Espectáculos
Rock y amigos: los 60 años de Los Fenders

El grupo local celebrará con un recital homenaje su inquebrantable amor por la música. El 2 de agosto a las 21, en el Teatro Mayo, se reunirán generaciones para rendir tributo a seis décadas de melodías, recuerdos y vínculos que no conocen de finales.
“Puerto Montt” empieza suave, como casi todas las historias que terminan marcando una época. Suena una guitarra, una voz melancólica, y en los corazones de los bailarines se enciende algo que no tiene edad: la necesidad de abrazar, de sentir que una canción puede ser el puente perfecto entre dos. Esa escena se repitió cientos de veces en los bailes de San Francisco y la región, con los mismos protagonistas: Los Fenders, banda sanfrancisqueña pionera del rock romántico que este año cumple 60 años de vida musical y lo celebrará a lo grande con un recital homenaje en el Teatro Mayo, el sábado 2 de agosto a las 21.
“Esa canción no puede faltar nunca”, aseguró Lucas Valdemarín, uno de los más jóvenes integrantes de la banda. “Mi tío la pedía en cada fiesta. Cuando entré al grupo, fue la segunda que me aprendí en guitarra. Y ahora la tocamos juntos, en familia”. No hay mejor muestra del legado que dejaron —y siguen dejando— Los Fenders, que nacieron en 1965, inspirados en grupos como Los Iracundos entre otros y por una pasión que nunca abandonaron: hacer música que emocione.

“Un Fender nunca deja de ser un Fender”
La frase la dice Osvaldo Pepellin, médico y ex cantante de la agrupación, que vive desde hace décadas en Italia pero cada año regresa a su San Francisco natal para tocar con los suyos. “La música es alma, es vida. Y esta banda es mi familia. Siempre lo fue”. A su lado, Daniel Teodoro Gallo, bajista y uno de los más antiguos del grupo que sigue tocando, asiente: “La esencia está intacta. Nosotros no solo compartimos escenarios. Nos criamos juntos”.
Y aunque los rostros cambien y las generaciones se renueven, el espíritu permanece. “Lo más valioso es la amistad”, dice Esteban Oyen, uno de los últimos en incorporarse. “Apenas llegás, ya sos parte. Te reciben como si hubieras estado desde el principio”.
No es una exageración. Desde sus inicios como “Los Halcones”, el grupo atravesó décadas, despedidas, regresos, pausas y reencuentros. Supieron adaptarse, sumar integrantes jóvenes, mantener el repertorio fiel a su historia, pero también renovarlo. Y sobre todo, seguir disfrutando juntos, como una familia ampliada por la música.

Fender: un nombre, un sueño
¿Por qué “Los Fenders”? La respuesta parece simple, pero encierra un deseo de época. “Por los instrumentos Fender, claro. Soñábamos con tener uno”, cuenta Pepellin. “Y como éramos varios, le agregamos la ‘s’. Así empezó todo”.
Ese espíritu soñador los llevó lejos. Telonearon a Los Iracundos, los admiraban y compartieron escenario con ellos. En una ocasión, Jorge Martilengo —el otro fundador— suplió al baterista oficial de Los Iracundos cuando tuvo un accidente. “No había celulares, ni fotos, pero eso quedó grabado en la memoria”, recuerdan.
La influencia de los uruguayos fue tan grande que, aún hoy, gran parte del repertorio de Los Fenders mantiene ese ADN melódico, romántico, de letras que enamoran y melodías eternas. “No era un rock pesado, era un rock de sentimientos”, dice Daniel Gallo. “Y por eso también fue tan duradero”.
Los Fenders fueron, durante mucho tiempo, el grupo insignia del San Francisco musical. Hacían tres shows en una noche: Miramar, Balnearia y El Tío. “Todo cargado por nosotros, sin plomos, sin GPS, sin aire acondicionado. Pero con muchas ganas”, rememoran.
Lo cuentan como una hazaña, pero en realidad era su cotidiano. Cada fin de semana, un baile. Cada escenario, una oportunidad para sonar en vivo, sin pistas grabadas, con respeto por el público y trajes y zapatos lustrados. “Íbamos todos de traje. Era una forma de mostrar respeto”, dice Pepellin.

