Elecciones 2025
Separada del cordobesismo, Natalia de la Sota inscribió su propia alianza electoral
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La diputada nacional inscribió el frente “Defendamos Córdoba” y rompe lazos con la fuerza de Schiaretti y Llaryora. Se quebraría así por primera vez el pacto fundacional del cordobesismo entre los apellidos De la Sota y Schiaretti.
“Inscribimos Defendamos Córdoba”. Con esas palabras, la diputada nacional Natalia de la Sota anunció formalmente su separación política del espacio que gobierna la provincia desde hace más de dos décadas. La presentación se concretó este martes en la Justicia federal y, de inmediato, fue difundida en redes sociales con un video que no dejó lugar a dudas: “Es un frente ciudadano para decirle basta al recorte de derechos, a los jubilados, a la discapacidad, a la salud y la educación. Le decimos basta al abandono de la gente”, expresó la legisladora.
El frente, bautizado “Defendamos Córdoba”, se conformó con el respaldo del Frente Federal de Horacio Viqueira, exdiputado con trayectoria en el kirchnerismo, y el Partido Laborista de Córdoba, que lidera el dirigente gremial Gustavo Rossi, quien en las últimas elecciones presidenciales había apoyado a Horacio Rodríguez Larreta. La heterogeneidad de los sellos muestra una estrategia amplia que busca captar votos más allá del tradicional peronismo cordobés.
Desde el entorno de De la Sota celebraron haber tomado la delantera en el cronograma electoral: “Acabamos de salir de Tribunales. Vamos a fondo, les ganamos dos días en la agenda”, comentaron con entusiasmo. Ese mismo espíritu se vio reflejado en el video que acompaña el anuncio, donde la diputada dejó entrever una ruptura definitiva con el espacio que hoy lidera el exgobernador Juan Schiaretti.
El dato no es menor: si se concreta su candidatura por fuera del cordobesismo, será la primera vez desde 1999 que los apellidos Schiaretti y De la Sota aparecen en boletas distintas. Una posibilidad que genera impacto político y que, a la vez, reaviva una vieja disputa interna del peronismo cordobés. Cabe recordar que, en 1993, De la Sota y Schiaretti ya se enfrentaron en una feroz interna que terminó en la Justicia, con acusaciones de fraude cruzado y la intervención del propio Carlos Menem desde el gobierno nacional.
En este nuevo escenario, la gran incógnita es qué decisión tomará Schiaretti, quien hasta ahora ha evitado referirse públicamente al armado de su exaliada. Algunas versiones indican que el exmandatario lideraría la lista del cordobesismo, impulsado por el operativo clamor de intendentes e integrantes del oficialismo provincial, aunque otras fuentes no descartan un gesto de unidad que evite la fractura total del espacio.
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Desde el schiarettismo, sin embargo, niegan haber vetado a la diputada: “A lo mejor, Natalia sigue esperando que la llamen Martín (Llaryora) o Juan (Schiaretti), y eso no va a ocurrir. Llaman los que tienen que llamar. Y punto”, deslizó un dirigente con llegada al Centro Cívico.
Con esta movida, Natalia de la Sota apuesta a construir una identidad política propia, alejada de los nombres que dominaron la escena del PJ cordobés durante más de 20 años, pero sin dejar de reivindicar la herencia de su padre, José Manuel De la Sota. En paralelo, distintos sectores del massismo y referentes del peronismo no alineado ven con buenos ojos su candidatura.
Más de tres décadas después de aquella interna feroz, Córdoba podría volver a vivir una elección histórica, con el cordobesismo dividido y dos de sus apellidos más emblemáticos compitiendo en veredas opuestas.