Neurología
"Sentí como si volviera a nacer": la inédita cirugía cerebral que le salvó la vida a Braian en el Iturraspe
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Con 22 años, Braian Riposati atravesó un duro diagnóstico y una intervención inédita en el hospital de San Francisco que le devolvió la vida. Agradecido con la salud pública que lo operó sin costo, hoy busca trabajo y transmite un mensaje de esperanza y conciencia sobre la importancia de cuidar la salud.
La historia de Braian Riposati es la de un renacer. Con 22 años, oriundo de San Francisco, un diagnóstico inesperado lo enfrentó a una operación cerebral compleja, de alto costo y prácticamente inalcanzable para su familia. Sin embargo, la intervención inédita realizada en el Hospital “J. B. Iturraspe” no solo le salvó la vida, sino que también lo convirtió en un símbolo de esperanza y en un agradecido defensor de la salud pública.
“Yo estaba trabajando cuando empiezo a marearme y convulsiono, una convulsión, de ahí me voy al médico, me piden exámenes, estudio, resonancia, y se dan que hay una masa tumoral que ocupaba más de un cuarto de mi cerebro”, recordó Braian en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Todo fue tan repentino que apenas hubo tiempo de asimilarlo. La familia organizó una rifa para intentar juntar dinero, porque en el ámbito privado la operación costaba unos 60 millones de pesos y no contaba con obra social. “Queríamos ir a Córdoba, pero era imposible”, relató.
En ese contexto apareció una alternativa inesperada. “Fue ahí que al Hospital Iturraspe llega la información, la directora, la doctora Verónica Pepino, se contactó conmigo, y juntos se contactaron también con el doctor Joel Murer, neurocirujano. Y él me dijo: ‘Si vos confiás en mí, yo te opero, y acá no se te va a cobrar nada’”, siguió narrando el joven.
El 12 de agosto se concretó la intervención. “En el hospital hay excelentísimas máquinas, trajeron material de Buenos Aires y me costeaban todo. Así pasó. Gracias a Dios. No hay forma de agradecer al hospital lo que hizo. La prótesis, los cuidados, todo fue brindado sin que yo pusiera un centavo”, dijo emocionado.
Aunque el miedo fue inevitable, la fe y la confianza lo sostuvieron. “Como toda operación cerebral era compleja. Tuve mucho miedo, por el hecho de que el cerebro manda todo, pero era creer en Dios y confiar en los doctores”, confesó.
De la cirugía participaron numerosos profesionales. “Fue todo un equipo atrás. No me alcanzan las palabras de agradecimiento para el doctor Murer y todo el equipo y directivos del Iturraspe”, señaló Braian, quien supo que su caso marcaba un precedente en la salud pública local: “Me dijeron que la operación que me hicieron era inédita en San Francisco”.
La rapidez fue clave. Entre el diagnóstico y la cirugía pasó apenas un mes. “El doctor me dijo: ‘No podemos dejar que avance. Hay que hacerlo ya’”, recordó. Hoy, en su etapa de recuperación, continúa con controles y rehabilitación en el mismo hospital.
El joven rescata anécdotas de esos días, incluso con humor: “Me acuerdo cuando entré al quirófano, que me pusieron la inyección para dormirme. Después, cuando salimos de la operación, miré a mi mamá y le dije: ‘Ma, traeme un sándwich de milanesa’”.
Su mensaje busca generar conciencia: “Hoy mi mensaje a otros sería que nos preocupemos más por nuestra salud. A veces pensamos que con un chequeo alcanza, y no es así. Hay que tomarse en serio los estudios y confiar en el increíble personal de salud que tenemos. En mi caso, sentí como si volviera a nacer”.
Antes de la enfermedad, Braian trabajaba como distribuidor en una industria de Brinkmann. Hoy, con el alta médica, busca una nueva oportunidad laboral. “Me gustaría volver a trabajar”, expresó, dejando incluso su contacto para posibles propuestas: 3564-231761.
