Sociedad
Refugio Nocturno: más que un techo, un hogar
El Refugio Nocturno cumple una función fundamental en nuestra comunidad. Los voluntarios nos cuentan cómo es su trabajo y la posibilidad que brindan a las personas que asisten a volver a “revincularse” con la sociedad.
Hace poco más de un año y medio comenzó a funcionar en San Francisco el Refugio Nocturno, un espacio abierto por la Municipalidad para personas en situación de calle, donde se les brinda cena, elementos de aseo, un lugar para dormir y el desayuno.
Pero no se trata solo de un lugar para pasar la noche. El refugio es un espacio para compartir, de escucha, acompañamiento, y no solo por el accionar de los profesionales que allí trabajan, sino también por un grupo de personas que, desinteresadamente, se convirtieron en voluntarios y son parte fundamental del mismo.
Verónica, una de las voluntarias del Refugio Nocturno, contó sobre las actividades que lleva adelante en el lugar: “mi tarea, como la de todos los voluntarios, se basa en el acompañamiento, ayuda y contención a los residentes. Yo ingresé desde sus inicios, en junio del 2022, y realmente me llevé una grata sorpresa al encontrarme con un grupo humano muy lindo, no solo de voluntarios sino también de los residentes”.
Inés, otra de las voluntaria, dijo: “el Refugio es muy importante, debe quedar instalado como una política social. Es un espacio necesario para darle un lugar digno a mucha gente que eventualmente está en situación de calle, para dar albergue, un lugar donde bañarse, una cama donde dormir. La función del voluntario hoy es acompañar a los residentes”.
“Los cambios de las personas que ingresan al Refugio, al cabo de algunas semanas, son significativos. Están mejor alimentadas, aseados, en cuanto a su presencia. Eso los alienta para volver a revincularse”, continuó Inés, quien agregó que para ser voluntario “solo se necesita tiempo, compromiso y empatía”.
Un lugar digno
“Valoro este proyecto porque ofrece un lugar digno para aquellas personas que por distintas circunstancias están necesitando un espacio temporario de acogida, es un lugar que tiene normas de convivencias que son aceptadas y respetadas, es un ámbito donde entre ellos comparten vivencias y experiencias generándose una relación de ayuda”, comentó Celia, quien también participa del espacio desde hace un tiempo luego de sentir “el deseo de acompañar”.
“Hay muchos prejuicios sobre la gente que está en situación de calle, y cuando te acercas y los tratas de igual a igual, como realmente debe ser, te sorprendes de la cantidad de cosas que tienen para dar. La sociedad, aunque no toda, los quiere invisibilizar, pero existen y son seres humanos, y no está bueno para nadie vivir en la calle. Ellos están excluidos, de sus casas, de sus familias, de la sociedad, a veces por sus propios errores o mal accionar, pero muchas veces con ayuda se puede cambiar de vida, porque ya se hizo, y ese es el rol fundamental del refugio, no sólo cobijar en las noches, sino ayudar a salir de la calle”, sentenció Verónica.
Los voluntarios manifestaron y resaltaron la gran importancia de la creación de este espacio. Además, invitaron a la sociedad a que, lejos de los prejuicios, se acerquen a conocer el lugar, como se trabaja y lo trascendental del mismo.
“Voy a compartir con aquellas personas que están en el Refugio, cuyo fin es brindarles un ambiente cálido, digno. Nuestro trabajo es escuchar, con el tiempo generamos vínculos, es un lindo ambiente. Estaría bueno que la gente de la ciudad se pueda sumar más para compartir y aprender”, indicó Martín, quien se sumó en el 2023.
Además, Martín reflexionó: “aprendí a agradecer todo lo que tenemos, que por ahí no lo valoramos”, y agregó: “hay mucha necesidad también en lo afectivo, y eso intentamos a través del voluntariado. El año pasado terminamos con una actividad muy linda por la Navidad que tenía mucho que ver con esto”.