Sociedad
Solicitan la “banca del vecino” para impulsar ordenanza sobre el descarte seguro de medicamentos domiciliarios
:format(webp):quality(40)/https://lvdsjcdn.eleco.com.ar/media/2025/11/estudiantes_de_la_ena_proponen_crear_un_programa_municipal_de_recoleccion_de_medicamentos_domiciliarios.jpeg)
Estudiantes de la Tecnicatura Superior en Gestión Ambiental de la Escuela Normal “Dr. Nicolás Avellaneda” presentaron a través de la “banca del vecino” en el Concejo Deliberante un proyecto para crear un Programa Municipal de Gestión y Recolección de Residuos de Antibióticos y Medicamentos. La propuesta busca prevenir la contaminación y reducir los riesgos sanitarios vinculados a la resistencia antimicrobiana. “Queremos que la comunidad tenga información y lugares seguros para descartar”, señalaron.
Por María Laura Ferrero | LVSJ
- ¿Cómo surgió la idea de trabajar en este proyecto?
La iniciativa nace como un trabajo final interdisciplinario entre las materias Legislación Ambiental y Fundamentos de Ecología —explican las estudiantes Maira Martínez, Noelia Bravo y Marilena Servín, quienes cursan primer año de la Tecnicatura en Gestión Ambiental de Escuela Normal “Dr. Nicolás Avellaneda”(ENA). La consigna del trabajo coordinado por los profesores la abogada Virginia Panero y el ingeniero Pablo Boetto, consistía en identificar una problemática local y pensar soluciones concretas. Al avanzar en la investigación, entendimos que el descarte de medicamentos y antibióticos es una problemática ambiental y sanitaria silenciosa, pero urgente.
- ¿Qué los motivó a trabajar sobre esta problemática en particular?
Primeramente conocimos sobre la problemática en la materia Química Ambiental. De aquí nos sorprendió lo poco que se conoce y difunde sobre la temática, aun siendo una de las principales amenazas globales dictaminadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Al investigar e indagar más sobre los Residuos Antibióticos y Medicamentos pudimos observar la ausencia de normativas específicas tanto en la provincia de Córdoba como en la ciudad de San Francisco.
Cada uno de nosotros y todos los vecinos de la ciudad tiramos los medicamentos vencidos o en desuso en la basura común y, en algunos casos, por el inodoro; todos estos terminan contaminando cuerpos de suelo y agua, lo que finalmente favorece un fenómeno llamado resistencia antimicrobiana, considerado una de las principales amenazas para la salud pública en un futuro muy cercano. A ello se suma un aumento significativo en el consumo de antimicrobianos, antibióticos, psicotrópicos y medicación en general.
Las bacterias son organismos de rápida y fácil adaptación a los residuos farmacológicos, y al estar expuestos continuamente a los mismos adquieren resistencia, lo que se traduce en una eficacia mínima y nula de los medicamentos sobre la salud tanto humana como animal.
En el ambiente los principios activos de los medicamentos (aún vencidos) continúan afectando a todos los seres vivos que alcanzan, y con la exposición prolongada se acumulan en los tejidos de plantas y animales que finalmente consumimos los humanos. En los animales se registran casos de intoxicaciones, cambios fisiológicos como feminización en grupos de peces, o cambios conductuales como por ejemplo los cursos migratorios poco comunes.
- ¿Por qué creen que es importante que el Concejo trate esta propuesta?
El tratamiento y aprobación permitiría a San Francisco prevenir y proteger la salud pública de manera integral, resguardar la eficacia de los medicamentos para las generaciones futuras, y también consolidarse como un municipio comprometido con políticas modernas y sostenibles, pionero en impulsar el tratamiento de RAM en la zona y la provincia.
- ¿Qué saben hoy las personas sobre este tema?
Cuando salimos a la calle a buscar firmas para apoyar el proyecto nos encontramos con un desconocimiento generalizado sobre la problemática, exceptuando al personal de la salud.
- ¿Qué consecuencias trae no tener una ordenanza o política pública al respecto?
Como sabemos es obligación del Estado trabajar para que los ciudadanos gocen de un ambiente sano, esto se traduce a que la disposición de residuos farmacológicos en lugares seguros y su posterior tratamiento son un derecho.
Pero es de importancia destacar que el vacío normativo no tiene que ver con la negligencia o ausencia del estado Municipal sino que creemos se relaciona con la falta de información vinculada a esta problemática en particular.
En este caso la falta de normativas y no actuar en efecto, expone a la comunidad a riesgos significativos: comprometen los tratamientos médicos y ponen en peligro la seguridad alimentaria; la disposición inadecuada produce contaminación del suelo y del agua, alterando los ecosistemas y favoreciendo la propagación de bacterias resistentes; y la falta de educación al respecto favorece las prácticas inadecuadas de descarte.
:format(webp):quality(40)/https://lvdsjcdn.eleco.com.ar/media/2025/11/medicamentos.jpeg)
- ¿Cuáles son los principales riesgos para la comunidad si no se actúa?
