Sociedad
Trabajadores siguen esperando respuestas tras la quiebra de una láctea en Morteros
A pesar de los obstáculos, los afectados siguen la causa judicial por una respuesta que aún no llega. Más de 40 familias en la calle y una lucha que persiste desde 2020. “Solo queremos lo que nos corresponde”, manifestaron los ex empleados.
La quiebra de la empresa láctea San Lucio de Morteros, en 2020, dejó a más de 40 familias sin empleo ni indemnización. Cuatro años después, los trabajadores siguen en lucha para recibir lo que consideran les corresponde por ley: su indemnización y la posibilidad de recuperar sus puestos de trabajo.
Este martes, 14 de los afectados estuvieron presentes en los tribunales de San Francisco, acompañados por su abogado Enrique Pistone, en el marco de un juicio laboral contra los responsables de vaciar la empresa. “Los empresarios se enriquecieron a costa de nuestro trabajo. Los 55 trabajadores que quedamos en la calle seguimos reclamando justicia”, expresaron los damnificados.
Según Pistone, en los últimos años de funcionamiento, la empresa procesaba 100.000 litros de leche por día, lo que desmentiría la versión de una empresa al borde de la quiebra. “La empresa estaba lejos de estar en quiebra, era muy pujante, con 55 trabajadores especializados, que no eran robots sino gente que tenía un conocimiento profundo del proceso químico de la fabricación de productos lácteos”, aseguró quien representa a los trabajadores en el litigio.
Sin embargo, en 2020, San Lucio inició un concurso preventivo y, en 2021, cerró sus puertas sin dar noticias a los empleados, quienes quedaron desamparados. “No solo los dejaron sin trabajo, sino que tampoco nos pagaron lo que nos correspondía. Además, no se pagaron los aportes a la obra social ni a la AFIP, lo que nos impidió acceder a beneficios como el seguro de desempleo”, explicó Pistone a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Reclamo que resuena en la Justicia
Este martes, los trabajadores presentaron su reclamo en los tribunales locales, donde se espera que la Cámara del Trabajo se pronuncie sobre el caso. Pistone subrayó la importancia de visibilizar la lucha, mencionando que en muchos casos similares la justicia ha logrado recuperar lo adeudado. “Esperamos que la Cámara haga justicia, ya que este tipo de casos tienen un impacto en toda la comunidad laboral”, dijo el abogado.
Por su parte, algunos de los trabajadores afectados, como José Luis, subrayaron las dificultades emocionales y económicas que enfrentaron tras el cierre de la fábrica. “No fue fácil. La mayoría de nosotros ya estábamos en una edad avanzada para conseguir otro trabajo. Muchos vivimos de changas, sin estabilidad. ¿Qué íbamos a hacer si la empresa que nos dio empleo durante tantos años cerró de golpe?”, lamentó, quien recordó que en su caso, había estado en la empresa durante más de 20 años.
Condiciones de trabajo y malos tratos
Los testimonios de los trabajadores coinciden en que las condiciones laborales no eran fáciles. Algunos relataron un clima de incertidumbre constante debido a las amenazas de cierre que la empresa repetía cada año. “Siempre nos decían que la empresa iba a cerrar, que no vendía lo suficiente. Esas amenazas nos mantenían en vilo, sin saber si tendríamos trabajo al mes siguiente”, contó Clemar, quien estuvo en la firma durante 16 años.
Además, los trabajadores también denunciaron tratos poco respetuosos por parte de los dueños, quienes, según dijeron, utilizaban tácticas de manipulación y maltrato psicológico. “Siempre te decían que no ibas a conseguir trabajo en otro lado. La amenaza constante era parte de la estrategia para que no te quedaras a reclamar lo que te correspondía”, recordó otro trabajador.
El futuro incierto
Aunque algunos trabajadores han conseguido empleos temporales o en otras industrias, la mayoría sigue buscando una solución a su situación. "Con 44 años, conseguir trabajo fijo es casi imposible", reconoció Sergio, uno de los trabajadores afectados. "Solo quiero lo que me corresponde", afirmó con determinación.
La quiebra de San Lucio no solo dejó a las familias sin su sustento, sino que también generó acciones judiciales que buscan una reparación por los daños sufridos. Los trabajadores esperan que la justicia actúe con rapidez y les permita, al menos, cerrar esta etapa tan dolorosa de sus vidas laborales.
A pesar de los obstáculos, los ex empleados de la empresa siguen luchando por una respuesta que aún no llega. “La empresa ha sido finalmente declarada en quiebra, pero los dueños nunca dieron la cara”, comentó Pistone, quien resaltó que la situación se agrava por las estrategias dilatorias utilizadas por los responsables de la firma. “Ahora, después de años de litigios, no se sabe dónde están los bienes de la empresa. Las herramientas de trabajo fueron abandonadas a la intemperie y la empresa sigue siendo una incógnita”, concluyó el abogado.
Con la esperanza de que la Cámara del Trabajo resuelva a favor de los trabajadores, el futuro sigue siendo incierto para más de 40 familias que, tras la quiebra de la láctea, continúan luchando por obtener justicia.