Repensar la medicina para una muerte digna
"El día que me muera quiero que me cremen". "Ojalá que sea rápido". "Cuando me muera, que donen mis órganos". Son frases que muchas veces decimos pensando en nuestra propia muerte pero de una manera liviana sin detenernos a reflexionar.
No
es frecuente pensar en la muerte y menos en la propia de una manera
profunda, siempre pensamos en la vida. Pero inexorablemente llegará
de alguna manera. Por eso es importante reflexionar sobre ese proceso
natural y poder anticiparnos tomando decisiones en lo relativo a los
momentos finales de la vida, decisiones que tienen que ver con la
dignidad, con que se cumplan nuestros deseos, se respeten nuestras
creencias y valores.
La muerte digna y la autonomía del paciente en sus decisiones fueron el eje del debate en la disertación que brindaron el doctor Julio Bártoli, jefe de Terapia Intensiva e integrante del Comité de Bioética de la Clínica Universitaria Reina Fabiola de Córdoba y el abogado y diplomado en Salud Pública, Especialista de Derechos Humanos, Ignacio Maglio a una gran cantidad de profesionales de la salud en el Hospital "J. B. Iturraspe".
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, ambos profesionales analizaron este tema con el personal de salud y destacaron la importancia que el debate se instale también en la familia y los pacientes.
"La invitación es doble: reflexionemos sobre muerte digna pero también reflexionemos sobre la humanización de la medicina en general", aseguró el doctor Julio Bártoli
Remarcó que es importante pensarlo "en la medida en que cada vez vivimos más, tenemos más enfermedades crónicas y tratamientos, hará falta pensar cada vez más en cómo detenerse para poder morir en paz. Esto cada vez será más frecuente, hoy en la terapia intensiva al menos la mitad de los enfermos se mueren recién cuando uno decide detenerse, cuando no hay nada más que hacer".
"Lo sorprendente es que hablemos de muerte digna desde hace varios años, pero no estemos hablando de cómo humanizar la terapia intensiva o el hospital. Atender a la humanidad, la intimidad, los derechos, el bienestar, la confidencialidad es más importante que cómo los atendemos cuando se mueren", analizó.
Participar de las decisiones médicas
Bártoli remarcó que los médicos "deben reconocer y respetar el derecho de las personas de participar de las decisiones médicas, conociendo exactamente qué tienen, qué les pasa, por qué, cómo vamos a actuar y que se los involucre en las decisiones. Estamos acostumbrados a decir: 'No le diga doctor', pero los pacientes tienen que involucrarse cada vez más en lo que tienen y conocer".
"Que cada vez más sean las personas enfermas las que tengan la posibilidad de participar y no tanto la familia, porque a veces sufre el doble estrés porque tiene que hacerse cargo del sufrimiento por la proximidad de la pérdida y además, se ven obligados a tomar decisiones sin saber cuáles son los valores de la persona o qué hubiera querido", añadió.
"Es importante destinar tiempo a pensar y conversar esto con nuestras familias, también sobre la decisión de donar órganos y otras que tienen que ver con el final de la vida y que nunca tomamos".
"Hace falta educar y formar a los médicos pero no es un tema ausente, todos sienten que este tema llega para instalarse y que hay que aprender más para poder manejarlo. Sería importante debatir esto entre todos, médicos, pacientes y familiares", exhortó.
La charla en el Hospital Iturraspe tuvo una amplia convocatoria
Qué dice la ley
El nuevo Código Civil establece que cualquier persona tiene derecho de expresar directivas anticipadas sobre la manera en que quiere atravesar la instancia final de la vida. Al respecto, el abogado Ignacio Maglio recordó que muchas veces "los pacientes ya no pueden expresarse y no podemos saber qué quieren en esos momentos esenciales, por eso hablamos de autonomía y directivas anticipadas, esto tiene que ver con poder planificar previamente cómo queremos que nos atiendan, qué consideramos que es el derecho a la salud, la dignidad, dónde queremos morir. La muerte hospitalizada es una muerte sombría, seguramente casi todos preferiríamos morir rodeado de afectos y no de aparatos".
Advirtió que el "nacer y el morir se transformaron el problemas médicos. Esto es un problema que genera también una disparidad de derechos, en este sentido el orden médico se presenta dándonos las mejores respuestas y sin embargo, no se los escucha como pacientes, como personas, sobre cuáles son sus deseos".
Explicó que en las directivas anticipadas "las personas pueden rechazar cualquier tratamiento que se considere extraordinario o desproporcionado. Esta es una visión muy importante, una visión civil, humana que la medicina debe respetar".
"La medicina no es el arte de curar, es intentar curar a veces, aliviar a menudo y confortar siempre. Esta definición nos permite resignificar el sentido de la medicina como una relación de cuidado, no como una relación de que hay que curar siempre y donde la muerte se presenta como un fracaso", afirmó.
Cómo ejercer ese derecho
Maglio dijo que ese derecho "se expresa a través de las directivas anticipadas. La persona debe presentar un escrito en el que expresa con la firma de un testigo -sin ninguna formalidad de abogado o escribano- decisiones sobre rechazar determinado tratamiento, asistencia respiratoria mecánica, la reanimación en el caso de enfermedades terminales, la alimentación enteral si prolonga la agonía en forma penosa o indigna, también decisiones en lo relativo a las exequias, etc.".
"Esas decisiones se tienen que mostrar al cuerpo médico que no tiene otra opción que respetarlas", remarcó.
Y aclaró que el paciente "no puede renunciar a tratamientos para el alivio del dolor, porque no se puede hablar de muerte digna si hay sufrimiento y dolor físico. Por eso, el Código Civil establece que los sistemas de salud brinden cuidados paliativos".
No es lo mismo que eutanasia
No
debemos confundirlas. Maglio afirmó que cuando hablamos de
eutanasia, "hablamos de un único supuesto que es aquel en que un
paciente solicita la administración de un tóxico o un medicamento
para abreviar su agonía, su vida y morir, eso se considera
eutanasia". "Esto
por ahora en la Argentina está prohibido, la eutanasia está
permitida en Australia del Norte, en algunos estados de Estados
Unidos, en Holanda y en América Latina se encuentra contemplada en
Colombia", recordó. Diferenció
que con la muerte digna "no se trata ni de dejar, ni hacer morir,
se trata de permitir morir en paz, sin dolor y sin ningún tipo de
interferencia médica, religiosa y jurídica".