Roberto Bohn: “Es una primavera bipolar por efecto de La Niña
El jefe de la Estación Climatológica de la UTN habló sobre la probabilidad de que se mantengan las condiciones del fenómeno climático con lluvias por debajo de lo normal.
Tal como lo anunciaron los diferentes pronósticos meteorológicos, luego de una jornada de sábado que tuvo una temperatura máxima de 35 grados centígrados, los sanfrancisqueños asistimos a una pronunciada disminución térmica que cayó hasta los 6 grados centígrados en horas de la noche del domingo y la máxima apenas se ubicó en los 17 grados, motivado por el brusco descenso a partir del ingreso de un frente frío con ráfagas de viento de 80 kilómetros por hora que se sintieron con moderada intensidad en las primeras horas del domingo.
El jefe de la Estación Climatológica de la UTN, Roberto Bohn, atribuyó a los efectos de La Niña a estos bruscos cambios en la temperatura dentro de una primavera que calificó como "bipolar".
En este caso, en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO el meteorólogo dijo que "es una primavera bipolar par efecto de La Niña", en alusión al fenómeno climático que produce un enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales de las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical en los vientos, la presión y las precipitaciones.
Además, aseguró que lo ocurrido con este descenso de temperatura "está dentro de lo anunciado" mientras que reconoció que "no es normal" que luego de jornadas de alta temperatura como la registrada el sábado se produzca una disminución tan abrupta como la ocurrida al día siguiente.
"En el último tiempo no se recuerda algo así. Es muy inestable la primavera. "Es una primavera bipolar por efecto de La Niña de acuerdo a lo que señalan los científicos ya que el efecto de este fenómeno climático ayuda a que se formen estos frentes fríos que vienen desde el sur y llegará bien al norte de Sudamérica", precisó Bohn.
Roberto Bohn, jefe de la Estación Climatológica de la UTN de San Francisco.
Cómo será el verano
De cara al verano comentó que "naturalmente tenemos que esperar jornadas de alta temperatura como normalmente ocurre en esa época del año" aunque también explicó que "tendremos que ver si perdura la inestabilidad climática" aunque tampoco pudo asegurar que el verano no prolongue la bipolaridad con la que se está comportando la primavera.
"Eso es algo que yo no lo puedo asegurar", reconoció Bohn quien de esta manera descartó entre sus preferencias que tengamos que atravesar por una ola de calor como lo que atravesamos durante enero de este año.
"Cuando se ve una alta presión grande sin movimiento de masas de aire es donde se asienta el calor. Un ejemplo de ello fue que tuvimos jornadas de 32 grados sin viento que se sufrieron más que algunas de 36 grados con viento", indicó.
La extrema sequía que estamos atravesando en una época tradicionalmente conocida como de las más húmedas del año es también un efecto de La Niña.
En este caso, Bohn dijo desconocer cuándo podría cortarse esta tendencia ya que "no hay información de que el efecto de La Niña esté disminuyendo. La humedad principal del verano para nosotros viene desde el norte. La escasa precipitación que pueda provenir con vientos del atlántico se da cuando hay vientos del sudeste por varios días que entra un poco de humedad. En nuestra región, la humedad principal que trae precipitaciones ingresa por el Amazonas donde se carga de humedad, va hacia el oeste-sudoeste y antes de llegar a los Andes empieza a bajar, pasa por Bolivia, Paragua y entra a la Argentina".
Entre las causas por las cuales ese ingreso de humedad al país que trae las tan esperadas lluvias no se está dando, así como tampoco se dio el año pasado tiene que ver "con el desmonte que se generó en Brasil y Paraguay. Esa pérdida de masa verde que genera humedad es un daño irreparable".
El efecto continuará en los próximos meses
Especialistas en agroclimatología advirtieron que el mantenimiento de las condiciones de sequía provocadas por la repetición del fenómeno La Niña continuará afectando en los próximos meses a gran parte de la denominada Zona Núcleo argentina, con una esperable disminución a partir del primer trimestre de 2023.
"Estamos en condiciones Niña por tercer año consecutivo y venimos en una situación anómala a nivel regional en los últimos años", afirmó la responsable de la Oficina de Monitoreo de Emergencias y Desastres Agropecuarios (Omega), María de Estrada, quien la comparó con la última gran sequía ocurrida en los años 2008 y 2009.
La especialista dijo que "estamos atravesando los valores más bajos de los que se tengan registro" durante la presentación de un informe sobre la Perspectivas Meteorológicas 2022/23 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta).
Según el último informe de la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías, la superficie afectada por sequía en el país supera las 140 millones de hectáreas y la categoría "sequía severa" afecta a siete millones, en particular de la Zona Núcleo, en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos.
Tras remarcar que "no todas las sequías dan lugar a catástrofes", De Estrada advirtió que "las consecuencias impactan en otros sistemas" y planteó su preocupación porque "estamos entrando en la época de mayor demanda hídrica con el aumento de las temperaturas".
Por su parte, Natalia Gattinoni, experta del Inta, consideró que se espera "más de 70% de probabilidad de que el fenómeno continúe en los próximos meses y, principalmente, en la primera parte del verano".
Gattinoni afirmó que en octubre, noviembre y diciembre "prevalecen las condiciones de lluvias deficitarias" y pronosticó que "va a continuar La Niña en fase fría".
"Hay más de 70% de probabilidad de que el fenómeno continúe en los próximos meses y, principalmente, en la primera parte del verano".