Análisis
San Francisco: 137 años de construcción comunitaria
Celebramos la fiesta de los 137 años de nuestra ciudad. Y conmemoramos la construcción comunitaria que nuestros antepasados forjaron. ¡Feliz cumpleaños, San Francisco!
Los dos verbos que conforman el título de esta columna son, en reiteradas ocasiones, tomados como sinónimos, aunque no siempre lo son. Celebrar proviene del latín celebratio y significa organizar y participar en una fiesta. Conmemorar proviene también del latín. Su origen es commemorare. El mismo vocablo remite a la memoria, a recordar juntos un hecho histórico.
Hoy se da el caso de que podemos celebrar y conmemorar al mismo tiempo. Celebramos la fiesta de los 137 años de nuestra ciudad. Y conmemoramos la construcción comunitaria que nuestros antepasados forjaron y nos legaron a partir del hito fundacional de Iturraspe y en cada uno de los momentos históricos que vivió San Francisco.
Aunque parezca un lugar común, no es descabellado afirmar que vivimos tiempos difíciles. Por eso, se hace necesaria una celebración. Para festejar el orgullo de pertenecer. Para comprender que San Francisco mira hacia el futuro con esperanza y optimismo. Porque es una comunidad fuerte y resiliente. Capaz de enfrentar desafíos y superar obstáculos. Que tiene una identidad sólida manifestada en el amor a la tierra natal. Que exhibe valores humanos fundamentales. Que busca el Bien Común. Que, aunque sea difícil en ocasiones, está comprometida a seguir construyendo una ciudad inclusiva, sostenible y próspera.
Al mismo tiempo, es hora de conmemorar. De tener memoria. De abrevar en el ejemplo del santo con cuyo nombre fue bautizada nuestra comunidad: fe inquebrantable, humildad, servicio al prójimo, amor por la tierra y los seres vivos, apoyo a los pobres y sufrientes, acción y trabajo constante. De evocar el gigantesco esfuerzo humano que significa haber llegado a los 137 años. De valorar a los pioneros que tuvieron la visión y el coraje de establecer los cimientos de lo que hoy conocemos como nuestro hogar. De reconocer a aquellos que nos enseñaron a amar al terruño, a los que aportaron trabajo y conocimientos para su progreso, a todos los que contribuyeron a consolidar la raíz del sentimiento sanfrancisqueño. Y de renovar el compromiso de estar juntos para preservar los principios que hacen de nuestra ciudad un lugar muy especial. Que no son otros que el privilegio de los intereses comunes por sobre los particulares y sectoriales, la férrea cultura del trabajo, la fe en el progreso, la solidaridad, el respeto en el disenso y el rechazo a las conductas que no respeten al semejante tanto en lo privado como en lo público.
Esta mirada festiva y retrospectiva al mismo tiempo nos permitirá refrescar las lecciones enseñadas por nuestros antepasados. Y resignificarlas en este contexto cambiante y vertiginoso. Orgullosa está LA VOZ DE SAN JUSTO de acompañar, desde hace 108 años, a los hombres y mujeres que quieren a la ciudad y se sienten orgullosos de su condición de sanfrancisqueños.
Es 9 de septiembre. El día de la fundación. Celebremos y conmemoremos.