San Martín, ejemplo ético

"Serás lo que debas ser o no serás nada", es la frase que más se recuerda del prócer. Se trata de una sentencia ejemplar que insta a la fidelidad hacia un destino mejor y se transforma en un imperativo para los argentinos de hoy, envueltos en un lodazal de corrupción, crisis financiera y económica y deterioro cultural.
Se cumplen hoy 168 años del fallecimiento del general José de San Martín. Los tiempos han cambiado. Ya ni siquiera se lo recuerda aplicando el feriado en esta jornada, sino que la ley determina que se pase al lunes siguiente en un intento por mejorar la industria del turismo, pero estableciendo que el homenaje al prócer se haya desvirtuado. Estamos frente a una evocación "descafeinada" en un momento del país en el que se hace imprescindible apelar al ejemplo ético del Padre de la Patria para reencauzar el camino.
En una carta escrita al general Tomás Guido desde Bruselas, en 1827, un San Martín a la defensiva, responde a las acusaciones de que había dejado huérfano al movimiento independentista con su exilio. Allí, enuncia la frase que más se recuerda: "Serás lo que debas ser o no serás nada". Se trata de una sentencia ejemplar que insta a la fidelidad hacia un destino mejor.
Ser lo que hay que ser es una tarea esencial en todos los tiempos. Para una persona en particular. Y también para una sociedad enmarcada en el concepto central de Patria, que supone amor al territorio donde se nació y se vive, pero también responsabilidad a la hora de construir el Bien Común. Ser lo que hay que ser quizás sea una utopía. Pero el camino que se transita debe dirigirse hacia allí. Porque si no, como lo afirma el prócer, no seremos nada.
El filósofo e historiador mendocino Arturo Andrés Roig, fallecido en 2012, explicó que en la célebre frase de San Martín hay "deberismo", que a más de uno ha despertado resonancias del imperativo categórico kantiano". Pero es un deber cargado de humanismo puesto que el héroe de la independencia sudamericana antepuso la dignidad de la persona ante la gloria y el poder. Agrega Roig: "No nos cabe duda pues, que el "serás lo que hay que ser, si no, eres nada", es un imperativo moral que responde de modo claro a esos ideales humanos que le impulsaron al mismo San Martín, en sus manifiestos a los pueblos del Perú, a ponerse más allá de los derechos del ciudadano y anticipar los actuales derechos humanos, a los que en su proclama del 13 de noviembre de 1818, denomina "derechos de la especie humana".
El ejemplo ético de San Martín cobra especial dimensión, entonces, cuando se analiza desde varios costados aquella célebre frase. Al mismo tiempo, se transforma en un imperativo para los argentinos de hoy, envueltos en un lodazal de corrupción, crisis financiera y económica y deterioro cultural evidentes.
Fue San Martín un líder con todas las letras. Tuvo visión estratégica a largo plazo, pero también códigos, conducta y desprendimiento. Siempre colocó los intereses colectivos por sobre los personales o sectoriales. Aseguró que "todo buen ciudadano tiene la obligación de sacrificarse por su país, y mi objetivo no ha sido otro que el bien y la felicidad de nuestra patria, y al mismo tiempo el decoro de su administración".
Esta última expresión tendría que sacudir las conciencias. Es la figura máxima de la argentinidad la que la pronuncia. Un escozor martillea apenas la reflexión acerca su contenido a la realidad actual y a las actitudes de la dirigencia y de los ciudadanos. Porque la sensación es que lejos estamos de lo que debemos ser. Y porque sin sacrificio, sin la búsqueda del bien o la felicidad de la patria y sin una administración decorosa de los recursos públicos, quizás estemos en camino de ser nada.