Básquet
San Isidro, de las lágrimas a la ilusión

Los "Halcones Rojos" vuelven a la final por el ascenso, buscando revancha tras la dura definición que vivieron en 2019.
El próximo martes 27 de mayo comenzará una nueva serie final por el ascenso a la Liga Nacional de Básquet, la máxima categoría del básquet argentino. Allí estará San Isidro, que vuelve a tener la gran oportunidad de pelear por el premio mayor. El rival será Racing de Chivilcoy, equipo que llega en alza tras consagrarse campeón del Torneo Clausura, luego de superar en la final a Sportivo Suardi.
Del otro lado, el conjunto dirigido por Sebastián Porta accedió a esta instancia tras conquistar el Torneo Apertura, imponiéndose con autoridad en el cuadrangular final ante Pico FC, Amancay de La Rioja y Deportivo Viedma. Así, el equipo de San Francisco se metió nuevamente en la conversación grande y sueña con saldar una deuda histórica.
Puede interesarte
Desde LA VOZ DE SAN JUSTO decidimos repasar los antecedentes más significativos que tuvo el club sanfrancisqueño en esta misma lucha por el ascenso. Son capítulos de gloria, pero también de dolor y aprendizaje.
Temporada 2000-2001: el sueño que se esfumó en semifinales
Hace 24 años, San Isidro era protagonista en el Torneo Nacional de Ascenso (TNA), cuando la estructura del básquet argentino tenía otro formato. En esa temporada 2000-2001, el equipo alcanzó las semifinales, donde se encontró con un rival durísimo: Gimnasia y Esgrima de La Plata. Fue el fin de un sueño que ilusionaba, pero que no pudo concretarse en ascenso.
Temporada 2019: tan cerca, tan lejos
El recuerdo más reciente y aún latente en el corazón de los hinchas es el de 2019, cuando San Isidro disputó la final por el ascenso frente a Platense. El primer juego fue el 14 de junio, en Buenos Aires, donde los entonces dirigidos por Sebastián Torre dieron el golpe: 81 a 60 para ponerse 1-0 arriba. “San Isidro robó y festejó en la primera final”, tituló LA VOZ DE SAN JUSTO.

Tres días después, el 17 de junio, el “Calamar” se recuperó con un triunfo por 76 a 58 y empató la serie. El diario resumió la situación con el título: “Quedaron Iguales”. Luego, el 21 de junio, la historia se trasladó a un repleto “Severo Robledo” (hoy “Antonio Manno”) y San Isidro volvió a mostrarse fuerte: 79 a 66 y ventaja de 2-1. “Acaricia el ascenso”, fue la expresión elegida en portada.
Todo parecía encaminado, pero el 23 de junio, en el cuarto punto, Platense sorprendió al imponerse 64 a 55 en San Francisco, dejando helado al público local. “La dejó pasar”, reflejaba con crudeza la portada del día siguiente. Con la serie igualada 2-2, todo se definía en el quinto punto, otra vez en Buenos Aires.
Ese último partido fue el 25 de junio, una verdadera final anticipada, que LA VOZ tituló como “Batalla Final”. Fue dura, intensa, y cayó del lado de Platense: 81 a 60, con Pais como figura (18 puntos) y un San Isidro que, pese al esfuerzo, no pudo alcanzar la gloria. La tapa del diario, esa jornada, fue sincera: “Lloramos todos”. Todo San Francisco lo sintió como propio.

El plantel de aquel equipo estaba compuesto por: Juan Ignacio Rodríguez Suppi, Rodrigo Haag, Mauricio Corzo, Rodrigo Sánchez, James Cambrone, Santiago Ludueña, Santiago González, Germán Sciutto, Hans Feder Ponce, Bruno Pérez, Agustín Vergara y Federico Zezular.
2025: una nueva ilusión que vuelve a tomar forma
Hoy, con el recuerdo de aquellas campañas, pero con la energía renovada, San Isidro vuelve a estar a un paso de la historia. En frente estará un Racing de Chivilcoy que viene entonado, pero los “Halcones Rojos” saben lo que es reinventarse, competir y estar a la altura.
La serie comenzará el 27 de mayo en Buenos Aires, con los dos primeros juegos en condición de visitante. Luego, la definición se trasladará al “Nido” de los “Halcones”, que volverá a ser un hervidero. En caso de ser necesario, un eventual quinto partido se disputará nuevamente en suelo bonaerense.
Esta vez, el pueblo rojo vuelve a soñar. Es tiempo de desplegar las alas y volar alto. El objetivo es el de siempre: la Liga Nacional. Pero ahora, quizás más que nunca, parece estar al alcance de la mano.