"Soy el hambre que pasaron mi papá y mamá": emotiva carta de un joven al recibirse de Licenciado en Química

Conversamos con Christian Amarilla quien a través de una carta en redes sociales escribió las sensaciones y sacrificios de su familia, amigos y de él para poder completar su carrera universitaria.
Una emotiva carta de un joven bahiense, se hizo viral en los últimos días. Christian Amarilla, es un joven de 26 años, oriundo de Ingeniero White, que hace unos meses, se graduó en Licenciado en Química en la Universidad Nacional del Sur.
Tras el egreso, el recibido, posteó en su perfil Facebook un emotivo escrito, que no tardó en romper los límites de su ciudad natal.
En diálogo con AM 1050 el estudiante aseguró: "De chico pensaba en la universidad pero la veía lejos. No contaba con los recursos. Recibí una beca de una empresa de Ingeniero White y pude continuar mis estudios".
Sobre la publicación en su red social, Christian explicó: "La carta cuenta la historia de vida que tuve yo. La pensé para agradecer las personas que me ayudaron a lo largo del camino. Esa carta solamente la hice para mis amigos y familiares y quise contar un poco lo que me había costado para poder estudiar".
"Mis viejos son personas que se la rebuscaron como pudieron. Hoy los dos tienen trabajo, en épocas no había trabajo o faltaba el plato de comida. Era solo un plato de comida por día y té. En la carta cuento el esfuerzo de mis viejos para que yo y mi hermano comiéramos todos los días y ellos se quedaban sin comer", agregó.
Christian se siente orgulloso por sus logros y por el sacrificio de toda su familia. "Yo soy el primero que estudió en la Universidad de mi familia (...) No querían que me tengan lástima por ser el chico pobre. Por eso nunca conté, hasta el día de mi recibida con esta carta".
Por último el joven contó su próxima meta. "Me gustaría conseguir trabajo para devolverle todo lo que me dieron mis viejos".
LA CARTA DE CHRISTIAN AMARILLA
"Soy la bolsa de pan con mermelada que me daban las porteras al terminar la escuela para que me lleve a mi casa.
Soy el club de barrio que me permitió entrenar básquet durante 11 años sin cobrarme cuota social y pagándome el transporte para pueda ir a los partidos. También soy los botines de fútbol 5 que usaba de niño para jugar al básquet por no tener otras zapatillas.
Soy ropa prestada de mis amigos para salir a bailar.
Soy las actividades que hicieron mis compañeros del secundario para pagarme el viaje de egresados.
Soy el bullying que sufrí en a la adolescencia por tener la piel más oscura que el resto.
Soy los 30 kilómetros en bicicleta que hacia mi viejo todos los días para ir a dos trabajos por migajas de pan. Soy el dolor de espalda que hoy siente por las noches por tener que seguir laburando a pesar de su hernia de disco, soy también sus calambres.
Soy los inventos de mi mamá para que un arroz blanco sea el plato más delicioso del mundo. Soy la preocupación de ella cuando de pibe llegaba tarde a casa, y también su ocupación para que yo siga estudiando a medida que fui creciendo.
Soy el hambre que pasaron muchas veces los dos, para que yo y mis hermanos comiéramos la poca comida que había.
Soy la beca que me dio la oportunidad de ir a la Universidad. Soy carpetas prestadas. Soy el tiempo que me regalaron mis amigos preparándome para que llegue bien a un examen. Soy horas en la sala de lectura.
Soy un machete que hizo que mucha gente me prejuzgue. Soy quienes me buchonearon antes de advertirme que no lo haga.
Soy mis uñas comidas por el miedo y la ansiedad de no llegar a terminar la carrera.
Soy el daño que les provoque a personas que me han querido incondicionalmente.
Para hoy ser "licenciado”, primero tuve que ser todas las otras cosas. Por eso hoy disfruto mucho serlo, porque es muy difícil llegar, y porque a mí particularmente me ha costado un montón.
Que venga lo sea, porque estoy preparado."
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