Su marido policía murió hace 5 años y reclama por el seguro para sus hijos

Ayer se cumplieron cinco años de la muerte del cabo José Luis Gómez, en un accidente de tránsito mientras prestaba servicio para la policía Caminera. Y su viuda, Zulma Oviedo, renueva una vez más el reclamo de justicia.
Por Stefanía Musso
Ayer se cumplieron cinco años de la muerte del cabo José Luis Gómez, en un accidente de tránsito mientras prestaba servicio para la policía Caminera. Y su viuda, Zulma Oviedo, renueva una vez más el reclamo de justicia.
Aún no pudo cobrar el seguro de vida de su marido, el cual necesita para darles una mejor calidad de vida a sus hijos Máximo, de 10 años, y Alma, de 4. Con una pensión de $7 mil y un alquiler de 5 mil que debe pagar, Zulma sobrevive vendiendo comida en una rotisería que abrió con enorme esfuerzo junto a su hermana en barrio Vélez Sarsfield: "Quisiera recordar a mi marido de otra manera, pero no me queda otra que hacerlo así, pidiendo lo que me corresponde", afirmó en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
La historia de Zulma es una de las tantas que se repiten en nuestro país. La burocracia y la lentitud del sistema judicial aumentan aún más el dolor de una pérdida. "Es muy triste esto, pero es así", reconoció entre lágrimas la viuda.
"Necesito un alivio económico, que me den una solución. Quiero cerrar una etapa porque no puedo seguir viviendo así. Los chicos necesitan un techo, seguridad", expresó.
La necesidad de poder cobrar el seguro de vida de su marido quien brindó 4 años de servicio a la fuerza, le ofrecería una tranquilidad económica a ella y a sus hijos. "Quisiera poder comprarle una casa a mis hijos, porque pagando el alquiler no me alcanza", expresó.
El seguro de vida que le corresponde a los hijos de Zulma por parte de Asesores de Córdoba S.A. (Asecor), está aún hoy "recorriendo" los distintos estamentos del Sistema Único de Atención al Ciudadano (Suac). "Los trámites los comencé en agosto de 2013, un mes después de la pérdida de mi marido, pero al 21 de junio todavía está en el área del Suac en el Tribunal de Cuentas. Estuvieron cuatro años dando vueltas los papeles y hace uno que está en el área del Tribunal de Cuentas y no se mueve", manifestó, asegurando que debió viajar embarazada a hacer los trámites: "Fue muy doloroso y hasta el día de hoy no sé nada de lo mío".
Zulma contrató un abogado particular e inició juicio para poder recibir el seguro de su marido. "Nunca tuve respuesta de Asecor y por las dudas inicié una demanda en Tribunales en 2015, dos días antes de que prescriba. Todavía está allí. No fue mi intención iniciar juicio a la compañía aseguradora pero nadie responde", contó.
Ni cobrar el sueldo
José falleció el 28 de julio y ese mismo día -contó- le bloquearon la cuenta sueldo del policía, de modo tal que Zulma no pudo cobrar el salario de su marido y no tenía ni siquiera para comer. "Vendía comida en la calle y no tenía cómo sobrevivir ni darle de comer a mis hijos. No tenía acceso al sueldo de mi marido y me quedé sin obra social estando embarazada de Alma y mi hijo Máximo que era muy chico aún".
A través de contactos y el proceso judicial para certificar que ella era la esposa legitima de José, recién a los tres meses pudo recibir la pensión de $7.000.
Si bien Zulma recibe ese monto de pensión tiene $5.000 de gastos en alquiler del lugar donde vive. "Al principio sentía que cambiaba la vida de mi marido por dinero, pero realmente lo necesito".
"Durante estos cinco años sobreviví por mis hijos, porque ellos me necesitan. En el momento en que me dijeron que se murió quedé congelada, no podía salir ni a la calle. Hoy lo único que hago es trabajar y trabajar para mantener a los chicos".
El abandono no es solo económico. "Tuve apoyo psicológico cuando murió mi marido pero después del velatorio desaparecieron todos. Máximo me decía que se quería matar porque se quería ir al cielo con su papá y aún hoy tiene episodios donde se acurruca en la cama y grita que lo extraña. Solo puedo abrazarlo y acompañarlo. Alma no lo conoció pero dice que lo extraña; ella pregunta por él cuando ve que los papás acompañan a sus compañeritos al jardín y él no está".
El adiós a José
En la madrugada del 28 de julio de 2013, el cabo José Luis Gómez, de 28 años, estaba prestando servicio en la Caminera cuando, según relataron sus compañeros, se inquietó con la presencia de una luz en el viejo camino que va a Luxardo y decidió subirse al móvil solo para ir a ver qué ocurría.
Por causas que aún faltan establecer, Gómez volcó con el auto policial saliendo despedido con su asiento hacia la parte trasera del auto y perdiendo la vida en el instante. "El asiento de mi marido estaba soldado y cuando tuvo el impacto salió despedido".
Cuando José falleció, Máximo tenía 5 años y Zulma estaba embarazada de 4 meses de Alma, el nombre que le puso el cabo antes de morir.
"El día antes del accidente fuimos a control médico. El nombre de la nena iba a ser Judith pero él lo cambió y quería que se llame Alma, es de no creer".
"Yo siempre le decía que no quería tener más hijos porque los iba a criar sola, porque él estaba siempre en la Policía. Ahora estoy sola, con dos criaturas que me necesitan y mucho", señaló.
Sobre su marido, dijo que tuvo vocación de policía desde niño. "Cuando ingresó tuvo que suspender el cursado porque quedé embarazada y no podía pagar el curso y mantener el bebé. Cuando consiguió trabajo como playero en una estación de servicio retomó los estudios. Salía corriendo del trabajo y se iba a cursar porque ser policía era todo para él", recordó.
Para Zulma, el dolor de la pérdida de José se multiplica ante la injusticia. "José amaba servir a la Policía y siempre nos decía que nada le iba a pasar pero se murió haciendo lo que le gustaba. Duele que se olviden así de un buen chico que dio todo a la fuerza. Una sabe que puede pasarle algo, pero nunca pensé que iba a morir de esta manera", concluyó la mujer.