Si Bomberos brilla también es por José

José Santillán es el hombre de maestranza de la institución en la que lleva 32 años trabajando y está a punto de jubilarse.
José Ángel Santillán tiene 65 años, los cumplió hace unos meses y esa edad es la que marca la etapa de jubilación para él, no será fácil porque ha pasado más de 30 años en el edificio de Bomberos, así que su reacción mezcla entre el regocijo de saber que ese momento ha llegado y la nostalgia de saber que pasará menos tiempo en ese lugar al que considera su casa.
La vida de este hombre se ha desarrollado con alegrías y profundas tristezas alrededor de esta institución y no solo por el tiempo que lleva ahí si no porque ha sabido ganarse el cariño de todos. Decir Bomberos es pensar también en José que es el encargado del área de maestranza, uno de los que está full time en el mantenimiento del lugar cualquiera sea el día.
"Estoy a punto de jubilarme si Dios quiere", dijo emocionado, una característica que apareció en él de forma natural desde el inicio. Ingresó a Bomberos en 1990 como cantinero y a medida que pasaron los años lo pasaron como maestranza.
Para José Ángel Bomberos es muy importante, sus integrantes lo valoraron siempre por su entrega al trabajo y lo acompañaron en los momentos más tristes que le tocó vivir.
"Es muy importante estar acá adentro de la institución, al nivel que yo conozco la gente queda admirada por la forma en que se trabaja, acá todo es en equipo para que la institución siga creciendo día a día", añadió.
"Bomberos es mi familia, es todo para mí".
Inicios
Allá por el año 1990 José se había quedado sin trabajo, se las tenía que arreglar con algo "porque había una familia que mantener", el destino lo puso frente al cuartel de los bomberos, lugar donde desempeñó distintas tareas a lo largo de estos 32 años.
"Entré a trabajar acá levantando botellas de las mesas, porque en ese tiempo en el salón se ponían mesas. Yo tenía un canasto y un distintivo de que pertenecía a la institución", contó. "La consigna siempre fue que la gente entre con una sonrisa y se vaya con una sonrisa sabiendo que disfrutó del espectáculo".
Después de juntar esas botellas llegaba la etapa tras el vaciamiento del salón de limpiar y acomodar para que el lugar quede reluciente hasta la próxima fecha.
"Teníamos que limpiar después, se limpiaba con los cepillos y todos los días era, no parábamos nunca", expresó. Ahora él tiene un espacio muy grande con sus herramientas, elementos y materiales para limpiar.
Familia
"Bomberos es mi familia, es todo para mí", señaló. Tan importante es que si un día no va siente que le falta algo, extraña. En este espacio ha encontrado contención también: "Este trabajo y lugar es una terapia para mí, hay una historia muy triste detrás que no quiero contar para no ponerme a llorar, pero sé que hay una estrella desde donde me están mirando mi mamá y mi hijo".
Tras la pérdida en 2003 de Mauro, José quedó devastado y Bomberos fue su contención, supo salir adelante ahí adentro, acompañado y hoy en día es su familia. Pero lo importante es que hay un equipo muy grande, un gran compañerismo-.
De mañana o tarde siempre se puede encontrar a José, pero cuando hay un espectáculo llega a estar ahí adentro dos días seguidos, incluso a veces "lo tienen que correr". Pero a él no le importa porque "hoy tener un laburo y sentarse a la mesa bajo techo y con un plato de comida no es poca cosa".
Es re difícil que José se vaya un día tras su jubilación y no lo vuelvan a ver, siempre va a estar y darse una vuelta porque siempre será su casa.