“Quiero que la tecnología sea crecimiento, encuentro y potenciación de lo que tenemos"
Con enorme esfuerzo y dedicación, Antonela Dutruel de 35 años quedó seleccionada junto a 300 aspirantes de los 70.000 que se presentaron solo entre Colombia y Argentina para ser parte de la carrera "Certified Tech Developer", una propuesta de Mercado Libre junto a Globant.
Con enorme esfuerzo y dedicación, Antonela Dutruel de 35 años quedó seleccionada junto a 300 aspirantes de los 70.000 que se presentaron solo entre Colombia y Argentina para ser parte de la carrera "Certified Tech Developer", una propuesta de Mercado Libre junto a Globant.
Esta mamá de Salvador (12) y Tadeo (6), de barrio Catedral, desafió a los jurados demostrándole que podía llevar adelante el curso trabajando y sosteniendo a su familia.
La joven que trabaja desde hace dos años subitulando en español y en inglés, además de ser parte de "Women in Games Argentina" una comunidad de mujeres en desarrollo de videojuegos; expresó que esta nueva etapa en su vida tiene como objetivo potenciar sus habilidades y que la tecnología sea una herramienta útil para crecer y potenciar realidades.
- ¿Cómo surge la oportunidad de sumarte a este innovador proyecto educativo?
Mercado Libre y Globant me dieron una beca para poder estudiar una nueva carrera que diseñaron llamada "Certified Tech Developer" (CTD). Dudé mucho en presentarme, principalmente por no ser el target específico al que apuntaba la convocatoria, pero la mayoría de las formaciones son prohibitivas en términos económicos, de tiempos, etcétera, para una persona que está trabajando y sosteniendo una familia. Así que no quería dejar pasar la oportunidad de poder acceder a una carrera creada específicamente en base a las necesidades y circunstancias del mercado laboral actual.
A finales del año pasado vi que lanzaban esta carrera y su programa de becas, así que desde entonces quedé atenta. En enero rendí el examen de clasificación, que era rarísimo, un montón de juegos que ponderaban diferentes habilidades blandas entre otras condiciones (son técnicas tomadas de las búsquedas laborales de empresas de tecnología a nivel internacional), también tenía una parte de programación básica, pero como estaba orientado a personas que partían de cero en programación, incluía una serie de instrucciones y explicaciones que enseñaban los conceptos sobre los que se resolvían los ejercicios.
En febrero me notificaron que nos habíamos presentado 70.000 personas entre Colombia y Argentina, y que había pasado la etapa de preselección. Habíamos quedado 5.000 que avanzábamos a la siguiente etapa de entrevistas individuales en las que se evaluaba el perfil de cada solicitante de la beca. Solo había 300 becas para esta primera cohorte. La primera semana de marzo fue mi entrevista y al terminarla me avisaron que había recibido la beca. Me largué a llorar de la emoción, porque hacía mucho estaba buscando una oportunidad como esta.
- ¿Por qué elegiste hacer esta carrera?
Lo que más me interesó de la propuesta del CTD es que está hecha desde el mercado, para el mercado. Es una carrera práctica basada en la metodología EGG de aprendizaje colaborativo y eso la vuelve pionera en un montón de aspectos, sobre todo en el desarrollo de habilidades blandas que adquirieron gran importancia en ámbitos productivos a nivel global. El programa consiste en un año de cursado full en el que se sale con las bases para desarrollo web y luego un año part-time para la especialización en desarrollo del lado del usuario o de servidor.
Antonela apuesta a su crecimiento profesional estudiando una nueva carrera. (Foto: Antonela Dutruel)
- ¿De las relaciones internacionales a la tecnología?
De las relaciones internacionales a la tecnología, y en el medio por el yoga, el periodismo político, las migraciones, relaciones subnacionales, cocina medicinal, entre otros.
Puedo contar el último tramo de esta historia, que es el que tengo más fresco. Hace un par de años decidí dejar de trabajar fuera de casa porque quería priorizar el estar presente en la crianza de mis hijos y estudié traducción audiovisual, gracias a una publicidad que encontré en la web. Hace dos años me dedico al subtitulado en español y en inglés, incluyendo subtitulado para sordos y desarrollo de guiones de audiodescripción para invidentes. Lo disfruto mucho y me permite estar en mi casa con mis hijos. Gracias a eso, pude involucrarme más en sus intereses y los videojuegos entraron a nuestra vida. Desde ahí, el camino se fue haciendo solo desde dos lugares: los videojuegos y la traducción audiovisual.
Los videojuegos como herramienta educativa tienen un potencial enorme. Se puede trabajar la educación emocional y hasta la conciencia corporal desde eso. Además, involucrándose en mínimas actividades de programación, el pensamiento lógico se desarrolla increíblemente en los niños y les da una herramienta muy valiosa.
