Básquet
Un festejo al cielo

El entrenador de El Tala, Lisando Salles, habló del ascenso a la Liga Federal, logro que dedicó a su padre fallecido.
Las voces del festejo aún retumban en cada rincón del club El Tala, no es para menos, si hubo que esperar tres décadas para volver al escenario del básquet nacional. Un clima de felicidad que perdura y lógicamente lo comparte, por la simple razón de ser el responsable de que la misión finalizara con éxito, desafío personal que se propuso en el trató de pegarle un sacudón a la historia de la prestigiosa institución.
Acostumbrado a los ascensos, cada uno con un sabor especial, este fue diferente para él. Celebración que tuvo una dedicatoria emotiva, tierna, que tomó rumbo al cielo en homenaje a su papá. Lisandro Salles vive un presente de emociones encontradas, pero siempre mostrando gratitud a quienes le permitieron sostener su exitoso presente profesional.
“La verdad que este ascenso fue distinto a otros. En lo personal fue un año muy intenso, desde el nacimiento de mi nieto en febrero, pasando por la pérdida de mi papá en abril, ha sido un año de profundas emociones”, confesó el entrenador.
“El Tala y su gente en particular, sin saberlo, hicieron que mi año se encamine. Me ayudaron muchísimo a sobrellevar la enorme tristeza que representó el golpe de mi papá y terminó siendo un año tremendo por donde se lo mire. Uno está lejos de la familia, de los afectos, y el poder tener a Joaquín – su hijo- conmigo acá en el club también fue muy importante”.
“También el básquet nos ayuda muchísimo porque el volver a trabajar rápido hizo que este año termine de la manera que terminó. Ahora a descansar, a estar con mi señora, con mi hija, mi yerno, mi nieto, con Joaquín”.
“Todo título tiene su impronta, su historia, sus anécdotas. Pero bueno, este tiene un sabor especial porque fue el primero sin mi papá, que siempre me acompañó jugando, dirigiendo. Pudo estar mi mamá en la tribuna, por suerte pudo venir a San Francisco, creo que ese es el sabor especial que tiene este título y sin dudas va para él que hubiera estado en la tribuna, celebrando y sufriendo”.
Logro conseguido dentro de un contexto de superación institucional que el “coach” destacó.
“El semestre fue muy positivo en un montón de aspectos. Estoy en un club de constante crecimiento, no solamente en resultados deportivos, sino en estructura. Los dirigentes tienen una cabeza muy ambiciosa y uno está muy cómodo porque siempre buscamos ir por mucho más”.
“No perdamos vista que El Tala es un club de barrio, con una mentalidad muy ganadora, de crecimiento constante y eso es lo más positivo. Hay mucho trabajo por hacer. Queremos que sea un club modelo a nivel formativo no solamente a nivel profesional”.
“Se ha crecido mucho en estos seis meses, ya había un buen trabajo previo, sin lugar a dudas, y bueno, seguimos potenciando y creciendo, eso es parte de los aspectos positivos. Ojalá podamos seguir en esta línea ascendente, creo que está muy lejos el techo, eso es un aspecto súper positivo porque seguiremos trabajando, esforzándonos en el día a día en todos los estamentos del club para seguir creciendo cada vez más. Este es el objetivo principal y parte de lo positivo de este gran semestre”.
En ese sentido se encargó de aclarar que la satisfactoria tarea se apuntaló en el esfuerzo colectivo y no en un desempeño personal.
“Hay jugadores que estudian, trabajan, sin embargo eran las 11 de la noche y estaban entrenando o durante la mañana haciendo una rutina de tiro. Por supuesto el reconocimiento al cuerpo técnico, a Juampi, que es un chico con un gran futuro en el básquet, el “Rome” con lo que pone día a día, los “Mellis” que están siempre ahí metidos”.
“Y los dirigentes que están siempre presentes, Diego, “Ema”, “Corcho”, Matías y mucha gente detrás que ellos convocan y que colaboran”.
“Es un logro colectivo, no me voy a cansar de decirlo y es lo que más disfruto en mi vida como entrenador, que se logren cosas desde la construcción colectiva. Esto es un estilo de vida, así concibo el deporte”.
Siempre agradecido, resaltó la importancia del club en su trayectoria deportiva, al tiempo que anheló poder conservar el plantel de cara a la Liga Federal.
“Tengo que redundar en agradecimientos, a la familia que sin su apoyo sería imposible que uno pueda vivir de la profesión que ama. El reconocimiento a la familia del club, al cuerpo técnico y a los jugadores por tanto compromiso y amor por los colores que hace que uno también se enamore del lugar donde le toca trabajar. El Tala marcó un hito en mi vida”.
“Ojalá podamos sostener la estructura de equipo para el Federal porque el grupo lo merece. No me pasó en todos los clubes que los jugadores tengan tanto cariño por su camiseta y disfruten tanto jugar en su club. Es realmente hermoso, ojalá lo podamos seguir potenciando porque el club lo necesita para todos los chicos que vienen desde atrás que sueñan con ser como ellos”, finalizó.