Un Día del Padre trabajando en la primera línea del Hospital Iturraspe
LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó en un breve intervalo con Marcelo Díaz, médico de la guardia del centro de salud. "Todos los días puede ser el Día del Padre, en estos tiempos hay que valorar más que nunca los pequeños momentos de la vida", reflexionó y explicó que trabajar en días festivos o cuando hay alguna celebración ya está asumido. La familia está siempre presente.
Marcelo Díaz se despidió muy temprano a la mañana de su familia con la promesa de que regresaría por la noche. Para este médico de 44 años no es ninguna novedad pasar un Día del Padre o una fecha de celebración en su puesto de trabajo. Al igual que sus compañeros del Hospital "J. B. Iturraspe", lo tiene asumido.
Marcelo es médico especialista en Medicina General y se desempeña desde hace 7 años en la Guardia Central del Hospital de San Francisco, al que considera su "segundo hogar". Está en la primera línea en estos tiempos de pandemia. Además, entre emergencias y curaciones, allí realizó su formación profesional.
Hace 9 años Marcelo se convirtió en papá de Laureano. "Me cambió la vida para siempre", confesó.
Ayer ingresó al centro de salud a las 7.30 por lo cual no pudo recibir el saludo de su hijo que a esa hora descansaba. Por suerte existe la tecnología. "Cuando salí de casa, el gordo estaba durmiendo, pero hace un rato me llamó y tuvimos una video llamada en la cual me deseó feliz día", contó con emoción.
Regalo adelantado
Su familia anticipó la celebración por el Día del Padre a la cena del sábado. "Mi hijo me sorprendió el sábado por la noche con un regalo, sabiendo que hoy su papá tenía que trabajar todo el día".
"En nuestro caso, que con mi esposa María Eugenia, que también es médica del Hospital, estamos acostumbrados a que algunos festejos suelen ser distintos al resto, porque muchas veces estas fechas nos encuentra trabajando", dijo ya acostumbrado.
"Nuestro hijo Laureano no nos hace reclamos por este tipo de situaciones. Él entiende bien de qué se trata el trabajo de papá y mamá y ya se acostumbró a festejar de esta manera".
En su caso "ya ha pasado algo similar en fechas especiales como Navidad, Año Nuevo, cumpleaños o Día de la Madre. Ya sabe cómo es esto y lo toma muy bien, por suerte".
"Todos los días pueden ser el Día de la Madre, el Día del Padre, el Día de los Enamorados o el Día del Niño. Sobre todo, en este tiempo, donde hay que valorar más que nunca los pequeños momentos de la vida que son los que nos van a enriquecer como personas".
"Aquellos que tienen familiares que fallecieron de Covid -19 saben de lo que hablo. Esto puede desencadenar en un desastre aún peor en poco tiempo si no nos cuidamos como corresponde. Esta situación que estamos viviendo también hace que aprendemos a valorar otras cosas. Hay que tratar de que más allá del día en que se establezca un festejo, ese festejo tiene que ser todos los días. Tenemos que aprender a disfrutar de la vida cada día", siguió.
Una guardia muy agitada
Marcelo está en la atención de pacientes que acuden por distintas patologías, además de problemas respiratorios.
"En la Guardia del Hospital hay mucha demanda", afirmó Marcelo y contó que apenas se dispone de algún minuto libre dentro de tanta ocupación "aprovechamos para contestar algún mensajito. De todas formas, los familiares y amigos ya están acostumbrados a que tenemos otros tiempos, otras prioridades".
En pleno segunda ola de contagios de coronavirus, el profesional médico indicó que "la demanda sigue alta, todavía hay que esperar un poco para notar los efectos de la vacunación y de allí advertir una mejora en los índices de internación. Ese número todavía está alto, pero esperemos que con el transcurso de las próximas semanas se pueda bajar porque en este momento son preocupantes, tal como ocurre en todos lados".
Como parte del personal sanitario reconoció que a diario "le tenemos mucho respeto" al virus que causó esta pandemia y para ello "nos cuidamos utilizando todos los elementos de protección personal de manera permanente".
Faltan menos horas para finalizar su turno y a Marcelo lo espera la segunda parte del festejo en su casa.