Según el director de Cáritas, en San Francisco “no hay pobreza alimentaria preocupante”
Para Emilio Amé el principal problema asistencial pasa por atender a personas con adicciones. Sostiene que la cuestión nutricional no es el principal aspecto sobre el cual trabajar porque en San Francisco "no haya casos de desnutrición estructural".
El director de Cáritas Diocesana, Emilio Amé indicó que en nuestra ciudad el principal problema asistencial pasa por atender a personas con adicciones derivadas de situaciones muchas veces de soledad, al tiempo que aseguró que la cuestión nutricional no es el principal aspecto sobre el cual trabajar porque "en San Francisco no hay pobreza alimentaria preocupante".
Esta expresión surgió a partir de explicar que San Francisco cuenta con una red de comedores comunitarios y merenderos en los cuales se atiende nutricionalmente a personas en situación de vulnerabilidad social, lo que permite que, según sus mismas palabras, "no haya casos de desnutrición estructural".
Cáritas, cabe destacar, atiende espacios de contención social en distintos barrios donde se concentran sectores de mayor vulnerabilidad social.
En este contexto, para Amé, el principal problema a atender tiene que ver con las adicciones.
"Este es un flagelo que no distingue edad ni clases sociales atacando de manera trasversal a toda la comunidad y es por eso que se hace mucho más difícil abordar esta situación buscando una forma de superarla", sostuvo en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Días atrás, Amé junto a Marcelo Suppo, integrante de Cáritas en nuestra ciudad, estuvieron en Capital Federal junto a miembros de la institución que trabajan en villas de emergencia como la 1-11-14, Caacupé, Zabaleta y la 31.
Tras aclarar que "allí hay una realidad muy diferente a la nuestra", Amé explicó que en esos espacios "hay mucha gente en situación de calle, lo que cambia mucho la perspectiva con respecto a lo que vivimos en San Francisco".
Al hablar de estas personas, "lo primero que hay que hacer es asistirlos", explicó Amé, para luego agregar que "un plato caliente, ropa limpia y un lugar donde se puedan bañar pueden hacer mucho bien en la gente que recibe este tipo de atenciones. Esto es lo básico para empezar a hablar de dignidad".
A partir de la experiencia vivida en las villas de emergencia que visitaron, dijo que "se ven casos de todo tipo, desde personas con problemas de tuberculosis contraída por el consumo extremo de paco, crack o pasta base hasta otro tipo de problemáticas. Hay que estar preparado para ver cómo se acompaña todo eso y sobre todo el primer mecanismo para tratar estas situaciones es la internación, aunque allí viene otro problema porque los hospitales no están preparados para mantener internada a una persona con adicción en un tratamiento de tuberculosis. Cáritas tiene como objetivo tomar la vida de la persona necesitada como viene y acompañarla para que en un futuro lo más cercano posible salga de esa situación".
Trasladar experiencias
Una de las conclusiones a las que arribó Amé luego del viaje realizado a Buenos Aires es que "en San Francisco no hay pobreza alimentaria preocupante. No tenemos gente que no coma, no hay casos de desnutrición preocupantes. La pobreza más fuerte que tenemos acá tiene que ver con la soledad de las personas, ya sean niños, jóvenes o adultos mayores, la falta de educación y las adicciones".
Tras asegurar que estas problemáticas "están relacionadas" agregó que "los chicos sostienen que caen en las adicciones para intentar que la cabeza deje de hacerles 'ruido' y en eso mucho tiene que ver la soledad y llegan a un estado de soledad ante la imposibilidad de insertarse en un trabajo por falta de educación. En la comunidad tenemos chicos en quinto grado que no saben leer y escribir y sin embargo están en quinto grado de la escuela primaria. Eso es pobreza en serio y grave como también muy difícil para lo que viene porque en 10 años esas personas deberían formar parte de la población económicamente activa, trabajando, pero no van a tener herramientas para hacerlo. Esa es la pobreza más grave que estamos teniendo en la ciudad", argumentó.
A partir de la experiencia adquirida en este último viaje, Amé expresó que "fuimos buscando ver cómo acompañar este tipo de realidades a partir de las experiencias que se aplican allí. La situación ya la tenemos y la principal diferencia entre lo que ocurre en esas villas y lo que tenemos en San Francisco es que primero ellos abordan la problemática alimentaria que nosotros no la tenemos porque ya contamos con merenderos y comedores, y además la comunidad es diferente contando con un dispositivo que contiene esa situación. Después vienen los casos de chicos con tuberculosis, en situación de calle, indocumentados, en problemáticas muy extremas que nosotros no llegamos a tener y nos dan indicios de cómo actuar en caso de que aparezcan estas situaciones en la ciudad".
Al momento de elaborar una conclusión respecto de la experiencia vivida, el entrevistado remarcó que "cada persona tiene un acompañamiento, una situación y un marco de abordaje diferente. Lo que funciona con uno seguramente no va a funcionar con otro. Cuando el 15 de enero comenzamos con el centro de adicciones no pensábamos que a esta altura del año íbamos a estar tan avanzados. A 7 meses de ese comienzo vemos dónde estamos y eso nos da mucha fuerza y compromiso para continuar porque no solo trabajamos dentro del espacio sino en el barrio".