Salta y San Francisco se unirán gracias a una familia solidaria
En la clínica "Enrique J. Carrá", se receptan donaciones de alimentos no perecederos y ropa para la comunidad wichi de Yacuy en Salta. Hasta el martes se podrá acercar la gente para dejar su granito de arena. Detrás de esta historia, está la enfermera más solidaria de la ciudad.
La pobreza históricamente ha estado unida con la solidaridad. Como la tesis y antítesis entre una necesidad que no conoce de lugares ni personas, y un valor que une y trasciende a todas las comunidades.
Ante estas circunstancias sociales que existen aquí en San Francisco pero se multiplican en muchas localidades del país; y movidos por la empatía y solidaridad, el personal de la Clínica de Especialidades "Enrique J. Carrá" sigue recibiendo donaciones en el marco de una campaña solidaria para ayudar a familias wichis que viven en la localidad de Yacuy, en Salta.
La propuesta está coordinada con la ONG "Pata Pila" que trabaja con niños que tienen necesidades nutricionales y visitan periódicamente esta comunidad ubicada a 18 kilómetros de Tartagal.
Cómo ayudar
Para acercar donaciones hay tiempo hasta este martes 7 y se hace hincapié en la importancia de aportar cajas de leche larga vida, además de ropa para niños y medicamentos.
Todo puede ser llevado a la calle Pellegrini 185, en el área contable de la clínica este lunes y martes, de 7 a 12 y de 15 a 20.
Las donaciones serán llevadas por una familia sanfrancisqueña que es la primera que conoció esta comunidad hace cuatro años y siempre repiten la experiencia ya que "les llena el alma".
"Mis hijos están haciendo bolsitas de caramelos, llevan juguetes, sacaron todas sus bolitas para hacer pequeñas bolsas y dárselas a los chicos".
La solidaridad como bandera
A su trabajo de enfermera en la clínica, Rosana Romero, le suma las tareas cotidianas en la familia que formó con Jorge Sánchez y también en la atención de sus hijos Luciano, Bruno y Mateo.
Sin embargo, en su mente siempre está el nombre de Amadeo. Él es un pequeño niño de 11 años de la comunidad wichi a la que esta trabajadora sanitaria visita todos los años y del que es su madrina no solo de título sino de corazón.
La solidaridad para ella no solo es una cuestión de participar en la recolección de alimentos no perecederos y ropa para esta comunidad salteña sino también un lugar donde viaja, comparte y se compenetra con las necesidades que tienen.
En uno de esos tantos viajes, le contó al jefe de Recursos Humanos de la clínica donde trabaja de la experiencia y desde la institución pusieron todo su apoyo para que la campaña pueda llevarse adelante.
"Nosotros hace 4 años que emprendemos este viaje familiar. Somos devotos de la Virgen de la Peña en Tartagal. Ahí conocimos la ONG Pata Pila. Nuestras vacaciones son sinónimo de Salta, pero una semana de ese tiempo lo destinamos a la solidaridad", expresó la mujer a LA VOZ DE SAN JUSTO sobre el proyecto que llevan adelante.
Un auto lleno de amor
A la familia de esta enfermera no le sobra nada, su esposo José de hecho es remisero. Sin embargo, se pusieron como objetivo siempre ir a Salta y como complemento desde hace cuatro años también se llegan hasta Yacuy.
Con ellos no llevan muchas cosas, la ropa justa porque todo lo que va en su Volkswagen Suran está destinado a esta comunidad, sobre todo leche y medicamentos que requieren los agentes sanitarios que trabajan "con lo que pueden" allá.
Mientras tanto, acá Bruno y Mateo, los dos hijos más pequeños de esta mujer, están ajustando los últimos detalles de los regalos que le darán a los niños y niñas de la comunidad: "Mis hijos están haciendo bolsitas de caramelos, llevan juguetes, sacaron todas sus bolitas para hacer pequeñas bolsas y dárselas a los chicos".
Pero eso no es todo. Mientras Rosana llevaba a su hijo Bruno de su abuela él decidió hacer otro sacrificio por su amigo más especial Amadeo. "Me acaba de decir que tiene tres camperas pero se arregla con dos y una se la va a dejar a él", describió emocionada.
Y agregó - como si hiciera falta decirlo - que "todo lo hacen de corazón y con mucho sacrificio", pero ahora los mueve una necesidad más grande porque el ahijado wichi, Amadeo, "tiene un problema grave de desnutrición".
"Cerca de esa comunidad hay un río, ellos viven de la pesca nada más. No buscan la comida con una caña, lo hacen solo con las manos", narró Romero.
Ayuda lejana
En Yacuy, esta familia tiene un lugar que los espera todo el año, establecieron lazos casi familiares con todos los que trabajan como pueden en ese lugar donde la pobreza está enraizada.
"Cerca de esa comunidad hay un río, ellos viven de la pesca nada más y el cacique Wichi, también vive ahí cerca. Ellos no buscan la comida con una caña, lo hacen solo con las manos", narró Romero.
Rosana tiene un alma solidaria, bien podría hacerlo acá con mucha gente que también pasa necesidades en San Francisco pero su objetivo está puesto allá en Salta.
Cuando le preguntan ¿Por qué? Ella solo tiene una respuesta para dar: "Siempre le digo a la gente que acá hay necesidades pero la gente tiene la posibilidad de aunque sea llegar a pie al Hospital (J.B. Iturraspe) o a algún centro asistencial. Allá ellos no tienen esa posibilidad".
Romero, posteriormente agregó que la actitud solidaria también la replica con todo aquel que necesita de una mano y que sale a pedir ayuda.