“Siempre hay tiempo”: la historia de un grupo de amigas que disfrutan de la música

Mujeres que se atreven a soñar. No hay nombre más justo para el trío musical que formaron que "Las Atrevidas". De dar los primeros pasos en escenarios pequeños, a la popularidad de la Peatonal de la 25.
"Las Atrevidas" es el nombre que refleja la ilusión de tres amigas apasionadas por la música, que se admiran las unas a las otras y se juntan para cantar y pasar un momento agradable cuando la vida, el trabajo y los quehaceres lo permiten.
"Nunca es tarde para atreverse" es el lema de Teresa Erminda Herrera, María Rosa Primo y Eva Fasano, para quienes la edad no es un obstáculo para empezar cuando hay voluntad y ganas.
Primero cantaban de oído, por amor al arte... pero hace algunos años decidieron acercarse a la música de una forma más académica. Se dieron cuenta de que su vocación era cantar y probaron suerte en la escuela de canto "El Faro", que dirige Rossana Pampiglione. Allí se conocieron e integraron "El Faro colectivo" y nació una hermosa amistad que devino en la "banda".
En un principio integraban el grupo unas diez mujeres, luego algunas no pudieron seguir y quedaron ellas tres, "las más atrevidas", como les gusta autodefinirse cuando les preguntan "¿por qué ahora?" y ellas retrucan, "¿Y por qué no?".
Dicen que el secreto es la unión que lograron, la buena onda y que las decisiones -tanto de vestuario como de repertorio- siempre se toman en equipo.
La historia de Teresa, María Rosa y Eva es la de quienes llevan a cabo los deseos positivos de vida aún no realizados o también la de aquellos músicos que, no siendo profesionales, tienen mucho que contar porque forjan una idea que, quién sabe, en un futuro, puede llegar a ser algo bien grande.
"Hay que atreverse. Los sueños siempre se pueden cumplir", afirman por conocimiento de causa y haciéndole honor al nombre del grupo.
Debut en la Peatonal
Hace algunos días "Las Atrevidas" se presentaron por primera vez ante un público masivo. Fue en la Peatonal de la 25 donde integraron la grilla artística de ese domingo. Y confiesan que la experiencia superó las expectativas propias. Antes habían cantado en otros eventos más pequeños, en peñas a beneficio, cumpleaños, el ciclo Domingos Diferentes, certámenes regionales, entre otros.
Ensayan todas las semanas y se dan maña para las pistas, letras y sonidos, con la compresión y ayuda de hijos y otros familiares y amigos.
María Rosa es la melódica del grupo; Eva canta tango y Teresa varía entre las rancheras mexicanas, el folclore y otros temas del cancionero melódico, aunque aclaran que al repertorio para cada presentación lo eligen entre todas y lo acomodan a su estilo.
"Mi hija me ayuda a bajar de Internet las letras y pistas, y mi hijo se ocupa de subir y bajar los tonos, porque la tecnología no es nuestro fuerte", cuenta entre risas Eva.
También Federico, el hijo de Teresa, "un joven de buen oído", las guía y les da una mano enorme para preparar cada presentación.
"A la hora de elegir qué canciones vamos a hacer, pensamos en lo que le gustaría escuchar a la gente de nuestra edad. No es que hacemos canciones viejas, porque hay temas que siempre están vigentes, a veces re versionados", explica Teresa.
"Las Atrevidas" en pleno show en la Peatonal de la 25.
Todas siempre tuvieron un vínculo con la música, en la escuela, en el coro de la iglesia, en los encuentros familiares y esta hasta fue un salvavidas en los momentos más duros. "Cuando enviudé, el canto fue una salvación para mí", recuerda María Rosa.
"Es algo que hacemos con mucha pasión, orgullo, nos encanta y nos llena el alma. Cantar para nosotras significa divertirnos, hacer lo que nos gusta y compartir lindos momentos. Cada show nos colma de felicidad", coinciden.
Atreverse
Una teoría sostiene que la voz es el reflejo del alma, del mundo interior de una persona. Y estas mujeres los reafirman. "Cuando canto, saco todo de mí, me suelto", manifiesta Eva.
La experiencia de la Peatonal fue todo un desafío para ellas, y superado. "Nos gustó muchísimo. Lo disfrutamos mucho. La aceptación del público fue muy importante para afianzarnos y todo fluyó", con libertad creativa.
"Este es un comienzo, nosotras siempre estamos predispuestas para cantar", aseguran y se permiten soñar con pisar alguna vez el escenario del Festival de la Buena Mesa y la Canción.
Otro desafío son las redes sociales para difundir lo que hacen, algo con lo que tímidamente se van familiarizando, mientras tanto, les funciona el boca en boca. "El otro día me crucé con un vecino después de la presentación de la Peatonal y sorprendido me comentó que había visto que yo cantaba", relata Teresa una anécdota.
Tienen varios referentes. A Teresa le gusta "todo tipo de música, sobre todo el folclore. Mi referente, de los de antes, es Javier Solís, con sus boleros, y se confiesa "fan de Abel Pintos"; a María Rosa le fascina José Luis Perales y Eva, también Solís y los grandes del melódico y el tango.
"Si hay ganas, nunca es tarde para hacer lo que uno ama, eso que quizás no se animó a hacer en su juventud y que ahora puede hacerlo. Hay que atreverse. Nosotras nos atrevimos a soñar, a jugar, a subir a un escenario", expresa Eva.
"Les digo que se animen, los anhelos siempre se pueden cumplir", concluye Teresa a modo de reflexión, mensaje y aliento a todas las personas a perseguir los sueños porque "siempre hay tiempo".