Básquet
San Isidro, tan cerca del sueño

El equipo sanfrancisqueño cayó 3-2 en la final frente a Racing de Chivilcoy y quedó a un paso del ascenso a la Liga Nacional. Orgullo por una temporada inolvidable que ilusionó a toda una ciudad.
Por Ignacio Omedes | LVSJ
Qué cerca que estuviste, San Isidro. El conjunto sanfrancisqueño acarició con la punta de los dedos el tan ansiado ascenso a la Liga Nacional de Básquet, pero terminó cayendo en la gran final ante Racing de Chivilcoy por 3-2. La ilusión, que había nacido con fuerza y crecido con carácter a lo largo de una temporada memorable, chocó contra la solidez de un rival que tuvo su noche soñada en el quinto punto.
Ambos equipos se habían ganado el derecho de estar en esa definición: San Isidro se coronó campeón del Torneo Apertura, Racing hizo lo propio en el Clausura. Pero este formato de competencia volvió a dejar interrogantes sobre su equidad. El campeón del Apertura, al quedar al margen hasta el final del Clausura, llega sin competencia, sin ritmo, sin roce. Y eso, en deportes como el básquet, cuesta caro.
La serie arrancó cuesta arriba para los “Halcones”. En el primer punto, disputado en Chivilcoy, Racing fue una aplanadora y se impuso con autoridad por 88-68. Fue un golpe duro. En el segundo, también en tierra bonaerense, San Isidro mostró otra cara: llegó a estar 13 puntos arriba, pero terminó cayendo 73-65. La derrota dolió, pero ya no era todo negro. El equipo de Sebastián Porta mostraba signos de reacción.
Y en San Francisco, el "Antonio Manno" fue una caldera. En el tercer punto, San Isidro jugó con el alma y se impuso 62-54 en un partido cerrado, duro, muy trabajado. Pero el verdadero golpe de carácter llegó en el cuarto juego. Racing dominaba, ganaba por 16 al entretiempo y parecía encaminarse al ascenso. Pero apareció el alma de los “Halcones”: Porta movió las piezas, el equipo ajustó atrás, metió triples clave y dio vuelta un partido épico para forzar el quinto punto.
En el desempate, otra vez en el “Grilon Arena” de Chivilcoy, Racing tuvo su noche. Estuvo más fino, encontró los caminos, convirtió con facilidad y se llevó el juego decisivo por 88-76. San Isidro lo intentó hasta el final, pero le costó horrores anotar. Y el ascenso se le escurrió entre los dedos.
La desazón en el rostro de los jugadores y del cuerpo técnico fue total. Sebastián Porta, el conductor de esta campaña inolvidable, no pudo ocultar su tristeza. Más de 100 almas sanfrancisqueñas viajaron los más de 600 kilómetros para estar con el equipo en esa final, en otra muestra de amor incondicional que fue reconocida por todos.
San Isidro cayó, sí, pero de pie. Dio batalla hasta el final. Volvió a emocionar a una ciudad que sueña con jugar en lo más alto del básquet argentino. Ahora será momento de barajar y dar de nuevo: sostener piezas clave, reforzar otras, y empezar a pensar en la temporada 2025-2026 de la Liga Argentina, que arrancará en noviembre.
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Porque el ascenso no llega de un día para el otro. Racing sabe de eso: perdió dos finales consecutivas antes de lograrlo, ante Zárate Basket primero y luego frente a Atenas de Córdoba. Hoy le tocó festejar, pero San Isidro puede mirar con orgullo el camino recorrido.
Los “Halcones Rojos” dejaron cosas muy positivas, y la ilusión sigue intacta. San Francisco sueña, y lo va a seguir haciendo. Porque este equipo ya demostró que está para grandes cosas. Y tarde o temprano, el ascenso va a llegar.