Los dinosaurios no se extinguen
Así se llaman a sí mismos: “los dinosaurios”. Pero lejos de ser un guiño nostálgico, es una reivindicación. Los miembros históricos —Osvaldo Pepellin, Omar Gallo, Jorge Martilengo, Horacio Alissio y Daniel Gallo— se siguen reuniendo, ensayando, tocando, y también compartiendo asados y anécdotas. Son más que una banda y aseguran que con los años y escenarios compartidos se convirtieron en amigos y en una verdadera familia.
El grupo tuvo algunos momentos de menor intensidad, pero la vuelta en el año 2000 marcó un nuevo comienzo. “Fue como el ave fénix”, dicen. Se reencontraron, ensayaron y, cuando vieron que la magia seguía intacta, volvieron a los escenarios. Desde entonces, no pararon.
La nueva generación
La formación actual suma nuevos rostros, pero con la misma mística. “Nosotros les decimos Los Fenders Nueva Generación”, comenta Daniel. “Son chicos jóvenes que aprendieron de los fundadores, con respeto por el estilo y las canciones que nos representan”.
Lucas Valdemarín, Esteban Oyen y Gabriel, el nuevo cantante, son algunos de los que llevan adelante la posta. Uno de los puestos más difícil de ocupar fuer del de Manuel ‘Tito’ Peralta, que había sido la voz del grupo por 53 años”, confiesa Lucas. “Pero los anteriores integrantes lo apoyaron desde el primer ensayo. Y ahora la gente lo reconoce también”, aseguró.
La actual banda está integrada por: Gabriel Tabares (voz), Daniel Gallo (bajo), Julián Varela (teclados), Marcos Rasca (primera guitarra), Lucas Valdemarin:(segunda guitarra), Matías Daga (batería) y Esteban Oyen (locución).
Que se escuchen en casa
Los Fenders tocaron en decenas de pueblos, bailes, clubes. Grabaron vinilos, CDs, DVDs. En Córdoba capital, hasta les pidieron copias para distribuirlas. Pero en su propia ciudad, el reconocimiento sigue siendo una deuda pendiente.
“Acá a veces nos ponen al final de los shows, o no nos tienen en cuenta”, lamenta Daniel. “Y vienen músicos de afuera, con menos historia y preparación, que se llevan todos los elogios”. Es una queja sostenida, pero también un llamado al reconocimiento local. “No queremos fama. Queremos que se valore lo que hacemos con tanto amor”.

Canciones que enamoraron
Hay canciones que son bandera. “Puerto Montt” es una de ellas. Y será parte del show del 2 de agosto. También sonarán temas de Los Iracundos, Los Galos y Casablanca. “Las parejas que se formaron con esas canciones —y aún hoy los siguen— estarán ahí. Algunas con nietos a cuestas. Otras, con lágrimas en los ojos”, comentó Alissio.
Porque como dicen ellos, “la música melódica es la que te hace enamorar”. Y eso no pasa de moda.
Muchos de los integrantes son docentes, relojero, ingeniero, médico y empleados de comercio. Pero en el escenario, todos son músicos. Porque la pasión por la música no se negocia y como ellos dicen: “Esto no se hace por dinero. Se hace por amor”.
Ese amor es el que los llevó a preparar un libro: “Los Fenders, Historia de Vida”, con relatos de cada integrante y anécdotas que hoy parecen increíbles. Como cuando inauguraron el edificio Lamberghini tocando desde el balcón, o cuando fueron teloneros de su grupo preferido Los Iracundos.
A 60 años de aquel inicio con guitarras soñadas, siguen firmes. “La máxima ambición es que esto siga 60 años más”, dice Pepellin. Y no suena exagerado. Porque mientras haya alguien que pida “Puerto Montt” en una fiesta, Los Fenders van a estar ahí, tocando desde el corazón, uniendo generaciones a través de una canción.
Show por los 60 años
Cuándo: sábado 2 de agosto, a las 21
Dónde: Teatro Mayo, San Francisco
Entradas:
A la venta en boletería del teatro, de lunes a viernes de 10 a 12 y de 17 a 19
También disponibles en Platea VIP
Se pueden adquirir a través de instituciones como Lalcec, Club de Leones, Infantia y Amigos del Bien, que colaboran con la organización y reciben un aporte por cada entrada vendida.