Ser padres o pareja: el desafío ante la llegada del primer bebé

El nacimiento del primer hijo es un acontecimiento positivo en la vida aunque implica cambios en la pareja, que deja de ser pareja, para convertirse familia. Este cambio tan grande puede afianzar la unión o romper el equilibrio y causar una crisis, que muchas veces deriva en terapia.
Con la llegada del bebé la intimidad
no es la misma, casi no hay tiempo para la pareja en medio de las
responsabilidades, cada integrante también cambia ya que se
convierten en una madre y un padre, además se suma la intromisión
de familiares que quieren ayudar con la atención del bebé.
¿Cómo abordar esa crisis para que no provoque distanciamientos o conflictos que pueden poner en peligro la relación?. "El hogar antes de ser familia era un territorio que sólo comprometía la intimidad de la pareja, con la llegada de un hijo pasa a ser compartido por una tercera persona, que inevitablemente altera la cotidianidad vivida y la intimidad entre otras cuestiones significativas que agudizan la crisis", explicó en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO la licenciada en Psicología con posgrado en Mediación, María Alejandra Karlen (MP-2673; MJ-311) de nuestra ciudad.
La licenciada Karlen remarcó que para afrontar esta crisis "es importante que la pareja tenga una base consolidada, es decir que deben comprender casi de un modo natural que nacido el bebé, la nueva familia deberá construir otra dinámica donde se asuman al mismo tiempo dos papeles: la pareja conyugal y la pareja parental".
"De este modo la unión o desunión de una pareja, ante la llegada de un hijo, depende de la interpretación que ésta hace del nuevo hecho en sus vidas -añadió la licenciada-, muy cierto es que la llegada de un hijo no va a salvar a la pareja con conflictos previos, por ende la unión o desunión está determinada por las condiciones previas en las que esa pareja se encuentre".
"Es importante que la pareja tenga una base consolidada", asegura la licenciada María Alejandra Karlen
No perder la intimidad sexual
La pérdida de la intimidad sexual es esperable que ocurra frente a la llegada del hijo, es uno de los factores más comunes y que inciden de un modo determinante en la desunión conyugal. "El hecho de negar o reducir significativamente la intimidad sexual de la pareja a cambio de la parantelidad o crianza significará de un modo muy negativo pare el futuro de la pareja, madres sobreprotectoras y padres proveedores económicos aunque ausentes en lo afectivo", advirtió Karlen.
Aseguró que la renuncia a la sexualidad "empobrece las relaciones de la pareja y tampoco beneficia a la crianza saludable de ese hijo y a los que vendrán. En forma intermitente y casi concomitantemente los padres deben articular la función masculina o femenina con la paterna y materna, y actuar esos diferentes roles según la situación".
"Esto significa que la función materna no debe anular la sensualidad femenina, y el hombre es responsable de buscar su tiempo y espacio en la intimidad de la pareja, en mi experiencia profesional es más habitual que sea la mujer la que postergue la intimidad, sensualidad y sexualidad de la pareja", añadió.
Atención con las visitas
Otro tema son las visitas y los consejos de la familia, que en su afan de ayudar muchas veces interfiere rompiendo la intimidad de la pareja.
"Las parejas también necesitan de cierta intimidad. Muchas mujeres necesitan de la constante presencia de su madre en casa pero para el marido o compañero no es la madre sino la suegra y si ya de por sí se siente desplazado, este hecho no ayuda demasiado. Es fácil recurrir a esa valiosísima ayuda pero mejor que esto no ocurra cuando llegue la pareja a casa ya que muchos hombres se ven intimidados por la presencia de sus madres políticas y comienzan a sentirse incómodos en su propia casa", aseguró la licenciada Karlen.
Remarcó que en estos casos "la intimidad de la pareja y descubrirse como padres el uno al otro son esenciales en estos momentos. Además, a ello se le suman los numerosos comentarios de todo el entorno familiar generalmente de abuelas y cuñadas, basados sobre sus propias experiencias de crianza que no siempre son aplicables a nuestros tiempos y a este bebé que sin duda es diferente. Como a veces dichos consejos son inevitables cuanto menos los escuchemos, mejor para nuestra salud mental, el instinto de cada madre es infinitamente mejor".