Por eso empecé a involucrarme en el desarrollo de videojuegos junto a una organización de mujeres y disidencias que se llama "Women in Games Argentina", Wigar. Es una comunidad maravillosa con gente de la industria a nivel mundial y que también trabajan, entre otras áreas, en la gamificación educativa.
Por otra parte, desde la traducción audiovisual, me encontré con la necesidad de tener tecnologías adecuadas a la labor que realizo y pensadas para agilizar, que es lo que el mercado necesita. Hay una asincronía gigante entre lo que se espera producir y lo que es posible con la tecnología disponible, como sucede en muchísimos ámbitos. Eso me hizo empezar a estudiar lenguajes de programación de forma autodidacta.
En fin, es el camino de mi vida y son tantas las cosas que me llevaron por uno u otro lugar que no podría describirlas en una oración coherente. Lo que sí puedo decir es que muchas veces decidí por lo más cercano a lo que deseaba entre lo que estaba disponible.
Yo armé de muy chica mi camino, y en la universidad decidí abandonar ese plan, aunque me di cuenta unos diez años después de esa decisión. Me divierte mucho ver para atrás y no saber dónde entra tanta vida y me genera mucha intriga y mucha paz, aunque suene contradictorio, el saber que pasa lo mismo con todo el mundo. No tengo idea de lo que trae a nadie hasta acá hoy y eso me genera un profundo respeto por la historia de cada uno.
- ¿Por qué crees que te eligieron?
Primero por pasar los test de habilidades blandas y de conocimiento básico, y segundo, porque en la entrevista les dije que podían confiar en mi capacidad, que somos varios los que no tenemos una forma de vida estándar o "socialmente adecuada" y que quedamos fuera de oportunidades que también merecemos.
Desde que vivo en San Francisco muchas empresas celebraron mis capacidades, pero "el puesto requiere disponibilidad para viajar, y una mujer no está tan segura viajando como un hombre" o "das exacto con el perfil, pero buscamos a alguien sin hijos".
Son respuestas literales, entre otras, que fui recibiendo desde que decidí volver a San Francisco a asentarme con mi familia. Cuando me hicieron la entrevista para la beca, les dije que de mi vida personal me encargaba yo y que, en última instancia, mis circunstancias me daban muchas más habilidades, resiliencia y capacidad de respuesta de las que jamás desarrollé con cualquier otra situación o estado en mi vida.
Les pedí la beca para poder tener una oportunidad que sabía iba a aprovechar al máximo, porque todavía no encontré algo que me apasione más que aprender y experimentar nuevos modos a partir de eso. Su respuesta fue un rotundo "Sí, la beca es tuya".
- ¿Cuál es el objetivo?
Es formar personas que puedan adaptarse rápidamente a lo que llaman un contexto "VUCA": Volátil, incierto, complejo y ambiguo por sus siglas en inglés. Si el entorno no para, no deja de cambiar, no es predecible, ¿cómo trabajamos con eso? La carrera te da herramientas para entender qué mirar, cómo y desarrollar soluciones enfocadas en necesidades reales que, a la par del desarrollo de soluciones tecnológicas que buscan resolverlas, van cambiando, por lo que las soluciones se van adaptando constantemente incluso antes de salir al mercado. La capacidad de alimentarse de los cambios y de transformar los puntos de dolor en oportunidades de desarrollo son las bases del planteo académico.
- De alguna manera te subís a la ola tecnológica
Porque la ola tecnológica ya me sumó. En mi cotidianeidad, tanto en el ámbito profesional como personal, la tecnología es parte de la vida, una herramienta que, como cualquier otra, puede mejorar o empeorar las cosas. Poder estar del lado del desarrollo de cosas que nos faciliten la vida y que hagan accesible el mundo es algo que me apasiona. Creo que hay mucho por hacer en términos de accesibilidad, para no necesitar "ser joven" o "nativo digital" para poder acceder a servicios básicos que incluso implican derechos humanos.
No creo que la opción sea ir en contra de la tecnología, sino de crearla a nuestro favor, como sociedad.
- Igual es algo que te gusta.
La programación me atrae desde hace varios años. Entiendo que es una herramienta versátil, porque se implementa en casi todos los ámbitos de la vida cotidiana. Me fui acercando a este ámbito desde dos lugares, básicamente: por mis hijos y los videojuegos, por un lado, y por la necesidad de sistematizar información y automatizar tareas en mis prácticas profesionales de venta y de traducción audiovisual, por otro.
"La programación me atrae desde hace varios años. Entiendo que es una herramienta versátil, porque se implementa en casi todos los ámbitos de la vida cotidiana", afirmó Dutruel.
