Sábado de historias, voces y encuentros en el Superdomo

El Superdomo vuelve a abrir sus puertas este sábado, desde las 16, para recibir el pulso vivo de la 8ª Feria del Libro de San Francisco. Los pasillos comenzaron ayer a llenarse de voces, de miradas curiosas, de ese murmullo inconfundible que solo ocurre cuando los libros son el punto de encuentro. Familias, docentes, estudiantes y lectores de todas las edades se mezclan entre los 58 stands que dan forma a la octava edición de esta fiesta cultural que ya es una marca de identidad para la ciudad.

La jornada promete emociones fuertes. En el escenario principal, el periodista y escritor Dante Leguizamón presentará su crónica Llevo tu nombre tatuado en la piel, un testimonio conmovedor sobre las huellas que deja la violencia y la búsqueda de justicia. Más tarde, Gonzalo Heredia traerá su nueva novela Extranjera, una historia sobre la pertenencia y el desarraigo que lo confirma como una de las voces más sensibles de su generación.

También habrá lugar para el pensamiento y la provocación. La reconocida sexóloga Cecilia Ce invita a hablar del deseo desde una mirada honesta y liberadora, mientras que Jorge Asís ofrecerá una charla abierta sobre la política y los desafíos del país, en un encuentro que promete tanto análisis como ironía.

A lo largo del día, se desarrollarán talleres gratuitos, lecturas colectivas y actividades para niños y jóvenes en la planta alta del Superdomo, un espacio que combina juego y aprendizaje.

La feria se vive como un gran abrazo cultural, donde cada historia encuentra eco en otra. Al caer la tarde, el aire se llenará de música: el extecladista de Rata Blanca Hugo Bistolfi se presentará junto a su hija. También se podrá disfrutar de una amplia propuesta gastronómica, con food trucks en el exterior y una cafetería atendida por Panna Cotta dentro del Superdomo. 
En su segundo día, la Feria del Libro confirma que San Francisco late con fuerza propia. Es mucho más que un evento: es una celebración de la palabra, un territorio donde leer, escuchar y sentir se vuelven, por un instante, la misma forma de estar juntos.