Trump apuesta a conformar una Corte Suprema ultraconservadora
Con la nominación del presidente lo que pretenden los espacios vinculados es que los fallos respondan a un pensamiento desprendido del pensamiento de la "derecha radical".
La reciente muerte de uno de los mayores íconos feministas del país, la magistrada Ruth Bader Ginsburg, obliga a que la Corte Suprema de Estados Unidos cambie su composición.
Previamente al deceso la mayoría se fijaba en 5 - 4 con jueces nominados por presidentes republicanos. Ahora existe la posibilidad de que el conservadurismo se endurezca que incluso podría eliminar la reforma de salud de Barack Obama, revertir la legalización del aborto y, una a una, numerosas protecciones laborales, ambientales y civiles.
"Nada demuestra mejor la importancia que tiene el reemplazo de Ginsburg y lo que está en juego con esa nominación que el sistema de salud", dijo Télam el director legal de la organización Alianza para la Justicia, Daniel Goldberg dado que una semana después de las elecciones la Corte escuchará los argumentos orales de un caso que definirá si la reforma de Obama será invalidada o no.
En 2012, la Corte Suprema falló 5-4 a favor de ratificar la Ley de Cuidado de Salud Accesible y el voto decisivo fue el del presidente del tribunal John Roberts, un juez nominado por George Bush hijo.
Hoy, con los nombramientos de los últimos dos jueces que hizo el presidente Donald Trump, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh, esta mayoría ya es imposible. En el estado actual de la corte, Goldberg cree que el fallo sería 4-4, lo que mantendría el fallo de la corte de apelaciones e invalidaría por completo la reforma de Obama.
Hace tiempo que Roberts se convirtió en el voto del desempate, pero en este último año y especialmente tras el nuevo impulso ultraconservador que buscaron imprimir Gorsuch y Kavanaugh, votó con la minoría de magistrados nominados por los demócratas en casos sensibles, por ejemplo, en contra de la restricción del derecho al aborto y a favor de la igualdad de derechos laborales para la comunidad LGBTIQ+.
Las voces más conservadoras en Washington, que tras la difícil ratificación de Kanavaugh habían celebrado la primera corte de mayoría conservadora en décadas, ya no escondían su malestar con Roberts y comenzaron a acusarlo en público "de hacer política" desde el tribunal.
La muerte de Ginsburg, revitalizó al movimiento conservador, que entiende que esta puede ser la última oportunidad de volcar la Corte Suprema hacia la derecha radical, que se declara "originalista" en su interpretación de la Constitución y rechaza analizar el texto a partir de las categorías sociales y realidades políticas y económicas actuales.
Por eso, los principales centros de pensamientos y organizaciones conservadores lanzaron una batalla para convencer a los estadounidenses de que la nominación de Trump y su ratificación en el Senado en tiempo récord es una de esas batallas que se dan a veces una sola vez en la vida.