"Es notable entonces que la llegada de un hijo supone la ruptura inmediata con el modo de vida anterior. Si la madurez psicológica de la pareja no es total llegarán muchos problemas en forma de frustraciones y lo que se debería ver como algo maravilloso que forma parte del trascurrir de la vida, se ve como una carga, un fastidio, una traba de la libertad individual que, además les afecta como pareja", afirmó la profesional.
Recordó que para evitar estos casos "es importante que la pareja se vaya concienciando de que la llegada de un hijo es una gran responsabilidad pero no una carga sino todo lo contrario, un reto que dura para siempre pero que para siempre, también, traerá muchas satisfacciones".
"Sobre todo es muy importante asimilar que la nueva vida será diferente pero no por ello peor, lo esperable es que al cabo del sexto mes las cosas empiezan a entrar en rutina y a normalizarse -aconsejó-. Mientras todo eso llega el mejor consejo es no perder la calma, no dejarse nada en el tintero y hablar con la pareja las cosas que nos preocupan para que no se enraícen, para que no nos quedemos con la sensación de no ser comprendidos".
Finalmente recordó que en caso que la situación persista "la indicación es buscar ayuda profesional por medio de una terapia de pareja breve a fin de colaborar con la salida de la crisis en períodos cortos de tiempo con el aporte de las herramientas profesionales".
Los impactos emocionales
En esta etapa, los impactos emocionales en la pareja y en los padres indivudualmente son varios, pueden aparecer celos, temores, la mujer se ve diferente por cambios en su cuerpo, entre otros.
Al respecto, la licenciada Karlen detalló que esos impactos puedejn agruparse en los siguientes:
• Los celos, por parte del padre, por sentirse excluido ya que la madre le brinda mayor tiempo de dedicación a su bebé durante los primeros meses de vida, lo cual esto suele perpetuar por algunos años, situación que desata discusiones, reclamos de parte del esposo o compañero hasta incluso llevarlo a la infidelidad.
• Los temores de ambos al tener que enfrentarse a una situación nueva y desconocida, ya que desconocen situaciones y temen equivocarse ante el manejo del bebé, esto también acarrea estrés, discusiones por diferencia de criterios incrementando la crisis.
• En ocasiones la mujer se ve con un cuerpo diferente durante el tiempo de postparto, situación que en muchas ocasiones perpetúa mas tiempo de lo debido con lo cual se ve desagradable para su esposo, para ella y para los demás, esto impacta en su debilitamiento de su autoestima, en su humor en general, afecta su estado de ánimo, su arreglo personal se abandona pudiendo entrar en una depresión postparto.
• La depresión postparto también es un factor habitual, depende de factores hormonales y psicológicos, lo que produce dificultades que incrementan a los padres las herramientas para atravesar la crisis, generando un clima convivencial muy incómodo incluso llegando a ser contraproducente para todos los integrantes de esta nueva familia.
• Los tiempos que demanda la atención del bebé quitan tiempo para el diálogo y para la intimidad y sexualidad de la pareja, como pilares básicos de toda relación, entendemos entonces que ante la disminución de comunicación y sexualidad lógicamente la crisis se incrementa produciendo malestar, miedos, sentimientos de extrañeza, incertidumbre en los nuevos padres.
• La intromisión o invasión de familiares externos que corresponden generalmente a los padres de cada uno de los nuevos padres, suelen ser también motivos de discordias muy habituales, casi siempre con opiniones invasivas, dominantes y contradictorias.
La licenciada María Alejandra Karlen
realiza terapias individuales y de pareja y es Perito Psicóloga
Oficial de los Tribunales Ordinarios de la 5ª Circunscripción.
Para
consultas llamar a los teléfonos (03564) 15508903 ó (03564) 431433.