponer al dolor, en una experiencia de vida que transforma a todos. Nunca se vuelve a ser el mismo después de dar a luz un bebé prematuro, más aún si es extremo como fue el caso de Martina, son chicos que nacen con menos de 28 semanas de gestación y por debajo de un kilo y medio de peso.
Sin embargo, los padres prematuros son testigos del milagro de la vida que se abre camino a pesar de todos los obstáculos. En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, su mamá Pamela Pisciolari y su papá Pablo Ferrero contaron sus vivencias, que quieren que lleguen a todos para ayudar a otras familias que pasan por lo mismo.
Pamela aseguró que en la neo "el aprendizaje es mucho, aprendes a valorar la vida. Los médicos, la ciencia hacen todo lo que pueden. Es muy valioso todo lo que entregan los médicos y las enfermeras, no sólo su conocimiento sino su calor humano, su acompañamiento, estamos muy agradecidos con todos ellos, todavía nos mantenemos en contacto y algunas enfermeras nos siguen mandando mensajes".
Destacó que en este camino, aunque cada uno lo transita como puede, algunos más acompañados que otros, "es importante disfrutar de los hijos, valorar la vida, Martina la luchó y está con nosotros. Desde el día que nació tuve fe en Martina, que iba a salir adelante. Es un milagro", dijo emocionada Pamela.
Pablo, con su hijita en brazos agregó: "Hay que tener la confianza en Dios que es quien obra, más allá de la lucha del bebé y los médicos y enfermeras, que son un grupo extraordinario. Nunca voy a olvidar lo que me dijo una enfermera en la "Ella es una guerrera y si la vino peleando hasta ahora la va a seguir peleando y nosotros estuvimos desde el primer día para ayudarla", eso me dijo una enfermera en un momento de crisis y me quedó grabado.
Martina Milagros,
una gran luchadora
Cómo fue su llegada
Los avisos del parto prematuro comenzaron en plena pandemia y con el coronavirus asolando su casa, ya que su papá estaba aislado por sufrir la enfermedad. Pamela comenzó a sentir dolores, sangrado e inmediatamente acudió al médico que la revisó y descubrió que ya tenía dilatación, se desencadenaba el trabajo de parto sin ningún motivo.
"Yo no tenía la presión alta, ni una infección urinaria, el parto se adelantaba sin motivo. Ese día el médico me recetó reposo absoluto porque si nacía la bebé no me daban esperanza de vida, porque me decía que con 25 semanas era inviable", recordó Pamela.
En esos días Pablo estaba aislado con covid por lo que la mamá debió irse a Devoto, de donde es oriunda y tiene familia, para hacer reposo absoluto y demorar lo más que se pueda el parto. "Estaba en la casa de mis padres en reposo pero tres días después rompí bolsa y me internaron. Ese momento fue muy duro, porque Martina fue muy buscada y no le daban chance de vida: era 'hasta acá llegó'", contó.
La fe es algo que siempre acompaña y Pamela es muy creyente. "Cuando entré a la sala de partos puse todo en manos de Dios. La recibió el doctor José Patrignani y enseguida la internaron en la neonatología".
Martina era muy chiquita, su mamá aseguró que al salir de la panza "pesó 750 gramos, bajó a 620 gramos, con el peso que la inscribieron, y lo menos que llegó a pesar fueron 550 gramos. Así fueron pasando los días, nosotros teníamos que cumplir los 14 días por el coronavirus y la angustia era mayor porque queríamos verla".
Finalmente pudieron ir a la Neo de la Clínica "Enrique J. Carrá (h) y ahí estaba ella, muy chiquita, llena de cables y sondas. "Me la pusieron en el pecho como mamá canguro y en ese momento sentí que el mundo se caía, no era la vida que queríamos para ella -dijo emocionada Pamela-, pero seguía adelante, tenía bien desarrollados los pulmones, comía, pero tuvimos que trasladarla a Córdoba, a la Clínica del Sol, porque no se le cerraba el ductus, conducto que conecta la aorta a la arteria pulmonar".
Durante el embarazo el bebé necesita tener el ductus abierto para poder respirar pero al nacer, y al comenzar a funcionar los pulmones ya no lo necesita y suele cerrarse espontáneamente en los primeros días de vida.
La del ductus fue la primera operación de las cuatro que pasó en la internación, en los meses atravesó por dos cirugías en sus intestinos y otra en sus ojitos por problemas en la vascularización de la retina por su condición de prematura.
"Todo era el día a día, no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar y nos entregamos a todo lo que los médicos decían que había que hacer. Un día nos decían que las esperanzas eran pocas y al otro que estaba mucho mejor. Pero los médicos se asombraban porque se recuperaba enseguida, nos decían que era como una cajita de sorpresas", afirmaron los papás.
"Nadie entiende lo que se pasa en la neo, porque si no se vive no se entiende", finalizó diciendo Pamela que hoy junto a Pablo celebra la vida de su hija, que sigue creciendo, valiente, en un mundo lleno de obstáculos.
Martina ya está en casa y rodeada de mucho amor
Cómo prevenir los nacimientos antes de tiempo
Prevenir los nacimientos prematuros es un paso fundamental para reducir sus consecuencias. Sin embargo, qué eventos desencadenan el inicio del parto a término, así como el parto prematuro, son desconocidos. Más de la mitad de los nacimientos prematuros ocurren espontáneamente.
Pero existen medidas que pueden tomarse, algunas incluso desde antes de la concepción, para llevar un embarazo saludable y reducir las probabilidades de que los bebés nazcan antes de las 37 semanas, entre ellos:
· Dejar de fumar, evitar el alcohol, las drogas y los medicamentos no prescriptos por un proveedor de salud
· Mantener un peso saludable y la presión arterial bajo control
· Evitar situaciones de estrés, violencia y otras formas de abuso
· Asistir al menos a ocho controles durante el embarazo
· Prevenir las infecciones durante el embarazo
· Evitar jornadas laborales de más de 6 horas de pie
· Eliminar las cesáreas electivas y no médicamente necesarias antes de las 39 semanas de gestación. Fuente: Organización Panamericana de la Salud (OPS)