Tener cáncer y seguir trabajando: “Me ayuda a mantenerme viva”

A los 40 años Rita vio como su mundo cambiaba de repente. En junio pasado le diagnosticaron cáncer de mama, pasó por una mastectomía y se encuentra realizando quimioterapia. Bajar los brazos para ella no es una opción y cada día encuentra en su trabajo en una empresa local de venta de alimentos una motivación.
Por Isabel Fernández | LVSJ
El trabajo ocupa un lugar fundamental en la vida de todos, es una pieza importante en la construcción de nuestra identidad y una fuente de ingresos económicos, pero cuando se recibe el diagnóstico de cáncer puede convertirse en un motivo de preocupación, angustia e incertidumbre.
¿Podré seguir trabajando durante el tratamiento?. ¿Será posible volver a trabajar?. ¿Seré capaz de retomar mis responsabilidades?. ¿Lograré curarme o tendré que volver a repetir los tratamientos?. ¿Conseguiré trabajo después?, suelen ser las preguntas que surgen ante la enfermedad y con ellas aparecen los miedos a la pérdida del trabajo.
A la sanfranciqueña Rita Verónica Torres, de 40 años, en junio pasado le diagnosticaron cáncer de mama, pasó por una mastectomía, actualmente se encuentra realizando quimioterapia y trabaja en una empresa local de venta de alimentos.
Para ella volver a trabajar es fundamental en su tratamiento, que lleva adelante acompañada por su familia y especialmente su hija Alma de 4 años, su "motor" para seguir adelante.
Mientras se preparaba para su jornada laboral en su casa, Rita contó a LA VOZ DE SAN JUSTO que cuando tenés esta enfermedad "el trabajo te ayuda a mantenerte viva, distraída y te obliga a seguir, es una forma de sanar. Si estuviera en casa todo el tiempo estaría en pijamas, tirada en la cama y el trabajo hace que me vista todos los días, que esté bien para atender a los clientes".
Rita recordó que cuando se enteró que tenía cáncer, uno de los primeros pedidos a sus jefes fue que la dejen ir a trabajar. "Trabajar es fundamental incluso para el tratamiento. Si no hubiera tenido ese apoyo, hubiera sido muy difícil. Tengo una enfermedad que no es una gripe y que te digan que no podés trabajar es terrible, uno piensa que no sirve más para nada. De esta manera me siento útil y contenida".
El miedo a volver
La vuelta a la vida laboral puede ser difícil y hasta estresante para quienes se encuentran en tratamiento oncológico o han superado el cáncer. El miedo es una de las sensaciones aparecen, ya que la mayoría del las veces las personas vuelven con secuelas de cirugías o con la cabeza pelada por la quimioterapia.
"Tenía miedo, no sabía qué iba pasar, porque la gente al verte con un gorrito se asusta, se toma a esta enfermedad como el fin de todo y no es así, aunque creo que eso está cambiando", aseguró Rita.
En lugar de miradas extrañas o rechazo se encontró con mucho apoyo. "Cuando volví a trabajar noté que mis compañeros estaban preocupados, muy pendientes de como me siento, todos me apoyan. Incluso hasta los mismos clientes me dan fuerza y eso me hace sentir bien".
Rita continúa con sus tareas normales en la sub gerencia y ayuda en distintos sectores de la empresa. Contó que fue muy poco lo que tuvo que modificar, ahora no puede levantar cajas pesadas pero si puede realizar otras labores mas livianas y su días laborales son menos en la semana debido al tratamiento de quimioterapia.
"Cuando hago el tratamiento de quimio no puedo ir a trabajar unos días porque no estoy bien, pero en cuanto me recupero regreso y puedo trabajar sin problemas. Estoy muy agradecida porque me dejan trabajar y también respetan mis tiempos", destacó.
La vida en casa junto a su hija
Su hija Alma es su motor y la razón de su vida. Rita no solo cumple con su trabajo sino también se encarga de su pequeña y todas sus actividades escolares.
"Alma entiende todo, sabe que los miércoles me ponen medicación y que no me siento bien, me alcanza agua o la comida, porque a veces no puedo hacerlo yo. Cuando me corté el pelo porque se me iba a caer, ella también se lo cortó, después tuve que pelarme porque se cayó casi todo el pelo y me acompañó a la peluquería. La cirugía no fue tan impactante para mi como la caída del pelo", afirmó orgullosa.
Tras contar su historia de vida, Rita volvió a su tarea en la empresa, siguiendo su vida en la que sigue luchando contra el cáncer. En éste camino el apoyo es clave y por eso agradeció a su familia, a la empresa que le permite trabajar en medio del tratamiento y también a lo doctores, Carlos Roca, Carina Bonini y José María Mariconde del Sanatorio y Clínica San Justo.