Rodando juntos
Juan Manuel Morandi y Cecilia Giorda, un matrimonio fortalecido por el amor y su pasión por el deporte.
La vida los unió en matrimonio y también en el deporte. Un vínculo sentimental que se estrechó aún más al compartir la pasión por el mountain bike, disciplina en la que llevan muchísimos kilómetros recorridos y en la que son destacados exponentes. Un "rueda a rueda" que también se traslada al ámbito comercial, es que Juan Manuel Morandi (51) y Cecilia Giorda (43) llevan adelante un negocio familiar desde hace más de 30 años.
Claro que el romance con la "bici" tiene menos tiempo, algo más de 13 años dedicados al ciclismo, con una etapa previa haciendo spinning, tras lo cual se dedicaron al mountain bike, primero en forma recreativa, y finalmente de manera competitiva, a la que Juan se animó primero.
Una elección deportiva que en su momento buscó involucrar a toda la familia.
"Empezamos de grandes por decisión propia no por un tema de salud, sino que veíamos que al tener niños pequeños necesitábamos hacer alguna actividad y bueno surgió esto como lo más accesible debido a nuestro poco tiempo disponible aparte es algo que incluye a toda la familia y los domingos podíamos disfrutar todos de una actividad", contó Juan.
Amor y
deporte
Disciplina incluso que fortaleció la relación sentimental que hoy se encuentra celebrando sus bodas de plata con todo lo que ello significa.
"Como pareja nos unió muchísimo, nos encanta, nos complementamos, cada uno hace su parte. Juan es el encargado de la preparación de las bicicletas, estudiar las carreras, altimetría, yo me encargo de la ropa, un poquito de la comida. Somos un buen equipo, este año cumplimos 25 años de casados y creo que los últimos fueron muy especiales gracias a la bicicleta", dijo Cecilia.
Claro que para seguir por el buen camino, la preparación física es un requisito "sine qua non" admitieron los bikers.
"Seguimos un entrenamiento diario tenemos un entrenador español que nos da un plan de entrenamiento. El ciclismo es un deporte en el que hay que ser muy estricto porque si no te pasa factura" comentó Juan, a lo Cecilia acotó: "Juan es muy disciplinado yo soy más perezosa y bueno, siempre él me impulsa a seguir a no quedarme sobre todo ahora en el invierno que te da mucha fiaca para salir".
Por otra parte, consultados sobre sus preferencias por el llano o la montaña, los pedalistas no dudaron en señalar: "Nos gusta más el mountain bike sobre el ciclismo de ruta porque te da la posibilidad de conocer lugares hermosos. Al ir a la montaña tuvimos la posibilidad de conocer distintos países, mucha gente, otras culturas, por eso nos gustan más, pero cualquier clase de ciclismo está buena".
Pareja
competitiva
Así también dentro de la pareja existe la competitividad sana y el reconocimiento de uno sobre el otro, situación de la que se encargó Cecilia.
"Sinceramente no he logrado cosas muy importantes, siempre estoy en el podio, tercera, cuarta, quinta, no soy una corredora de punta, pero disfruto mucho de lo que hago".
"En cambio Juan logró varios podios en diferentes competencias, por ejemplo en el Desafío al Río Pinto que es la prueba más grande de Latinoamérica, él logro estar en el podio de esa gran carrera gracias a su dedicación y esfuerzo".
"Este año yo tuve la posibilidad de correr la primera edición de la doble San Francisco Miramar de ruta de mujeres y me encantó, igualmente no es lo mío pero fue una experiencia suprema".
"Formamos un equipo de mujeres excepcionales de la ciudad al mando de Daiana Almada que nos guió y fue enseñando en los pocos meses que tuvimos para prepararla. Gracias a Dios salió todo perfecto y pudimos llegar con el pelotón de punta cumpliendo con todas nuestras expectativas", recordó.
A lo que Juan agregó: "Lo bueno que tiene el mountain bike es que sos competitivo con vos mismo, acá hay que superarse a uno mismo".
Disciplina
recomendable
Lo cierto que el Mountain Bike, llámese hobby o entretenimiento, para ellos se convirtió en un cable a tierra, la manera de desconectar y al mismo tiempo granjearse el afecto de sus pares, modo de vida que lógicamente recomiendan.
"El mountain bike nos ha dado muchos amigos, un grupo hermoso de entrenamiento con el cual salimos todos los días, sufrimos todos juntos, nos esforzamos. También la posibilidad de conocer muchos lugares del país y de nuestra provincia", sostuvo Juan.
"El ciclismo es un deporte muy recomendable para todas las edades, no requiere de mucho esfuerzo, lo puede hacer cualquier persona a cualquier nivel, obviamente que si es competitivo es distinto, pero es un deporte que lo puede hacer cualquiera y a cualquier edad", completó Cecilia.
Sin línea
de llegada
Por delante queda la segunda mitad del calendario la que ya planifican, apuntalados en sus saludables condiciones físicas que hacen que la línea de meta en sus carreras deportivas aún no aparezca en el horizonte.
"Queda toda la mitad del año y si Dios quiere vamos a participar de todas las competencias que podamos ya que es el único vicio que tenemos, así que mientras el tiempo y las piernas lo permitan, vamos a seguir participando", indicó Juan.
"Trataremos de seguir corriendo hasta que el cuerpo lo permita, no hay tope de edad y bueno, mientras la salud lo permita trataremos de estar en la línea de largada", añadió Cecilia.
Finalmente la pareja quiso hacer público su agradecimiento a "toda la familia, a todos los que nos acompañan, nos tienen paciencia ya que por ahí nuestra dieta es limitada y nuestra vida social es bastante acotada".
"También agradecerle a nuestro entrenador y a nuestro grupo de entrenamiento que sin ellos nada sería posible", cerraron.
Sus nombres se repiten en cada competencia de mountain bike, una hoja de ruta que hace tiempo vienen cumpliendo a rajatabla y piensan prolongarla en el tiempo hasta que el cuerpo diga basta.
Es que la práctica de la disciplina para ellos se transformó en algo más que un hábito saludable, sin dudas en un estilo de vida en el cual siguen mejorando su vínculo sentimental. Vaya razón para seguir rodando juntos.