“Titi” Coraglia, el cocinero de la pasta que come la región

Esteban Coraglia es sinónimo de la fiesta de los ravioles. Además de ser el precursor de este evento ramonense que lleva 25 años, es el cocinero oficial. Pero también se transformó en uno de los más buscado a la hora de preparar la pasta en las fiestas gastronómicas de la zona.
Vanina Panero | LVSJ
Ramona es conocida por famosos pilotos de automovilismo, pero también por su tradicional y popular fiesta provincial: la de los ravioles. Y no se puede hablar de esta pasta italiana sin mencionar a Esteban "Titi" Coraglia, quien además de ser el precursor del evento ramonense es el cocinero oficial.
Desde hace 25 años, cada primer domingo de septiembre, el "Titi" cocina para más de 750 personas de la localidad y que llegan de pueblos vecinos para degustar un plato de los ravioles "bien piamonteses".
"Lo que cocino en la Fiesta de los Ravioles es sólo una parte de lo que hago a largo del año para escuelas e instituciones", asegura Coraglia, quien se consagró como el "chef" de las fiestas gastronómicas que rodean a la región.
"Apenas arrancamos con nuestra fiesta, me empezaron a llamar de otros lugares. Fui a cocinar los ravioles a la fiesta de Tacurales, los capeletinis en Colonia Aldao y ahora, últimamente los ñoquis en Eusebia, que también tienen fiesta provincial", comentó el cocinero ramonense de 76 años.
Si bien nació en una colonia aledaña a la localidad de La Paquita, a los 16 años se fue con su familia a vivir a Ramona y sigue siendo "el alma mater" de la Fiesta Provincial de los Ravioles.
"Siempre quise llegar a los 25 años de la fiesta, era un anhelo personal desde que la iniciamos", reconoció.
Tan significativo es este evento para él, que pese a la distancia de su famila, elige quedarse y seguir cocinando para tantos en la mesa del domingo. "Mi familia no vive más en la Argentina, una parte está en Francia y la otra en España. En este momento ni mi esposa está en el pueblo", sostuvo.
"Yo me voy después de la fiesta para poder estar, y quedarnos unos meses de vacaciones", agregó.
Recaudar fondos para la parroquia, el puntapié inicial
Coraglia ha sido el iniciador de esta fiesta junto al ya fallecido padre Enrique (cura párroco del pueblo) y el periodista rafaelino Yaco Gustín.
El pueblo fue creciendo y la parroquia necesitaba dinero para construir una salita nueva por lo que se pensó en un evento como este para recaudar fondos. "En la zona habían comenzado con la Fiesta de la Bagna Cauda, del Chorizo, y nosotros en Ramona no teníamos nada, y como siempre tratábamos de reunir dinero para la comisión de la Parroquia, y como yo ya había cocinado algunas veces para la Escuela, para 200 personas me ofrecí a cocinar ravioles".
La fiesta fue tomando dimensión hasta llegar hoy a ser un ícono para el pueblo, la zona y la provincia. Lo que se recauda es a beneficio de tres instituciones como son el club, el grupo scout y el Samco local.
Esteban tiene "todo cocinado"
Con el paso de los años, el evento fue mutando en algunos detalles de su organización, peor siempre mantuvo su esencia y valores: la buena comida, el baile y la mesa familiar. Es así que el menú sigue siendo bien piamontes: entrada de fiambres y picles caseros, ravioles con tres salsas (mixta, roquefort y bagnacauda), postre helado. La "trastarde" continúa con buena gastronomía y se sirve el matecocido con torta alemana y pastafrola.
"El menú siempre se mantuvo y la estructura de la fiesta también. Aunque durante casi 10 años hemos hecho grandes fiestas con carpas de hasta 2.000 personas", contó Coraglia,
En cuanto a su trabajo, "Titi" reconoció que "hoy ya no tengo que estar detrás de la gente, cada uno tiene su función y la mía es solo ir y cocinar los ravioles".
"Yo hago las salsas temprano y luego hiervo la pasta", agregó.
¿La pasta o la salsa?
Ante la consulta de qué considera más importante, el popular cocinero manifestó que "la salsa es una buena parte, un 80%, pero los ravioles también deben cumplir ciertos requisitos para que todo sea un combo perfecto".
En este sentido dijo que es clave que la masa sea suave al paladar. Por eso eligen una fábrica sanfracisqueña para comprar los ravioles. Si... para los que piensan que son caseros, amasados a mano como los de la abuela, la lógica indica que por la cantidad de personas y el tiempo, las manos no alcanzarían.
Son alrededor de 400 cajas de ravioles, las que se compran una vez al año para esta fiesta. Los cálculos de "Titi" indican que en promedio, cada persona come 40 ravioles.
No se suspende por lluvia
La tradicional fiesta es en el mes de la primavera, aunque el clima no siempre responde a eso. Han paso ediciones de mucho calor, otras de mucho frío y hasta tuvieron que cocinar con lluvia.
Entre sus anécdotas, Coraglia recordó cuando "tuvimos que cocinar los ravioles arriba de los parrillero porque era el único lugar techado para hacer fuego y por cierto renegamos bastante".
Una incógnita que ronda en cabeza de "Titi" desde que iniciaron es ¿que pasaría si algún día no llegan los ravioles?. Es que se transportan desde San Francisco esa misma mañana.
También confesó que junto a sus colaboradores, siempre que van a cocinar a estas fiestas, ellos prefieren un asado para comer. "Cuando terminamos de cocinar, acomodamos todo y mientras la gente está comiendo el postre, nosotros compartimos un asado con unos vinos", expresó.
Su hermano, ¿el sucesor?
Si bien no indicó que hay un sucesor, destacó la capacidad y preparación que tiene su hermano junto a otros colaboradores incondicionales.
Somos un grupo de trabajo, pero si yo no estoy, está mi hermano. De hecho, el año pasado, que la fiesta tomó otro formato por la pandemia y se hicieron ravioles para vender en el pueblo, cocinó él".
El récord: 100.032 ravioles
"Titi" recordó que una fiesta en la que fueron cocinaron 100.032 ravioles para un solo almuerzo, hecho que trataron de ingresar al Guinness. Hubo contadores que certificaron, sacaron fotografías y fueron enviadas pero nunca tuvieron noticias al respecto.
"La vez que mayor cantidad de ravioles cocine fue allá por el año 1998-1999, donde había 2.000 personas en la fiesta", remarcó.
Fiesta nacional, una materia pendiente
Titi reconoce que si bien el pueblo es muy conocido por algunos pilotos de autos "nuestra mayor vidriera es la fiesta de los ravioles". Uno de sus sueños se cumple hoy y es llegar a la 25° edición pero le queda uno pendiente: lograr que se incluida en la agenda de fiestas nacionales.
Por lo que hemos luchado mucho y aún no hemos logrado es que la fiesta sea nacional.
"Como no hay muchas fiestas de los ravioles en el país hemos luchado mucho para eso, pero aún no lo hemos logrado. Necesitamos el apoyo de los políticos para poder hacerlo y ojalá llegue ese día", concluyó.