Fútbol
Sportivo y una ilusión que no se apaga
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Puede que el camino sea más largo, más empinado y con más obstáculos, pero la sensación que dejó este 2025 es clara: el sueño del ascenso sigue vigente.
Por Ignacio Omedes | LVSJ
La ilusión de San Francisco de ver nuevamente a Sportivo Belgrano en la Primera Nacional está más viva que nunca. Puede que el camino sea más largo, más empinado y con más obstáculos, pero la sensación que dejó este 2025 es clara: el sueño del ascenso sigue vigente.
Después de varios años de altibajos, la “Verde” volvió a recuperar protagonismo. En 2024 ya había mostrado signos de recuperación y, en esta temporada, lo confirmó con una de sus mejores campañas en los últimos 15 años. El equipo se metió entre los cuatro mejores del Torneo Federal A, ratificando el crecimiento deportivo e institucional que se viene gestando.
La eliminación en semifinales ante Atlético de Rafaela, tras caer 3-0 en el “Nuevo Monumental” e igualar sin goles en el “Juan Pablo Francia”, dolió. Pero no borró todo lo construido. El sueño del ascenso, simplemente, tomó otro rumbo. Ahora el desafío será en la Reválida, el mismo camino que llevó a Sportivo a lograr sus históricos ascensos en 2009 y 2013.
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El primer obstáculo será Guillermo Brown de Puerto Madryn, un rival conocido y de exigencia. Además, el recorrido será extenso: casi 3.000 kilómetros separan a San Francisco del sur argentino, donde se disputará el primer capítulo de una serie que se extenderá durante tres semanas —con un parate intermedio por las elecciones legislativas nacionales— antes de definirse en el “Juan Pablo Francia”.
La ventaja deportiva es un punto a favor, pero no será suficiente sin el empuje de su gente. Lo que se vivió en los últimos partidos en Barrio Alberione fue emocionante: tribunas repletas, un ambiente que recordó viejas épocas y un equipo que, más allá de la efectividad, contagió compromiso y orgullo.
Puede que falte la puntada final, esa jugada precisa que marque la diferencia. Pero lo que sobra es convicción. Sportivo sigue de pie, con la mirada fija en el horizonte y el corazón encendido. Porque en San Francisco, el sueño de ascenso no se apaga: sigue más vigente que nunca.
