Análisis
Reflexiones ante los primeros anuncios y declaraciones
En algunos temas, la ratificación de su modo de pensar afianza la vinculación de Milei con la ciudadanía. En otros, aunque también tengan respaldo de una importante porción de la población, será imprescindible buscar consensos frente a los descomunales desafíos.
Las primeras jornadas de la nueva etapa política de la Argentina depararon anuncios, controversias, declaraciones, tomas de posición y el comienzo de los realineamientos frente a lo que será la gestión del nuevo gobierno nacional a partir del próximo 10 de diciembre. Fue una jornada extensa para el presidente electo, quien explicitó algunas de las medidas que tiene pensado tomar, confirmó a parte de su gabinete y se reservó los nombres que ocuparán ministerios clave en el nuevo gobierno.
Varios de los anuncios que formuló confirman postulados que se hicieron en la campaña electoral. El achicamiento de las áreas del Estado a través de privatizaciones de organismos públicos y un cambio drástico en la obra pública son algunas de ellas. De inmediato comenzaron algunas reacciones contrarias que hacen prever un clima agresivo y hostil que posiblemente sea una norma en los primeros meses del próximo gobierno. Pero también algunas expresiones del futuro titular del Ejecutivo nacional están en consonancia con lo piensa buena parte de los ciudadanos que lo votaron.
Un par de ejemplos quizás grafiquen lo antedicho. Respondiendo a consultas periodísticas, Milei sostuvo que su intención es privatizar los medios de comunicación estatales. Esto es, desprenderse de la Televisión Pública, Radio Nacional y la agencia de noticias Télam. Por cierto, esta decisión, como varias otras que viene anunciando, deben pasar por el tamiz del Congreso. Exigirán entonces arduas negociaciones políticas que superan a la expresión de una voluntad que puede ser acompañada por la población, pero que requiere del funcionamiento de los mecanismos institucionales. En este caso, si no llega a producirse la habilitación para el proceso privatizador, sería importante que estos medios dejen de ser rancias estructuras de propaganda oficialista para convertirse en modernas herramientas que no incluyan cuestionados sesgos e intentos manipuladores de la realidad.
El segundo ejemplo puede ser tomado como más frívolo. Pero encierra conceptos del presidente electo que dejan expuesto un cambio central de una suerte de cultura que alaba desde hace décadas al “Estado presente”, un eslogan que sirvió a muchos dirigentes solo para conchabarse en las estructuras de gobierno y mantener sus privilegios. Consultado por el futuro rol de su pareja, la comediante Fátima Florez, Milei expresó que “nuestra posición es que se trabaja, que se genera riqueza desde el sector privado”. “Fátima es una mujer brillante, es exitosa sirviendo al prójimo con un bien de mejor calidad, a buen precio, donde vos pagás y te llevás dos horas de alegría. Eso es el valor que ella aporta”, planteó. Con este simple razonamiento, redefinió la idea del papel de la primera dama y fortaleció su discurso referido a la vitalidad del sector privado en cualquier economía. Algo que, según la visión de una columnista de un diario porteño, “es el ideario con el que conecta con el trabajador informal, el monotributista vapuleado, el voto Rappi, el emprendedor esforzado o el empresario global”.
La Argentina toda está pendiente de los primeros pasos que está dando quien dirigirá los destinos del país en breves días. En algunos temas, la ratificación de su modo de pensar afianza la vinculación con la ciudadanía. En otros, aunque también tengan respaldo de una importante porción de la población, será imprescindible encontrar el modo de satisfacer la necesidad de moderar y flexibilizar, de buscar consensos, frente a los descomunales desafíos que deberán enfrentarse.