Trump y Macron escenificaron una gran complicidad en la fiesta nacional francesa en París
Los presidentes de Estados Unidos y de Francia escenificaron hoy dejaron de lado los profundos desacuerdos en asuntos como el cambio climático o la política comercial.
Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Francia, Emmanuel Macron, escenificaron hoy con gestos y palabras una gran complicidad durante el desfile militar de la Fiesta Nacional francesa en París, y dejaron de lado los profundos desacuerdos en asuntos como el cambio climático o la política comercial.
Macron, en un breve discurso antes de despedir a su huésped, afirmó que a sus dos países "nada (los) separará jamás".
"Siempre en nuestra historia hemos encontrado ese amor de la patria que nos ha salvado (...). También hemos encontrado aliados seguros, amigos que acudieron en nuestra ayuda. Los Estados Unidos de América es uno de ellos", señaló presidente francés.
Una alusión a lo que había motivado la invitación a Trump para asistir a la desfile militar: la conmemoración del centenario de la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial junto a Francia y al resto de los aliados.
Esta invitación se vio correspondida con las repetidas muestras del presidente de la primera potencia económica y militar de estar disfrutando durante el desfile que unió la plaza de la Concordia y el Arco del Triunfo, en pleno corazón de París.
Trump intercambió de forma reiterada -a la vista de las cámaras, pero sin sonido- comentarios y confidencias con Macron mientras los aviones surcaban el cielo, pero también durante el desfile en tierra, encabezado por un grupo de soldados estadounidenses, algunos vestidos con uniformes de la Primera Guerra Mundial.
Los miembros de la tribuna se levantaron de sus asientos al paso de ese primer grupo a pie, que portaba la bandera de Estados Unidos. Trump hizo el saludo militar, mientras Macron aplaudió desde el palco, situado en la parte baja de la avenida de los Campos Elíseos.
Los aplausos desde la tribuna oficial fueron una constante durante las dos horas del desfile en el que participaron 3.720 militares a pie, 211 vehículos (incluidas 62 motos), 241 caballos, 63 aviones y 29 helicópteros.
El Ejército estadounidense también estuvo representado en el aire, con ocho aviones caza.
Al termino del acto, una banda interpretó los himnos de Estados Unidos y Francia con las banderas de ambos países enarboladas por militares.
Trump como Macron estuvieron acompañados por sus respectivas esposas, Melania y Brigitte, así como por los miembros del gobierno y de las más altas instituciones del Estado francés.
El desfile fue el último acto de la visita del presidente estadounidense a París, adonde llegó el jueves por la mañana. Ayer por la tarde Macron le ofreció una recepción en los Inválidos y a continuación mantuvieron una entrevista en el Palacio del Elíseo.
Por la noche celebraron una cena privada en un restaurante en lo alto de la torre Eiffel, que cerró una jornada con poco contenido de fondo pero muchas imágenes y gestos de amistad, de los que se desprende una intencionalidad política para la popularidad de ambos mandatarios.
La última vez que un presidente estadounidense en ejercicio asistió como invitado a la Fiesta Nacional francesa fue George Bush en 1989.
Hoy se recordaba en particular a los 126.000 militares estadounidenses que perdieron la vida en la primera contienda mundial, que causó también unos 234.000 heridos.
Macron homenajeó en su discurso a las fuerzas armadas y a los cuerpos de seguridad porque "son el ejército de la libertad y de los derechos" que "con su lealtad nos permiten vivir con las reglas de las que nos hemos dotado".
También se refirió a las víctimas del terrorismo y a sus hijos, a los que Francia "debe su apoyo constante y duradero".
Tras la partida de Trump, Macron se dirigió a la ciudad costera de Niza, en el sureste del país, para conmemorar el primera aniversario del atentado que el 14 de julio de 2016 dejo 86 muertos y más de 450 heridos, cuando un tunecino residente en Francia embistió con un camión a centenares de personas que participaban de la celebración por un nuevo aniversaio de la Revolución francesa.
En una breve y solemne alocución en el lugar del atentado, Macron, prometió una "lucha sin cuartel contra el terrorismo".
"Responderemos con la lucha sin cuartel en el interior y en el exterior de nuestras fronteras contra el terrorismo, en todas partes", afirmó Macron en el homenaje celebrado en el paseo de los Ingleses -la rambla de Niza-, lugar donde ocurrió hace un año el ataque.
Sin embargo, precisó que ese combate se hará "conservando nuestros valores, nuestro Estado de derecho, el amor a la libertad y el recuerdo de esos rostros que esa noche del 14 de julio (de 2016) amaban la libertad, furiosamente", según reportó la agencia EFE. (Télam)