Los riesgos principales son la contaminación ambiental al filtrarse los compuestos farmacéuticos en los rellenos sanitarios y redes de agua, y el aumento aparejado de la resistencia antimicrobiana, lo que complicaría el tratamiento de infecciones incluso en ámbitos hospitalarios. Por lo que el riesgo se transmite a la comunidad en su calidad de vida de forma directa o indirecta.
- ¿En qué consiste concretamente su propuesta?
La propuesta es la creación del Programa Municipal de Gestión y Recolección de Residuos de Antibióticos y Medicamentos, que impulsa un sistema seguro y accesible para el descarte de medicamentos vencidos o parcialmente consumidos generados en el hogar, depositándolos en las farmacias de la ciudad. Todo el programa incluye también etapas de educación y concienciación hacia la comunidad.
- ¿Cuáles son los principales objetivos que buscan alcanzar?
Específicamente que los vecinos cuenten con puntos de descarte y que los residuos farmacológicos se retiren y se traten en sitios seguros, generalmente a través de procesos de incineración y autoclave; y así prevenir la contaminación y reducir los riesgos sanitarios mitigando la resistencia antimicrobiana.
- ¿Cómo funcionaría este programa o política si se implementara mañana?
Se instalarían contenedores seguros y debidamente identificados en farmacias voluntarias y en los Centros de Atención Primaria de la Salud. El municipio realizaría la recolección periódica, garantizaría el transporte seguro y la disposición final a través de operadores legalmente habilitados. Además, se lanzarían campañas de información y educación específica.
- ¿Qué instituciones o actores deberían involucrarse?
En información y concientización nos gustaría proponer a los estudiantes de la Tecnicatura en Gestión Ambiental, estableciendo semanas para campañas a través de redes sociales, medios de comunicación y llegando a otras instituciones; así el proyecto tendría continuidad en el tiempo.
La Autoridad de Aplicación es la Secretaría de Salud de la Municipalidad, con la colaboración del área de Ambiente. Se requiere de operadores o gestores legalmente habilitados para la disposición final. Además contamos con el apoyo del Colegio de Farmacéuticos a través de su presidente Nora Gagliano quien nos recibió amablemente desde un principio apoyando la iniciativa.
Puede interesarte
- ¿Cómo fue el proceso de investigación y elaboración del proyecto?
Como mencionamos anteriormente, el proceso de investigación comienza con otra materia de la carrera que nos introduce a la temática. Luego, en la materia Fundamentos de Ecología realizamos una investigación más profunda centrada en estudios científicos y antecedentes, pudiendo luego tener una reunión con la presidente del colegio de farmacéuticos de la ciudad que nos amplió la información en contexto.
Una vez recolectada toda la información que consideramos necesaria, formulamos la ordenanza con la colaboración de nuestra profesora de Legislación Ambiental, siguiendo los puntos específicos que requiere este tipo de normativa. A lo largo del año estudiamos sobre leyes nacionales y provinciales ambientales, luego nos focalizamos en lo local, en investigar sobre ordenanzas municipales relacionadas y preexistentes. En el marco del estudio de la Ordenanza Nº 4866 y precisamente del artículo 146 de la Ley Nº 8102, determinamos la importancia de presentar el proyecto a través del mecanismo de participación ciudadana conocido como “banda del vecino”. Para ello, reunimos las firmas correspondientes, alcanzando el respaldo de un número de vecinos que representa más del uno y medio por ciento (1,5%) del padrón electoral municipal, conforme al último comicio, lo que demuestra el interés comunitario genuino en la temática abordada y refuerza la legitimidad de la propuesta.
- ¿Qué impacto creen que tendría en la comunidad si se aprueba esta ordenanza?
Si se aprueba esta ordenanza, el impacto sería muy positivo. En primer lugar, permitiría que las personas estén más informadas sobre la importancia de desechar correctamente los medicamentos, esto incluye blísteres, pomadas, antimicóticos y especialmente los antibióticos. Esto ayudaría a que, poco a poco, la comunidad adopte mejores hábitos de consumo y descarte.
El programa no solo beneficiaría a las personas, sino también al sistema de salud pública, si entendemos que los procesos de prevención son mitigadores de futuros costos asociados a un escenario gravísimo como es la ineficacia de los medicamentos sobre la salud humana.
- ¿Qué pasaría si no se la tiene en cuenta?
Si no se tiene en cuenta este proyecto, o las normativas en general asociadas con la prevención y las buenas prácticas de residuos farmacológicos, lamentablemente existen alertas globales que datan de consecuencias poco alentadoras y muy negativas primero sobre la salud, y luego sobre el medio ambiente que nos rodea.
Desde nuestro lugar creemos que es posible evitar o minimizar escenarios trágicos y hacer del mundo un lugar más amable, si cada uno, el estado y los ciudadanos como consumidores, asumimos con responsabilidad y compromiso el cuidado hacia la vida y las generaciones futuras.
“Cuidar el ambiente es cuidar la vida”
Para las estudiantes, el proyecto es una forma de poner en práctica lo aprendido en el aula y, al mismo tiempo, de asumir un compromiso con la comunidad. “Creemos que se puede construir una ciudad más responsable y saludable si cada uno asume su parte. La educación, la prevención y la gestión adecuada de los residuos farmacológicos son claves para cuidar la vida hoy y para las generaciones futuras”, sostienen.
