Cultura
San Francisco se capacita para preservar su patrimonio cultural
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La ciudad es sede de una formación gratuita sobre conservación y valoración del legado cultural local, a cargo de los especialistas Felicitas Asbert y Gonzalo Pagani, quienes destacan: “El patrimonio se construye por el vínculo con las personas y las comunidades. Sin patrimonio no tenemos memoria, no tenemos identidad”.
San Francisco se convirtió desde esta semana en sede de una capacitación gratuita en conservación del patrimonio cultural, una iniciativa conjunta entre la Agencia Córdoba Cultura, la Municipalidad, la Escuela Superior de Bellas Artes “Dr. Raúl G. Villafañe” y el Archivo Gráfico y Museo Histórico de la ciudad y la región. La propuesta esta a cargo de la licenciada en restauración Felicitas Asbert y el arquitecto Gonzalo Pagani, dos especialistas que trabajan en el área de Patrimonio de la Agencia Córdoba Cultura. En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, reflexionaron sobre la importancia de resguardar los bienes materiales e inmateriales que forman parte de la identidad de cada comunidad.
“El patrimonio se construye por el vínculo con las personas y las comunidades. Sin patrimonio no tenemos memoria, no tenemos identidad”, expresó Asbert. Para la especialista, preservar es “el desafío que tenemos para sostener las identidades de las comunidades, sobre todo en este mundo tan globalizado en donde las culturas locales no se valorizan”.
Pagani coincidió y agregó: “La globalización nos hizo acercarnos tanto que se perdió un poco la importancia del patrimonio. Por eso hacemos mucho hincapié en los patrimonios locales, en que la misma localidad y el mismo vecino sea el que se apropie de ese patrimonio, porque es el que le da sentido”.
La capacitación aborda la necesidad de revisar la concepción tradicional de los bienes culturales. Según Pagani, “no hay que dejar el patrimonio como algo estancado y que quede en el tiempo. La idea es adaptar ese patrimonio a los usos actuales, a las situaciones que vivimos”.
Los especialistas señalaron que existen ejemplos de recuperación que logran revalorizar espacios sin perder su esencia, incluso en edificaciones de San Francisco. “El paraboloide hiperbólico es un claro ejemplo: ese tipo de recuperaciones están buenas porque se reestructura el edificio respetando sus formas y su esencia. Depende del uso que se le dé, pero es importante que mantenga su memoria e identidad”, explicó Pagani. Al mismo tiempo, advirtió sobre los riesgos de refuncionalizaciones que eliminan el valor simbólico: “Hay construcciones donde la forma en que se las utiliza hace que pierdan totalmente la conexión con lo que fueron”.
Profundizando sobre la situación de San Francisco, Asbert remarcó que “todas las ciudades tienen su patrimonio local muy interesante, y para cada comunidad va a ser lo más valioso”. Destacó que no necesariamente la antigüedad define la relevancia: “La iglesia Catedral de San Francisco no es muy antigua, pero sí es muy simbólica para la comunidad”.
Una comunidad con gran potencial para preservar su legado
La capacitación no solo puso en valor los bienes materiales e inmateriales de San Francisco, sino que también reveló el interés de la propia comunidad por involucrarse en su cuidado. Pagani lo resaltó con claridad: “Hay un gran potencial en el patrimonio de San Francisco. Nunca esperamos esta convocatoria. Eso habla de que hay un interés real. Investigando vimos que hay mucho para desarrollar en cuanto a esculturas, pinturas y murales”.
Al mismo tiempo, los especialistas subrayaron el valor de contar con instituciones de formación artística. “Tienen la Escuela de Bellas Artes, que es un espacio que promueve la reflexión sobre el patrimonio. Eso es clave para seguir trabajando y pensando en el patrimonio local” remarcó Asbert.
En cuanto al objetivo de la capacitación, que se dictará entre septiembre y noviembre con encuentros presenciales y virtuales, Pagani señaló: “Lo que más nos interesa es que los propios sanfrancisqueños puedan reflexionar y preservar el patrimonio. No traemos la fórmula de oro. Nosotros damos una base conceptual y teórica, pero los que lo van a vincular son los participantes”.
Asbert, por su parte, aclaró que se trata de una formación preventiva más que de intervención directa: “Todas las acciones no caen sobre los objetos, sino en políticas de preservación que van alrededor. No es que uno se forme en restauración, sino que se adquieren herramientas para accionar frente a distintos factores”.
La especialista también subrayó la importancia de la participación ciudadana: “Lo positivo de este curso es que todos podemos ser agentes de conservación del patrimonio. No hace falta estar formados en restauración. Se trata de generar acciones que promuevan la preservación y saber cuándo acudir a un profesional, para que la restauración sea el último recurso y no el primero”.
En definitiva, la propuesta invita a que cada vecino se convierta en protagonista de la conservación, reconociendo y valorando aquello que lo identifica como parte de una comunidad.