Su historia, atravesada por el miedo y la esperanza, es también un recordatorio del valor de la salud pública al servicio de todos. “Estoy súper orgulloso del hospital que tenemos”, afirmó Braian, convencido de que el compromiso de los profesionales hicieron posible su segunda oportunidad.
“Sin secuelas neurológicas”
Murer explicó a este diario los detalles de la intervención que se le practicó Braian, de gran complejidad y con resultados positivos.
Según indicó el neurocirujano, inicialmente se evaluó la posibilidad de realizar una cirugía funcional con el paciente despierto. Sin embargo, al no contar con el aval necesario y ante la incertidumbre sobre cómo podría tolerar el procedimiento, se decidió mantenerlo dormido durante toda la intervención.
Brian presentaba una lesión tumoral en un área muy funcional del cerebro, del lado derecho. Para abordar el caso, se aplicaron técnicas avanzadas de navegación cerebral y mapeo cortical y profundo de manera continua, lo que permitió localizar con precisión la zona afectada y minimizar riesgos.
“El objetivo era lograr una resección total de la lesión sin que el paciente presentara déficit neurológicos. Ese es el paradigma de la neurocirugía actual: que los pacientes salgan de quirófano en las mismas condiciones en las que ingresan”, señaló el especialista.
El profesional destacó además la actitud del joven frente a la operación: “Brian fue un chico súper colaborador, respetuoso y desde el primer día se vinculó con nosotros, preparándose emocional y psicológicamente para una cirugía de esta envergadura”.
El resultado fue exitoso: se logró la extracción completa de la lesión y Brian despertó sin complicaciones neurológicas, cumpliendo con el objetivo central de preservar su calidad de vida.
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Un paso adelante para la salud pública
La intervención neuroquirúrgica realizada a Braian no solo representó un éxito médico individual, sino también un avance significativo para la salud pública provincial. La operación, encabezada por Murer, permitió la resección completa de una lesión tumoral cerebral en un área funcional sin secuelas neurológicas.
El neurocirujano destacó el valor de poder llevar adelante este tipo de prácticas en un hospital público. “Hicimos muchas cirugías importantes, la de Brian es la segunda de este índole en el Hospital Iturraspe. Yo particularmente opero todo con monitoreo neurofisiológico, porque el objetivo es que los pacientes anden bien”, manifestó. Y subrayó: “Si no operamos con la mejor tecnología sería imposible. Estoy totalmente agradecido a la doctora Verónica Pepino, la doctora Elba Constantino y a toda la gente del hospital. Sin ellos sería imposible hacerlo. También al ministro de Salud de Córdoba (Ricardo Pieckenstaine), porque es quien nos avala y sustenta tecnológicamente para poder realizar este tipo de intervenciones. Y a mi familia, Martina y Trini, que son el motor de mi vocación”.
El especialista recalcó que el acceso universal es el aspecto central de este logro: “Lo importante es que se pueda hacer en el sistema público, para la gente que no tiene acceso a las grandes instituciones o a los servicios privados. Esto nos muestra que la neurocirugía de alta complejidad y de primer nivel la podemos hacer también en la provincia”.
El procedimiento, según indicó, se realizó con recursos tecnológicos avanzados como navegación cerebral y mapeo neurofisiológico continuo, herramientas que garantizan precisión y seguridad. “Este es el resultado de lo que nosotros buscamos con este tipo de procedimientos: usar tecnología de avanzada”, afirmó.
Murer también señaló que este tipo de cirugías pueden realizarse en diferentes pacientes, aunque requieren condiciones específicas. “En este caso era un chico joven, pero este tipo de cirugía se hace en cualquier persona. En tanto, son pacientes muy selectos, que deben pasar un test neuropsicológico y contar con condiciones fisiológicas adecuadas para afrontarlo”, detalló.
El éxito de la operación de Brian se convierte así en un ejemplo de cómo la inversión en equipamiento, el trabajo en equipo y el respaldo institucional permiten que la salud pública provincial garantice igualdad de acceso a tratamientos de alta complejidad.
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