Seguridad en los accesos a la ciudad
Desde hace algunos años se viene insistiendo en que el acceso por avenida Caseros no reúne las mejores condiciones de seguridad para quienes por allí circulan a cualquier hora del día. Si bien es una cuestión que afecta la vida de todos, también se transforma en un hecho que deteriora la imagen de San Francisco ante el visitante.
La noticia señala que un ciclista de 22 años denunció el robo de su bicicleta y su teléfono celular, tras ser asaltado por motochorros. Esto ocurrió a plena luz, un domingo al mediodía, en cercanías de la autovía a Santa Fe cuando quien se conducía en bicicleta circulaba por el acceso de la avenida Caseros.
Por fortuna, tras la denuncia de la víctima, la Policía implementó un operativo con toda la movilidad del CAP y personal de Investigaciones que, tras rastrear la localización del celular sustraído, permitió que los efectivos se dirigieran al camino Interprovincial donde observaron a uno de los presuntos ladrones que al notar la presencia policial abandonó una motocicleta y se dio a la fuga por calle 54 hacia el este. Pese a ello, los uniformados lograron recuperar el celular, el que fue abandonado en el sector. Posteriormente, en un domicilio de la ciudad se logró recuperar el rodado sustraído.
El hecho es uno más de los tantos que se producen en la ciudad en el marco de una inseguridad creciente. No obstante, permite la reflexión acerca de las condiciones en las que se encuentran algunos accesos a San Francisco en esta materia. Precisamente, el sitio donde ocurrió el robo referido es un lugar en el que se extienden situaciones de este tipo como consecuencia de lo alejado del sector, la falta de vigilancia -salvo cuando la Caminera se instala para hacer sus controles de velocidad- y también ante la carencia de una iluminación adecuada. En algunos momentos del año, a todo eso se le adosa el crecimiento de los yuyales de las banquinas, lo que permitiría más facilidades para la acción de los delincuentes.
Desde hace algunos años, en esta columna, se viene insistiendo en que el acceso a la ciudad por avenida Caseros, no reúne las mejores condiciones de seguridad. De día, porque han ocurrido muchos robos similares al que se ha señalado. De noche, porque la carencia de luz también facilita el actuar delictivo y es una invitación al accidente. Lo mismo, porque no hay señalización adecuada y muchas veces quienes pretenden ingresar por ese lugar, pasan de largo sin advertirlo y se ven obligados a llegar hasta la ruta 158 para retomar el camino y entrar a la ciudad.
Este comentario puede extenderse a los demás ingresos ciudadanos. El de la vieja ruta 19 atravesando Frontera y Josefina, el de la avenida Maipú y el de la Autovía a la altura del Camino Interprovincial. En todos los casos, en mayor o en menor medida, las problemáticas que aparecen son similares y exigen necesariamente la acción de quienes tienen la obligación de trabajar para que los problemas no se agraven.
Por todo esto, se hace necesario un replanteo de este acceso ciudadano. Y también de los demás, para garantizar la seguridad de quienes por allí circulan a cualquier hora del día. Y también para que San Francisco tenga ingresos con características que corresponden por la importancia de la ciudad. Si bien es una cuestión que afecta la vida de todos, también se transforma en un hecho que deteriora la imagen de San Francisco ante el visitante.