- Dijiste que era muy exigente... ¿Cómo hacés con todo?
El cursar una carrera tan exigente en carga horaria, mental y académica es un desafío. Para ser sincera, antes de empezar hablé con mis hijos para plantearles que tenía este objetivo y que teníamos que reestructurar la rutina para poder estar bien todos y llegar a hacer todo.
Trato de manejarme por objetivos y dar prioridades. Realmente, es tan incierto todo en estos momentos que hace tiempo decidí abandonar una rutina estricta, por una lista de pendientes que se va re-priorizando según lo que sucede cada día.
Semana a semana voy evaluando qué hacer, qué funcionó, qué puede mejorar para la próxima, y en base a eso voy construyendo cada día con ellos.
Terminando el primer bimestre, decidieron hacer cambios en la carrera desde la institución en la que curso e incrementaron la carga horaria en 10 horas semanales en relación al primer bimestre.
- Eso es muchísimo...
Hoy curso 28 horas semanales y tengo una carga asincrónica de 8 horas por materia (son 5 en total por bimestre).
Cuando notificaron el cambio pensé que iba a quedar afuera de la beca y no lo iba poder lograr. Así que, viendo que, aunque me fue muy bien, ya no iba a contar con horas cruciales para hacer las tareas de la escuela, cocinar, compartir en familia, trabajar, explorar otros intereses; decidí sincerarme con mi entorno y pedir ayuda. Es hermoso tener con quién contar. Eso me permitió animarme a seguir.
- ¿Quién te ayuda?
Mi mamá nos está sosteniendo un montón, se encarga de la comida y eso es crucial. Eso me da horas que aprovecho en acompañar a los chicos en las tareas, estudiar, reuniones en grupo, y trabajar.
Más de una vez me pregunto si es demasiado, me siento cansada. Así que cuando pasa eso, vuelvo a replantear la semana para tratar de que no suceda la próxima.
- Es un poco estresante.
Es un aprendizaje constante, un día a día en el que fui reduciendo "las variables" para manejar lo que puedo y que lo que escapa a mi control "no me tumbe la estantería".
No intento controlar nada más allá de mí, por eso estudio cuando puedo, trabajo cuando puedo y al resto del tiempo lo reparto entre mis niños y lo que surge cada día. Todo, gracias a la red de sostén que nos habilita esa libertad de movimiento.
- Recién dijiste que es un desafío constante poder criar y estudiar. ¿Por qué volver a tomar los libros?
Nunca dejé de estudiar, adoro aprender y conocer. No quiero estudiar todo, hago lo que necesito a medida que puedo y que surgen las inquietudes en mí. Puedo decir que, en el camino, estudié de todo, a veces por una necesidad puntual de sostén o "supervivencia", otras por voluntad propia.
Cuando no estudio "formalmente" en una institución, seguro estoy haciendo cursos, leyendo algo o utilizando apps de idiomas. Realmente lo disfruto, me hace bien y me motiva.
En los años en que no pude dedicar mucho tiempo a leer o investigar y estuve trabajando en José y Mariela, el negocio familiar, disfruté mucho aprender de otros. Me fascina encontrar a alguien que disfrute lo que hace y que me cuente sobre eso.
San Francisco está lleno de gente que sabe mucho de algo o con historias increíbles, que con cruzar dos palabras te abren un mundo desconocido. Creo que, si uno quiere, nunca deja de aprender, así no sea estudiando en algún lugar.
"Me fascina encontrar a alguien que disfrute lo que hace y que me cuente sobre eso".
- ¿Hay lugar para las mujeres en la tecnología?
Sí, y hay que seguir abriendo camino. Cada día, elección y actitud, es una oportunidad para crecer, dar lugar, ofrecer un espacio, frenar la violencia, generar un diálogo y abrir camino. Y que parte de cada uno, para poder estar bien y mejor entre todos. Quiero que la tecnología sea una herramienta de crecimiento, de encuentro y de potenciación de lo mejor que tenemos, que no escape a la ética y al cuestionamiento. Que sea una parte de nuestra vida y que, por eso, podamos vivir mejor.
- ¿Qué le dirías a las que quieren estudiar y tal vez detienen sus deseos?
Primero, algo que me dijo mi hermano mayor hace muchos años y lo tengo de mantra desde entonces: "Fuerza, paciencia y coraje". Creo que las feminidades y disidencias tenemos más oportunidades gracias a todas las que nos abrieron caminos y pelearon por nuestros derechos. Es una realidad y no hay mejor manera de honrarla que persiguiendo nuestros deseos y tomando nuestro lugar, como cualquier persona en este mundo.